domingo, 31 de octubre de 2010

El Papa Benedicto XVI destaca importancia vital de la mujer en la Iglesia Católica

VATICANO, 27 Oct. 10 / 10:31 am (ACI)


El Papa Benedicto XVI dedicó la Audiencia General de este miércoles celebrada ante miles de fieles en la Plaza de San Pedro a Santa Brígida de Suecia, co-patrona de Europa que vivió entre 1303 y 1373. Su vida muestra la importancia y la dignidad de la mujer en la Iglesia Católica, y su ejemplo destaca la importancia de la oración profunda en el camino hacia Dios.

Brígida, proclamada co-patrona de Europa por Juan Pablo II, nació en Finster, Suecia. En su vida se puede distinguir dos periodos. El primero estuvo caracterizado por su condición de mujer felizmente casada y madre de ocho hijos. Se inició entonces en el estudio de la Sagrada Escritura y adoptó como norma de vida, junto a su esposo, la Regla de los Terciarios franciscanos. Practicó también generosamente las obras de caridad y fundó un hospital.

Este primer periodo de la vida de Brígida, dijo el Papa, "nos ayuda a apreciar lo que hoy podríamos llamar una verdadera ‘espiritualidad conyugal’: los esposos cristianos pueden seguir un camino de santidad, sostenidos por la gracia del Sacramento del Matrimonio.¡Que el Espíritu del Señor suscite también hoy en día la santidad de los esposos cristianos, para mostrar al mundo la belleza del matrimonio vivido de acuerdo con los valores del Evangelio: el amor, la ternura, la ayuda mutua, la fecundidad en la generación y educación de los hijos, la apertura y la solidaridad hacia el mundo, la participación en la vida de la Iglesia!".

Cuando Brígida enviudó comenzó el segundo período de su vida. Renunció a otra boda para profundizar "la unión con el Señor mediante la oración, la penitencia y las obras de caridad", y "después de distribuir sus bienes a los pobres, se estableció en el monasterio cisterciense de Alvastra, sin acceder a la consagración religiosa". En ese lugar comenzaron las Revelaciones divinas, que la acompañaron por el resto de su vida y cuyo contenido y estilo son muy diferentes.

El Papa explicó luego que "el valor de las Revelaciones de Santa Brígida, que a veces ha sido objeto de algunas dudas fue precisado por el Venerable Juan Pablo II, que en la Carta ‘Spes aedificandi’ escribe: ‘Reconociendo la santidad de Brígida, la Iglesia, aunque no se pronuncia sobre las revelaciones individuales, ha aceptado la autenticidad global de su experiencia interior’".

"De hecho la lectura de estas Revelaciones nos interpela sobre muchos temas importantes. Se describe con frecuencia la Pasión de Cristo, contemplando en ella el infinito amor de Dios por los seres humanos. Otro argumento recurrente es la maternidad dolorosa de María, que la convirtió en Mediadora y Madre de la misericordia".

Benedicto XVI indica luego que esta Santa estaba firmemente convencida de que "todos los carismas están destinados a edificar la Iglesia. Precisamente por esta razón, no pocas de sus revelaciones estaban dirigidas, incluso en forma de admoniciones muy graves, a los creyentes de su tiempo, incluidas las autoridades religiosas y políticas, para que vivieran con coherencia su vida cristiana. Pero se caracterizaba siempre por su actitud de respeto y de fidelidad plena al Magisterio de la Iglesia, en particular al Sucesor de Pedro".

En 1349 Brígida deja para siempre Suecia y peregrina a Roma para participar en el Jubileo de 1350 y pedir al Papa que aprobase la regla de fundación de la orden religiosa que quería dedicar al Santísimo Salvador, compuesta por monjes y monjas bajo la autoridad de la abadesa.

"Es un dato que no debe sorprendernos", observó el Papa. "En la Edad Media hay fundaciones monásticas con una rama masculino y una femenina que practicaban la misma regla monástica bajo la dirección de la abadesa. La gran tradición cristiana reconoce a la mujer una dignidad propia, y según el ejemplo de María, Reina de los Apóstoles, un propio lugar en la Iglesia, que, sin coincidir con el sacerdocio ordenado, es igualmente importante para el crecimiento espiritual de la comunidad".

Santa Brígida peregrinó también a Asís y a Tierra Santa. Murió en 1373 y fue canonizada en 1391 por Bonifacio IX. Su santidad, caracterizada por múltiples dones y experiencias, "la convierte en una figura destacada en la historia europea" ya que "muestra cómo el cristianismo ha impregnado profundamente la vida de todos los pueblos de este continente".

"Proclamándola co-patrona de Europa, el Papa Juan Pablo II expresó su esperanza de que santa Brígida –que vivió en el siglo XIV, cuando la cristiandad occidental no estaba todavía herida por la división– intercediera ante Dios para obtener la gracia, tan esperada, de la plena unidad de todos los cristianos", concluyó el Papa Benedicto XVI, pidiendo también la intercesión de la santa para que "Europa se alimente siempre de sus raíces cristianas".

En su saludo en español el Papa se dirigió de manera particular a "las Religiosas Carmelitas Misioneras Teresianas; a los miembros de la Cofradía de Nuestra Señora de la Cabeza, de Andújar; al grupo de la parroquia de Nuestra Señora del Rescate, de Ujarrás, en Costa Rica, así como a los demás grupos provenientes de España, México y otros países latinoamericanos. Invito a todos a llevar una intensa vida de oración, a ejemplo de Santa Brígida de Suecia, copatrona de Europa. Muchas gracias".

domingo, 24 de octubre de 2010

Para que el sufrimiento no excluya la felicidad

El testimonio de Cory Aquino

Cory Aquino, la presidenta que instauró el régimen democrático en Filipinas, ofreció un testimonio personal sobre la importancia de los valores para afrontar las adversidades. Habló sin reparos de cómo la oración ha sido un punto central de su vida y de la vida de su marido, Ninoy Aquino, que sufrió siete años de cárcel, luego el exilio y acabó siendo asesinado en vísperas de las elecciones.

Hace algún tiempo, relató, "unos estudiantes universitarios me preguntaron qué me gustaría conservar de mi vida de presidenta, y les contesté sin dudar: seguir rezando. La oración me ha sostenido cuando ocupaba el poder y ha sido la oración lo que dio valentía a mi marido cuando estaba en la cárcel".

Cuanto mayor autoridad tenga una persona, dijo después, más necesita rezar. "Una persona que reza es sabia. Admite sus errores y debilidades, y demuestra ser apta para ocupar un puesto de mando". Desde luego, la oración no basta: es necesario contar con la debida preparación y trabajar. Pero la oración da sensibilidad para poner en práctica criterios que son útiles en todas las circunstancias, también en la tarea de gobierno. Cory Aquino citó concretamente la sinceridad, la integridad, la solidaridad y universalidad como "principios que dan coherencia a la vida del hombre y a la acción de gobierno".


Lección de ética política

Si a nivel personal transigís en cuestiones de principios, dijo a los que la escuchaban, "ya no os pararéis en la cuesta abajo que conduce al oportunismo desenfrenado". Lo mismo ocurre en la tarea de gobierno: "Los principios constituyen el punto de referencia de las relaciones con la gente. Si faltan, significa que un gobierno, o su representante, carece de escrúpulos. Y un gobierno sin escrúpulos acaba por buscar la paz sin la justicia, por mantener la estabilidad cometiendo abusos".

Esta aspiración no significa que uno se crea perfecto, pues "sólo Dios sabe cuántos errores ha cometido cada uno de nosotros". Lo importante es que "no perdamos la capacidad de distinguir entre lo justo y lo injusto, y desde luego no interpretar el código moral a nuestro gusto para justificar alianzas políticas".

Entre las cualidades que hay que tener para ponerse al servicio del pueblo, Corazón Aquino destacó "la capacidad de trabajar bien junto a otros, de escuchar puntos de vista diferentes, de dar crédito a ideas distintas de las propias y tener una apertura mental que permita salir al paso de las preocupaciones de los demás". Gobernará con justicia quien "no imponga a los demás las cosas que él no está preparado para afrontar, quien no pida a los demás los sacrificios que él no está dispuesto a soportar".


Placer y dolor como espectáculo


Ettore Bernabei abordó en su intervención el modo en que los medios de comunicación, principalmente la televisión, se enfrentan al sufrimiento y a la felicidad. "Si ponemos idealmente el sufrimiento y la felicidad en una línea y los medios de comunicación en otra, se tiene la impresión de obtener dos líneas paralelas que no se encuentran nunca". El motivo es que "la comunicación periodística, radiofónica y televisiva se está convirtiendo, cada vez más, en la configuración virtual de un prototipo de humanidad que está fuera de la realidad"

Este fenómeno se observa en el tratamiento de la información, que viene a ser como "corrientes de aire que circulan por el mundo durante algunos meses y luego desaparecen en la nada" (Vietnam, Líbano, Irak...). Se habla cíclicamente de temas como la inflación, el terrorismo o la corrupción, pero raramente se resalta el valor humano de los sufrimientos de los millones de personas que se ven envueltas en esos hechos.

Más acentuado aún es el tratamiento que estos temas reciben en los programas de ficción, de espectáculo o de entretenimiento, que "parecen dirigidos exclusivamente a obtener el mayor número de espectadores, considerados como receptores de mensajes publicitarios y futuros consumidores".

"Para esos simulacros de hombres y de mujeres que se mueven en los telefilmes y en las telenovelas, el objetivo predominante de la vida es el placer egoísta, que tratan de alcanzar a toda costa con la fuerza física, la violencia de las armas, la belleza corporal o el poder del dinero". El sufrimiento se presenta como la falta de placer, y la felicidad es solamente aquella que deriva de las riquezas, del poder, de la satisfacción alcanzada.


Un desafío a la creatividad


Ante este panorama, existe la difundida preocupación de que, con este modelo de televisión, se acabe imponiendo un tipo humano violento o sexualmente degenerado. El problema de fondo, sin embargo, no se resuelve con medidas cosméticas, como limitar los horarios de algunas emisiones. "Se necesita -dijo Bernabei- un cambio en la dirección artística y la producción, para liberar a los programas de entretenimiento del modelo general de un consumismo hedonista".

En este punto precisó que todos pueden hacer algo, se dediquen o no a las profesiones relacionadas con la comunicación. Se trata, sobre todo, de formarse y saber formar a los más jóvenes para que desarrollen un profundo sentido crítico.

Para los que se dedican a estas profesiones, el ex director general de la RAI ofreció algunos puntos de reflexión. Destacó, en primer lugar, que "especialmente para este tipo de trabajo es necesario ser profesionalmente competentes y espiritualmente sólidos. A pesar de las apariencias, éstos no son trabajos aptos para personas vanidosas, dominadas por las modas y con estudios de aficionado. Es preciso prepararse, ser humildes y tener una personalidad que sepa ir contra la corriente y ser creativa".

Concretando más el significado de esta creatividad, subrayó que consiste en "tener la capacidad de enseñar los grandes sentimientos: el amor, en primer lugar, con todos sus matices, exaltaciones y dificultades; la generosidad, el altruismo, la solidaridad; el saber enfrentar todas las dificultades de la convivencia familiar con serenidad y espíritu de sacrificio; volver a exaltar la paternidad y la maternidad; enseñar el respeto a la vida".

Para llevar a cabo una comunicación de buena calidad en este campo, es necesario saber presentar conforme a la dignidad humana tres aspectos: el sexo, la fuerza física y el dinero. El punto central aquí, en definitiva, no es presentar una realidad edulcorada o ñoña, sino mostrar claramente la diferencia entre el bien y el mal, entre las aberraciones y las profundas aspiraciones que laten en todo ser humano.


La verdadera grandeza

El profesor Johannes Bonelli, director del Instituto de Antropología Médica y Bioética de Viena, ilustró su intervención sobre "El significado del sufrimiento" con casos sacados de su experiencia médica. Y es que al llegar la enfermedad es cuando muchas personas se plantean el sentido de su existencia, que quizás hasta entonces habían vivido pensando sólo en sacar el máximo provecho de los bienes materiales.

"El sufrimiento representa el mal y debe ser combatido. La salud es, desde luego, mejor que la enfermedad y el dolor. Pero, a pesar de ello, nos debemos preguntar si el sufrimiento sirve para algo o a alguien". Una primera respuesta biológica viene del hecho de que el dolor aparece como síntoma de la enfermedad. Es un despertador que avisa que algo va mal: "está por tanto, al servicio de la vida".

Pero la enfermedad no se limita al aspecto biológico sino que compromete toda la persona, cambia el mismo ritmo de la vida. "Las alturas que un hombre puede alcanzar cuando debe enfrentarse con el sufrimiento constituyen un misterio sorprendente. La verdadera grandeza del hombre no se mide por un físico en plena salud, por la eficacia o el poder, sino en el momento en el que debe combatir contra la enfermedad y el sufrimiento".

Cuando uno enferma, se ve obligado a "confrontar la realidad y las apariencias, y es así como la enfermedad contribuye al descubrimiento de lo que somos de verdad". Un paso más en este proceso íntimo es que, en esas circunstancias, "uno se vuelve más consciente de que la prosperidad y los placeres de la vida tienen un valor limitado, y que sólo algo por lo que valga la pena morir puede satisfacer la innegable necesidad de inmortalidad del hombre".

Esta es la razón por la que la enfermedad "provoca siempre un encuentro claro y sumamente honesto entre la criatura y su Creador. Naturalmente, puede ocurrir que el enfermo no reconozca esta oportunidad y la deje pasar. Habitualmente, sin embargo, las personas suelen alejar sus pensamientos de las cosas vanas del mundo y dirigen su atención a los valores permanentes y fundamentales. Es precisamente esta dimensión trascendente de la enfermedad lo que permite al médico seguir apreciando el gran valor de su profesión, incluso en aquellos momentos en los que los recursos humanos parece que nos abandonan".

Un último aspecto es que el sufrimiento se hace soportable no sólo gracias a la medicina o a su aceptación valiente o incluso por el hecho de descubrir su significado, sino también por las atenciones que en esos momentos se reciben de los demás. "Las personas enfermas nos enseñan una gran lección, una lección que conmueve el ánimo de la gente: estimulan la compasión ("sufrir con"), el calor humano, la preocupación por los demás, la disponibilidad para ayudar, la comprensión, la confianza y la buena voluntad". Una experiencia vivida que fue como la otra cara del UNIV 93.


Cuando no bastan los buenos sentimientos

El encuentro no se agotó en la reflexión teórica sobre esos temas. Siguiendo la tradición inaugurada hace varios años, uno de los aspectos más atractivos fue la presentación de iniciativas de promoción humana y social desarrolladas en estos meses, que fueron ilustradas en algunos casos con medios audiovisuales.

Como dijo ante el Papa el presidente del Congreso, Emilie Schlumberger, los participantes "se han acercado personalmente a las situaciones de sufrimiento, con visitas a hospitales para cuidar enfermos, con la atención de ancianos y el desarrollo de labores educativas y asistenciales en los suburbios de las principales ciudades".


Del 4 al 11 de abril de 1993 se celebró en Roma la fase final del XXVI Congreso Internacional UNIV, con la que concluyeron los trabajos desarrollados a lo largo del año por estudiantes de unas quinientas universidades de todo el mundo, sobre el tema "Sufrimiento y felicidad". Un binomio que se presenta, sin duda, como uno de los desafíos de este fin de siglo, en el que se comprueba cómo la cultura dominante no sabe abordar el problema del sufrimiento y, por consiguiente, es incapaz de dar respuestas coherentes al anhelo de felicidad.

El congreso, promovido por el Istituto per la Cooperazione Universitaria (ICU), en el ámbito del Encuentro Universitario Internacional, contó con la participación de tres ponentes principales: la ex presidenta de Filipinas, Corazón Aquino; el profesor Johannes Bonelli, cardiólogo de la Universidad de Viena, y Ettore Bernabei, antiguo director general de la Radio Televisión Italiana (RAI).

Por Diego Contreras
www.arvo.net

sábado, 16 de octubre de 2010

Camilla Varano, de princesa a religiosa clarisa, será canonizada este domingo


Su vocación pasó muchas pruebas y tentaciones


ROMA, martes 12 de octubre de 2010 (ZENIT.org)

Camilla Varano a los 23 años dejó su vida de princesa en el ducado de Camerino en Italia y las propuestas de matrimonio para seguir los designios de su corazón y hacerse religiosa clarisa.

El Papa Benedicto XVI la canonizará el próximo domingo en la plaza de San Pedro junto con otros cinco beatos.

Nació en 1458 en Macerata, una pequeña ciudad del centro de Italia que hoy cuenta con unos 40 mil habitantes. Su padre Giulio Cesare de Varano, era el príncipe de Camerino. Ella había nacido por fuera del matrimonio pero fue introducida y educada en el esplendor de la corte.

“Los palacios señoriles en el período renacentista eran el centro de la política, también de cultura y de el mercantilismo”, explicó en diálogo con ZENIT el padre Giovangiuseppe Califano O.F.M, postulador para su causa de canonización. Camilla ttranscurrió así su juventud entre fiestas, bailes y vida social. Estudió latín, leyes, aprendió a pintar, a bailar y a montar a caballo.

Han pasado casi cinco siglos de su muerte y su causa de canonización estuvo 100 años detenida por algunos problemas con el retraso la elección de su postulador. Para el padre Califano “estos años de aparente silencio fueron muy fecundos para la investigación sistemática y la publicación crítica de los escritos de la Beata”.

Un corazón que no puede estar dividido

Cuando tenía nueve años, un Viernes Santo, Camilla escuchó una homilía en la que el hermano, Domenico da Leonessa, pidió a los presentes de derramar al menos una lágrima cada viernes por amor a Jesús. La pequeña aceptó la propuesta que siguió durante todos los viernes de su vida.

“A través del don de estas lágrimas, derramadas con compromiso infantil”, dice su postulador “la contemplación de la Pasión del Señor se convirtió en el medio agradable y espontáneo que orientó toda su vida espiritual”.

Al llegar a la juventud se sentía fuertemente atraída por lo que le ofrecía la corte, junto con el llamado a dejarlo todo para seguir a Cristo. “Inicialmente, como muchos de nosotros, no fue capaz de escoger y no dudó en llevar una doble vida”, dijo la hermana Serboli.

“Por un lado los bailes, los cantos y las diversiones que la corte le ofrecía”, explica la abadesa. “Por otro lado, el recogimiento y la lucha en la que Dios la tira y la absorbe toda”, dice.

Y fue en la cuaresma de 1479 cuando escuchó la predicación del hermano Franceso de Urbino que encontró la luz interior para entender el don de la virginidad consagrada.

“Fue la fidelidad al compromiso de la oración y de la dirección espiritual lo que hizo que le abriera brecha al espíritu”, señaló su postulador.

Camilla entró al monasterio de Santa Clara de Urbino en 1481. “Haz señor que con mi vida siempre te alabe, te bendiga, te glorifique y edifique a mis hermanos”, decía en uno de sus escritos. Dos años más tarde hizo su profesión religiosa con el nombre de sor Battista.

La lucha continúa

Camilla enfrentó un fuerte combate espiritual. Atravesó durante cinco años la llamada Noche Oscura del espíritu: “de la intensidad de las gracias espirituales que la habían acompañado en la fase del primer enamoramiento”, describe la hermana Chiara, “Camilla parece ahora abandonada en una esencialidad sacrificante y cruda”, dice.

Ella no se dejó abatir por este hecho: “En sus escritos emerge con mayor frecuencia el recurso a las imágenes del Cantar de los Cantares, a la enseñanza del amado de parte de la amada, presa de la angustia comprensible por el abandono padecido”, explica la abadesa

En 1502 fueron asesinados su padre y sus hermanos en una persecución que sufrió su familia. Hechos que “la ‘crucificaron’ con Cristo” y que le permitieron “capaz del silencio donde las palabras no bastan más para explicar la injusticia del calvario”, agrega la hermana Chiara.

Battista fue obligada a refugiarse en la ciudad de Atri, una pequeña localidad del Abruzzo, en la zona meridional de Italia.

Otro hecho que le causó inmenso dolor y muchas horas de oración fue cuando se enteró que en 1517 en Alemania, el monje agustino Martín Lutero anunciaba la separación de la Iglesia romana.

La futura santa tuvo diferentes experiencias místicas, que se reflejan en los numerosos escritos, y en los cuales revela su amor por Cristo crucificado. La madre Chiara las define como “un precioso y estrechísimo camino”, que le permitieron hacer “una re lectura de la propia existencia a la luz del misterio pascual”.

Murió el 31 de mayo de 1524 durante una peste. “Me has resucitado en Ti, verdadera vida que das la vida a cada viviente”, escribió Battista Varano.

Por Carmen Elena Villa

domingo, 10 de octubre de 2010

Benedicto XVI rinde homenaje al testimonio de las mujeres católicas


La Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas cumple cien años


JERUSALÉN, jueves 7 de octubre de 2010 (ZENIT.org).-


Benedicto XVI ha rendido homenaje al testimonio de las mujeres católicas en un mensaje enviado a la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC), que celebra este año la asamblea de su centenario en Jerusalén.

El Papa se ha hecho presente en el encuentro enviando una carta, a través del cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, dirigida a la presidente de la institución, Karen Hurley, y a sus miembros.

Su Santidad da "gracias por las numerosas bendiciones que se han derramado sobre la Iglesia a través del testimonio de fidelidad de mujeres católicas que viven y trabajan en el mundo, transformándolo en su interior, y proclamando el Evangelio con la palabra y con los hechos".

El Santo Padre reconoce que en estos cien años de historia "los miembros de la UMOFC ha contribuido a la misión de la Iglesia a nivel local, nacional e internacional, enriqueciendo a la Iglesia con frutos de santidad femenina".

El Papa Benedicto XVI invoca "los dones del Espíritu sobre la UMOFC para que "siga promoviendo la contribución única de las mujeres a la vida y la misión de la Iglesia, tanto en la esfera pública como en el hogar".

La asamblea del centenario de la UMFOC se celebra del 5 al 11 de octubre de 2010, en el Instituto Pontificio Notre Dame, de Jerusalén, con el tema "Vosotros seréis mis testigos" (Hechos, 1, 8).

El objetivo de la UMOFC es promover la presencia, participación y corresponsabilidad de las mujeres católicas en la Iglesia y la sociedad para facilitarles el cumplimiento de su misión de fe, y para trabajar por el desarrollo humano y la paz en el mundo.

Esta Unión Mundial está integrada por casi cien organizaciones de mujeres católicas, que representan a más de cinco millones de mujeres que actúan en más de sesenta países y que han sido reconocidas por sus conferencias episcopales.

El Consejo Pontificio para los Laicos erigió a la UMOFC como asociación pública internacional de fieles.

Más información en: www.wucwo.org

martes, 5 de octubre de 2010

Jerusalén: Un congreso para mujeres católicas de todo el mundo


Asamblea de la UMOFC en su centenario


ROMA, jueves 30 de septiembre de 2010 (ZENIT.org).-


La Asamblea que coincide con el centenario de la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC) tendrá lugar del 5 al 11 de octubre de 2010, en el Instituto Pontificio Notre Dame, de Jerusalén.

El tema de la asamblea a celebrar en Tierra Santa es “Vosotros seréis mis testigos” (Hechos, 1,8).

El objetivo de la UMOFC es promover la presencia, participación y corresponsabilidad de las mujeres católicas en la Iglesia y la sociedad para facilitarles el cumplimiento de su misión de fe, y para trabajar por el desarrollo humano y la paz en el mundo.

Esta Unión Mundial está integrada por casi cien organizaciones de mujeres católicas, que representan a más de cinco millones de mujeres que actúan en más de sesenta países y que han sido reconocidas por sus conferencias episcopales.

El Consejo Pontificio para los Laicos erigió a la UMOFC como asociación pública internacional de fieles.

En el momento en que la UMOFC celebra cien años de servicio de las mujeres en favor de las mujeres, la Iglesia y la sociedad, la organización considera apropiado, afirma un comunicado, “ir a las raíces de nuestra fe, la tierra por la que anduvo Jesús, para encontrarle de modo especial”.

A través del programa litúrgico y espiritual previsto, y la escucha de las Sagradas Escrituras, proclamadas en los santos lugares, quienes convocan a esta asamblea esperan que las participantes crezcan en su relación con Jesucristo y se sientan inspiradas por el modelo de Nuestra Señora.

La Misa de Apertura será celebrada por su beatitud Fouad Twal, patriarca latino.

Ludmila Grygiel, escritora polaca que ha trabajado ampliamente sobre la vida de matrimonio y familia, así como antropología cristiana, será la ponente principal en el tema “Ustedes son testigos de Amor”.

Marguerite Peeters, periodista y escritora, fundadora y directora general del Institute for Intercultural Dialogue Dynamics, que estudia el cambio cultural global, presentará “Cómo ser un testigo de Cristo en un mundo globalizado”.

Christine Vollmer, fundadora y presidenta de Alianza para la Familia, una organización que se dedica a orientar a niño y jóvenes hacia una vida familiar y comunitaria sana, feliz y estable, presentará “La importancia de la formación para ser un testigo eficiente en el mundo de hoy”.

Florence Gillet, teóloga francesa y escritora, que ha publicado trabajos sobre María, Teresa de Lisieux y Chiara Lubich, hablará sobre “María, testigo del Amor de Dios, ayer y hoy”.

Ana Cristina Villa Betancourt, miembro de la Fraternidad Mariana de la Reconciliación, es responsable de la Sección de Mujeres del Consejo Pontificio para los Laicos, y presentará “Jesús y las mujeres: encontrarle, seguirle, ser sus testigos”.

Distintos oradores ofrecerán formación espiritual a 500 mujeres inscritas, procedentes de todo el mundo, para que puedan ser testigos fieles de Jesús.

Las realidades de la vida será presentadas por un panel de mujeres cristianas presentes en Tierra Santa: Claudette Habesch, directora de Caritas Jerusalén; Hanadi Soudah-Younan, profesor de la Universidad de Belén; y sor Maria Grech, FMM, directora del Centro de la Familia Franciscana en Belén.

Un panel formado por representantes de jóvenes focolares interconfesionales, organizado por Lina Morcos, intercambiarán sobre sus esfuerzos por construir paz para todos.

Los participantes asistirán a la misa dominical en diversas parroquias de rito latino y melkita, con el fin de encontrarse a “las piedras vivas” de la Iglesia, los cristianos de Tierra Santa.

Los delegados de las organizaciones miembro adoptarán resoluciones, elegirán nuevos líderes, y trabajarán para asegurar la viabilidad y fidelidad de la UMOFC, de manera que las futuras generaciones de mujeres católicas puedan crecer en el conocimiento y amor de la fe, con la que las actuales han sido confirmadas, para que tambien ellas puedan ser testigos de la fe.

Para más información: www.wucwo.org.

sábado, 2 de octubre de 2010

Anna María Adorni será beatificada en Parma este domingo


Fundadora de las Esclavas de María Inmaculada y del Instituto del Buen Pastor


ROMA, miércoles 29 de septiembre de 2010 (ZENIT.org)


“Si ha existido en la vida una persona feliz, esa soy yo”, decía muy segura de sí misma la madre Anna María Adorni (1805 – 1893), pese a que había sufrido la muerte de su esposo y sus seis hijos.

Esta mujer, quien a los 52 años fundó la congregación de las Esclavas de María Inmaculada y del Instituto del Buen Pastor, será beatificada el próximo domingo la localidad de Parma, norte de Italia, en una ceremonia presidida por monseñor Angelo Amato, prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos en representación del Papa Benedicto XVI.

En diálogo con ZENIT, el padre Guglielmo Camera , S.X postulador para su causa de beatificación aseguró que la futura beata es modelo de “joven cristiana, esposa, madre y fundadora”.

“Es muy original que una sola persona pueda ser modelo para diversos estados de vida”, dice.

Nació y creció en la localidad de Fivizziano, en la provincia de Massa y Carrara al norte de Italia. A los 15 años sufrió la muerte de su padre. Quería ser monja capuchina pero debió someterse a la voluntad de su madre y contrajo matrimonio en 1826 con Antonio Domenico Botti a quien quiso mucho. Sólo tres meses después enfrentó la muerte de su madre.

“Basta quererse mucho”, decía la futura beata sobre el matrimonio “todos los maridos serían buenos si las mujeres fueran siempre detallistas y prontas”, aseguraba. Con Antonio Domenico tuvo seis hijos.

“Ella creyó que los hijos eran un don, verdaderamente los formó para que fueran al cielo, en el sentido de la oración, de la fe, y del paso de este mundo a la casa del padre”, dice su postulador.

Una dura prueba

Su marido murió cuando ella tenía 39 años, luego de cuatro meses de una gran enfermedad en la que le supo dar todos los cuidados. Quedó sola con cuatro hijos (dos de ellos habían muerto ya siendo muy pequeños): Poldino de 16, Alberto de 7, Guido de 4 y Celestina de 3 meses.

Anna Maria sintió el llamado de hacerse viuda consagrada, a dedicarse a las obras de caridad, especialmente con los presos: “era muy comprometida con los presos, con quienes nadie se interesaba”, dice el padre Camera.

“Y no se trataba de visitar la prisión como medio de escape. Ella siempre estaba muy comprometida”, asegura su postulador. “Vivió esta maternidad hacia aquellos que no eran sus hijos”, indica.

Luego vinieron otros momentos de dolor: murieron siendo todavía niños, sus hijos Guido, Alberto y Celestina. Sólo se quedó con Poldino quien luego se fue al monasterio Benedictino y falleció a los 26 años.

Pese a todos estos sucesos, Anna María no perdía la esperanza. Muchos hombres de fe quedaban admirados por su actitud y algunos la buscaban para pedirle consejo. Entre ellos San Juan Bosco, el obispo Domenico Maria Villa, el beato Andrea Ferrari, arzobispo de Milán.

Varias mujeres quisieron seguir su ejemplo y así nació la llamada Pía Unión de Damas visitadoras de la cárcel bajo la protección de los Sagrados Corazones de Jesús y María, una asociación de mujeres voluntarias especializadas en la pastoral carcelaria.

Anna María tomó en alquiler una casa para las mujeres que salían de la cárcel para que pudieran reinsertarse en la sociedad. También recibía allí para las niñas huérfanas en riesgo.

El 1 de mayo de 1857, junto con ocho compañeras, dio inicio a la nueva congregación Esclavas de María Inmaculada de Parma. Dos años más tarde pronunció con ellas los votos privados de castidad, obediencia y pobreza.

Estas mujeres se comprometieron a consagrar su vida religiosa a la recuperación de las mujeres caídas, la tutela de quienes estuvieran en peligro, la materna asistencia de los desamparados y huérfanos. “No sólo iban a visitarlas sino que se comprometían a insertarlas en la sociedad con un trabajo. Ellas las acogían para asegurar así el futuro”, dice el padre Camera.

El obispo de Parma Andrés Miotti confirmó los estatutos de esta comunidad el 28 de enero de 1893. Anna Maria murió el 7 de febrero siguiente, sólo nueve días después de este hecho “ella vistió el hábito religioso prácticamente en el lecho de muerte”, comenta su postulador.

La fama de santidad de Anna María comenzó a expandirse rápidamente. Se registraron 57 presuntos milagros que se habían hecho gracias a su intersesión. Además muchos hablaban de milagros que la futura beata había hecho en vida: “El Señor ha obrado en su vida. Tuvo una fe muy bella porque ella confiaba en sus confesores, en las mediaciones humanas, buscaba entender qué cosa quería el Señor, momento tras momento y esta fe la llevaron muy alto. Creo que los milagros que hizo se debieron a esta fe”, concluye el padre Guigliermo.

Por Carmen Elena Villa