sábado, 25 de julio de 2009

Este domingo es el Día de los Abuelos


Un tesoro del que la Iglesia no puede privar a los nietos


BUENOS AIRES, viernes, 24 julio 2009 (ZENIT.org).-

El 26 de julio, la Iglesia católica celebra la memoria de san Joaquín y santa Ana, padres de la Virgen María y abuelos de Jesús, motivo por el cual la Conferencia Episcopal Argentina, a través del Área de Adultos Mayores del Secretariado Nacional, promueve la costumbre de celebrar y homenajear en este día a los abuelos y abuelas.

El organismo episcopal motiva este esfuerzo en el magisterio del Papa, quien ve en los abuelos un tesoro del que no se puede privar a los nietos, así como en la pastoral que viene impulsando en estos últimos años el Consejo Pontificio para la Familia.

A los abuelos dedicó precisamente el año pasado ese organismo vaticano su XVIII Asamblea Plenaria con el tema: "Los abuelos: su testimonio y presencia en la familia".

El encuentro pretendió subrayar el papel de cohesión, de apoyo y sostén a los nietos, de mediación en las relaciones entre cónyuges, y en las relaciones entre padres e hijos, desempeñado por la generación más anciana dentro del núcleo familiar.

En el discurso que Benedicto XVI dirigió a los participantes en la asamblea, el 5 de abril, pidió promover la acogida de los abuelos, definiéndoles como "un tesoro que no podemos arrebatarles a las nuevas generaciones, sobre todo cuando dan testimonio de fe".


El Papa recordó que la Iglesia siempre ha reconocido "la gran riqueza de los abuelos desde el punto de vista humano y social, religioso y espiritual".

Por eso pidió que "los abuelos vuelvan a ser una presencia viva en la familia, en la Iglesia y en la sociedad, que continúen siendo testigos de unidad, de valores fundados en la fidelidad a un único amor que genera la fe y la alegría de vivir".

Por estos motivos, el organismo episcopal argentino sugiere promover en las diócesis la celebración del Día de los Abuelos, tanto en las familias como en las parroquias, escuelas e instituciones y para ese fin se dejó a la creatividad de las comunidades los modos de realizar la celebración.



domingo, 19 de julio de 2009

La “Caritas in veritate” y la mujer

Por Ana Cristina Villa Betancourt


CIUDAD DEL VATICANO, sábado, 18 de julio de (ZENIT.org).- Publicamos el artículo que ha escrito sobre la encíclica "Caritas in veritate" Ana Cristina Villa Betancourt, miembro de la Fraternidad Mariana de la Reconciliación, quien trabaja en la Oficina para la Mujer del Consejo Pontificio para los Laicos.


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El pasado 7 de julio fue dada a conocer la muy esperada encíclica social de Benedicto XVI, publicada cuarenta y dos años después de la Populorum Progressio (1967) y dieciocho después de la última encíclica social de Juan Pablo II, Centessimus Annus (1991). La Caritas in Veritate lleva fecha del 29 de junio de 2009. Era, pues, hora de un nuevo pronunciamiento del Magisterio en temas sociales y más aún en medio de la situación de incertidumbre generada por la actual crisis económica.

Leyendo la encíclica desde nuestra "Sección Mujer" varias reflexiones vienen a la mente. No encontramos parágrafos ni ideas referidas directamente a la mujer; la palabra mujer (mujeres) aparece seis veces en una encíclica de 31.278 palabras. De estas seis veces, cinco aparece haciendo parte de la frase "hombre y mujer", "hombres y mujeres". La palabra femenino no aparece, ni tampoco la palabra feminista. Sin embargo, en contraste, el término familia aparece 32 veces, una de ellas como título del quinto capítulo: "La colaboración de la familia humana". ¿Qué puede decirnos esta simple constatación numérica?

La Caritas in Veritate es una encíclica riquísima. Sus propuestas sociales se basan en una profunda visión antropológica que es patrimonio de la Iglesia, experta en humanidad. No teme proponer al mundo de la economía y la política ciertas "verdades de humanidad" que el Santo Padre ve necesarias para construir una sociedad más justa, en la caridad; una sociedad más "a la medida del hombre, de su dignidad y vocación" (Benedicto XVI, Carta Encíclica Caritas in Veritate, 9) y no duda en afirmar que éste y no otro es el camino para un verdadero desarrollo.

No cabe duda de que esta visión "a la medida del hombre" es una visión que encontrará eco en las mentes y los corazones de las mujeres, por esa conciencia particular de que "Dios le confía de un modo especial el hombre" (Juan Pablo II, Carta apostólica Mulieris Dignitatem sobre la dignidad y la vocación de la mujer con ocasión del año mariano, 30). La llamada del Santo Padre es la llamada a entender nuestro compromiso y acción social en "clave de humanidad". Es una llamada que resuena fuerte en las mujeres, que conocemos nuestra particular vocación a crear un espíritu de familia allí donde nos encontremos.

Leyendo la encíclica parecería estar escuchando ecos de las palabras que el Santo Padre dirigió en su encuentro con los movimientos católicos para la promoción de la mujer en Luanda, en marzo. Allí dijo: "En un mundo como el actual, dominado por la técnica, se siente la exigencia de esta complementariedad de la mujer, para que el ser humano pueda vivir sin deshumanizarse del todo". El modelo de desarrollo que la encíclica plantea, centrado en el ser humano y construido para él, parece hacer sentir más fuerte aún la exigencia de una colaboración de hombres y mujeres en relación de complementariedad.

En otro aparte de este mismo discurso africano, el Santo Padre dijo "las mujeres, sobre la base de su igual dignidad con los hombres, "tienen pleno derecho a insertarse activamente en todos los ámbitos públicos y su derecho debe ser afirmado y protegido incluso por medio de instrumentos legales donde se considere necesario [...]» pero a la vez «la presencia materna dentro de la familia es tan importante para la estabilidad y el desarrollo de esta célula fundamental de la sociedad, que debería ser reconocida, alabada y apoyada de todos los modos posibles" (Benedicto XVI, Discurso en el encuentro con los movimientos católicos para la promoción de la mujer, Luanda, 22 de marzo de 2009). Algún comentador notaba el hecho de que, al hablar del mundo del trabajo (n.63), la Encíclica parece asumir como un hecho la presencia de la mujer en este mundo y no ofrece ninguna reflexión crítica al respecto. La presencia de la mujer parece ser aceptada como parte de la realidad del mundo contemporáneo. Y es que es verdad que las mujeres estamos ya en el mundo, participando plenamente de él, dando nuestra contribución en la sociedad. Esta nueva Encíclica es ocasión de cuestionamiento: es hora de profundizar en nuestra identidad y de preguntarnos si al estar ahí presentes estamos siendo, en todo, fieles al "genio femenino", al "carisma profético" (MD, 30, 31). de nuestra feminidad. Si estamos dando todo lo mejor de nosotras mismas. Si estamos contribuyendo, cada una en la medida de sus posibilidades, a que el mundo sea una gran familia.

La Iglesia llama a todos - hombres y mujeres - en esta hora inquietante de la historia a dar nuestra contribución particular, a trabajar por un desarrollo integral que incluya una visión trascendente de la persona, un desarrollo que suponga la libertad responsable de la persona; a crear "un ambiente de familia" atento a la persona humana; a insertar las categorías de confianza y solidaridad en el mercado para que éste cumpla mejor su función económica; a recordar que toda decisión económica tiene un peso moral; a crear un modelo de economía de mercado capaz de incluir a todos los pueblos; a abrirnos a formas de actividad económica caracterizadas por ciertos márgenes de gratuidad y comunión; a cuidar de la vida y protegerla; a ayudar a implementar una "apertura a la vida en modo moralmente responsable"; a ayudar a ver en esta apertura un "recurso social y económico". Nos llama también a testimoniar a las jóvenes generaciones la belleza del matrimonio y la familia; a establecer políticas que promuevan la centralidad y la integridad de la familia; a ayudar a enriquecer las posibilidades de la humanidad con la mayor disponibilidad para la intercomunicación...

En uno de sus pasajes más profundos e interesantes, la Encíclica denuncia un lamentable vacío de ideas (n.53) e invita a profundizar en la categoría de la relación como clave para el futuro de la humanidad. Una humanidad que aparece mucho más interconectada que antes, pero en la que, paradójicamente, la soledad es una de las formas más hondas de pobreza que el hombre experimenta. El Santo Padre nos invita a profundizar en la comprensión de la relación entre las personas y la centralidad que tiene este tema para entender quien es el hombre y cómo debe constituirse una sociedad que vele por él y lo proteja.

La Encíclica pues llama a todos, hombres y mujeres, a re-pensar nuestra acción y compromiso en el mundo. La visión del desarrollo que nos propone, basada en una caridad informada por la verdad, tiene como centro al hombre. El llamado de esta Encíclica resuena fuerte y espera mentes y corazones dispuestos a acogerlo e implementarlo. Las mujeres nos sentiremos especialmente impulsadas a responder a este llamado desde nuestra particular vocación a la maternidad, física y espiritual, desde nuestras particulares características y sensibilidad.

sábado, 11 de julio de 2009

Caridad y verdad: La Iglesia inspira pero no hace política



El cardenal Paul Josef Cordes presenta la nueva encíclica del Papa

CIUDAD DEL VATICANO, martes, 7 julio 2009 (ZENIT.org).- En su encíclica publicada este martes Benedicto XVI no pretende hacer política sino inspirar presentando la "caridad en la verdad" como orientación para la vida personal y social, explica uno de sus colaboradores.

A esta constatación llegó el cardenal Paul Josef Cordes, durante la presentación de la encíclica "Caritas in veritate", este martes durante la rueda de prensa que se realizó en la Santa Sede.

Ambos términos han sido claves dentro de la reflexión en el magisterio social pontificio y cobran una gran actualidad con la publicación de la primera encíclica social de Benedicto XVI, según resaltó el purpurado.

El objetivo de la doctrina social de la Iglesia

El cardenal Cordes, presidente del Consejo Pontificio "Cor Unum", dicasterio vaticano que trabaja por la promoción humana y cristiana a través de la caridad y el apoyo a los necesitados, resaltó el hecho de que este texto reitere el papel de la Iglesia como facilitadora de la ayuda social.

Subrayó, por este motivo, que ésta "inspira pero no hace política" y reiteró el hecho de que ésta no es una "tercera vía", diversa del comunismo y del capitalismo, para alcanzar una sociedad perfecta o un "paraíso terrenal".

El purpurado aclaró que más bien, la doctrina social de la Iglesia es un elemento de evangelización: "Es decir, el anuncio de Cristo muerto y resucitado que la Iglesia proclama a través de los siglos" y que "tiene una actualización también respecto al vivir social"

Por ello aseguró que la encíclica no puede leerse fuera del contexto del Evangelio y dijo que éste "es el vivir del hombre también en las relaciones sociales y las instituciones que nacen de estas relaciones".

Ahora bien, aclaró "no se puede restringir el hombre a su vivir social".

El cardenal Cordes señaló también que la revelación debe ser un elemento clave en el tema social: "Los principios de la doctrina social no se han quedado meramente en lo filosófico sino que tienen su origen en Cristo y en su Palabra".

Según el purpurado la nueva encíclica trata de manera más explícita y práctica el tema de la caridad, que ya había teorizado el Papa en su primera encíclica "Deus caritas est", diciendo que ésta es "la vía maestra de la doctrina social de la Iglesia".

Lejos de ser un sistema ideológico, o un manifiesto político sin alma, la doctrina social "compromete en cambio en primer lugar al cristiano a 'encarnar' su fe", dijo el cardenal.

"La caridad manifiesta siempre el amor de Dios también en las relaciones humanas, otorgando valor teologal y salvífico a todo compromiso por la justicia en el mundo", dice el Papa en su encíclica.

El primer capital, el hombre

El presidente del Pontificio Consejo "Cor Unum" resaltó la visión que ofrece la doctrina social al ser humano y que se refuerza en esta encíclica: "el primer capital que se ha de salvaguardar y valorar es el hombre, la persona en su integridad". Por eso, asegura el Papa, "la cuestión social se ha convertido radicalmente en una cuestión antropológica".

Sin embargo el hombre no puede ser visto en un horizonte sólo terrenal, interesado nada más por los bienes materiales y dejando en un segundo plano las cuestiones morales: "El desarrollo es imposible sin hombres rectos, sin operadores económicos y agentes políticos que sientan fuertemente en su conciencia la llamada al bien común", dice el obispo de Roma.

De esta manera, el pontífice profundiza los planteamientos de la "Deus caritas est" en cuya segunda parte resalta las características de quien trabaja en los organismos caritativos. No obstante, se refiere a la sociedad herida por el pecado y asegura que "No hay sociedad nueva sin hombres nuevos".

El cardenal Cordes, resaltó así el hecho de que el Papa haya querido concluir su encíclica refiriéndose a la importancia de la oración para vivir la caridad: "Dios renueva el corazón del hombre para que él pueda dedicarse a vivir en la caridad y en la justicia".

"Por ello los cristianos no están simplemente en la ventana para mirar o protestar, contagiados de la moderna cultura de la denuncia, sino que se dejan convertir para construir en Dios una cultura nueva. Esto vale también para los miembros de la Iglesia, como individuos o asociados", dijo el purpurado alemán.

Por Carmen Elena Villa


sábado, 4 de julio de 2009

Tráfico sexual: Una forma de esclavitud que perdura


Un fenómeno que llama la atención de la Iglesia y organizaciones



ROMA, domingo, 5 de julio de 2009 (ZENIT.org).-

El Vaticano y diversas organizaciones de religiosas han trabajado desde hace mucho y de forma activa por parar el tráfico de personas, y un reciente mensaje de apoyo enviado por Benedicto XVI a una conferencia sobre este tema que ha tenido lugar en Roma en junio reiteraba que ésta es una prioridad para la Iglesia.

El pontífice afirmaba que es importante promover "una conciencia renovada del valor inestimable de la vida y un compromiso cada vez más valiente por la defensa de los derechos humanos y la superación de todo tipo de abuso".

Este tema también se ha debatido en Inglaterra. Un comunicado publicado en junio por el Christian Institute explicaba que la ley de vigilancia del crimen del gobierno incluye cambios significativos en la ley respecto a la prostitución en Inglaterra y Gales. Los cambios están dirigidos especialmente contra el problema del tráfico sexual.

Según el comunicado, la propuesta, que todavía espera la votación del Parlamento, contempla que el cliente de servicios sexuales cometerá un delito si el sexo contratado lo es de una prostituta que ha sido sometida por la fuerza, el engaño o las amenazas.

El concepto de fuerza incluirá la coacción por medios psicológicos, que incluyen el aprovecharse de la vulnerabilidad de alguien. El Christian Institute afirmaba que sería un delito de responsabilidad, lo que significa que el cliente podría ser culpable sin importar si conocía o no que la prostituta estaba sometida por fuerza o si intentó descubrir esta situación o no.

El instituto observaba que es imposible saber con exactitud cuántas prostitutas trabajan en el Reino Unido; sin embargo, muchos elevan la cifra a cerca de 80.000. Entre las estimaciones, una del 2008 sugería que más de 18.000 mujeres, incluyendo chica de hasta 14 años, han sido objeto de tráfico con destino a los burdeles del Reino Unido.

Problema global

El 16 de junio, el departamento de estado de Estados Unidos publicaba su "Informe de Tráfico de Personas" para el 2009. En él se decía que el tráfico sexual abarca un parte importante de todo el tráfico de seres humanos.

Se dan diversos modos a través de los cuales se fuerza a las mujeres al comercio sexual, observaba el informe. Puede darse a través de la coacción, el engaño o la esclavitud de una deuda. Con demasiada frecuencia, se fuerza a mujeres y chicas a seguir en la prostitución por medio de una supuesta "deuda", en la que han incurrido por su traslado a un país occidental.

El informe citaba datos de UNICEF, según los cuales más de dos millones de niños son sometidos a prostitución en el mercado sexual mundial.

El departamento de estado observaba que el tráfico sexual tiene consecuencias devastadoras para los menores, incluyendo traumas físicos y psicológicos duraderos y enfermedad. También son comunes las infecciones por enfermedades sexuales, el consumo de drogas y el ostracismo social.

Crimen atroz

Un libro reciente, publicado a principios de este año, examinaba el tema del tráfico sexual de seres humanos desde un punto de vista económico. El libro es "Sex Trafficking: Inside the Business of Modern Slavery" (Tráfico Sexual: Dentro del Negocio de la Esclavitud Moderna) (Columbia University Press), de Siddharth Kara.

Kara fue banquero de inversiones antes de dejar de lado su carrera para implicarse en los esfuerzos por abolir la esclavitud humana.

Aunque desapasionado en su análisis económico del comercio de personas, Kara es claro en su juicio ético sobre el tema: "El tráfico sexual es un crimen atroz contra la humanidad", declaraba al comienzo de su libro.

Kara describía cómo la adquisición de esclavos sexuales se lleva a cabo de diversas formas. Algunos son engañados por falsas promesas, otros son vendidos por sus padres. La seducción es otro método, y algunos son reclutados por antiguos esclavos.

En algunos países, un falso ofrecimiento de matrimonio es una forma común de engañar a mujeres jóvenes que buscan la forma de lograr derechos legales y aceptación social. Los traficantes también se aprovechan de las multitudes confinadas en los campos de refugiados, para quienes cualquier oferta para escapara les parece una alternativa atractiva.

Kara presentaba testimonios, en ocasiones gráficos, de cómo el proceso de convertir a mujeres en esclavas sexuales implica métodos como la violación, la tortura, la humillación y el consumo de drogas. La intención es volver completamente sumisas a las mujeres, y hacerlas por tanto atractivas a los potenciales compradores.

La industria del tráfico sexual, concluye Kara, implica la violación sistemática, la tortura, el avasallamiento y el asesinato de millones de mujeres y niños, sea a través del homicidio, las enfermedades de transmisión sexual o las drogas.

Análisis económico

Kara calculaba que, al año, el número total de individuos con los que se trafica para explotación sexual comercial está entre los 500.000 y los 600.000. Admite que los números exactos son difíciles de establecer. El departamento de estado de Estados Unidos estima el número total de tráfico internacional de personas entre las 600.000 y las 800.000. Este número no incluye a los millones con los que se trafica a nivel interno.

En cuanto a los beneficios obtenidos de todas las formas de esclavitud humana, no sólo la sexual, Kara cita la cifra del departamento de estado norteamericano de 9.500 millones de dólares al año. La Organización Internacional del Trabajo estima que debe acercarse a los 31.700 millones de dólares.

Kara analiza algunas de las estadísticas y ha calculado que en el 2007 la venta de esclavos sexuales a propietarios de burdeles y a chulos generó unas ganancias de cerca de 1.000 millones de dólares, lo que representa aproximadamente unos 1.895 dólares por esclavo. Calculaba que, después de costes, estas ventas han generado aproximadamente unos 600 millones de dólares en beneficios.

A nivel global, estimaba que en el 2008 las ganancias totales generadas por todas las formas de tráfico de seres humanos alcanzaron no menos de 152.000 millones de dólares, con unos beneficios de 91.000 millones de dólares. La forma más rentable de tráfico es la relacionada con la industria sexual. Según Kara, aunque supone sólo el 4,2% de los esclavos del mundo, ha generado el 39% de los beneficios.

Los beneficios generados de esta actividad han atraído a las organizaciones criminales tanto a nivel local como internacional, explicaba. Las mafias internacionales que operan en África, Asia y el Este de Europa colaboran con las organizaciones criminales nacionales y locales para aprovechar los territorios en la explotación de las víctimas.

Cómo podemos explicar un comercio así de vidas humanas, pregunta Kara. Por el lado de la oferta, podemos considerar factores que van desde la pobreza, la anarquía y los conflictos militares hasta los problemas económicos. Además, la transición después de 1989 y la extensión de la integración global también han jugado un papel a la hora de facilitar el tráfico de personas.

Por el lado de la demanda, Kara precisaba que la mayoría de los varones no está de acuerdo con las vulgaridades asociadas con el comercio del sexo. Pero los bajos precios del sexo comercial debido a una mayor oferta ha aumentado las ganancias: "La esclavitud sexual es la versión de máximo beneficio de la prostitución", argumentaba.

Prójimos

El documento "Gaudium et Spes" del Concilio Vaticano II mencionaba el problema del tráfico de seres humanos. Los padres conciliares invocaban nuestra obligación de ser prójimos de toda persona y animaba a ayudar a quieres están abandonados o sufriendo.

Abusos como los de la esclavitud humana y la prostitución eran descritos como una violación de la persona humana. Tratar a los seres humanos como "mero instrumento de lucro, sin respeto a la libertad y a la responsabilidad de la persona humana" es una infamia, declaraban, y envenena a la sociedad humana (No. 28).

Más recientemente, Mons. Agostino Marchetto, secretario del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes, hablaba en un forum reunido en Viena en febrero del 2008 sobre el tema del tráfico de seres humanos.

No existen soluciones fáciles, admitía. Trata estos abusos de los derechos humanos requiere un acercamiento que no sólo tenga en cuenta el mejor interés de las víctimas, sino también el castigo de quienes se benefician de esto.

También recomendaba la introducción de medidas preventivas como la concienciación pública del problema. Además, es necesario tratar con las causas de raíz de este fenómeno, incluyendo los factores económicos implicados, concluía. Asuntos no sencillos, pero una respuesta acertada afectaría positivamente a millons de vidas que actualmente cuelgan en el vacío.

Por el padre John Flynn, L. C., traducción de Justo Amado