domingo, 31 de agosto de 2008

Chiara "Luce" Badano



La Congregación para la Causa de los Santos promulgó un decreto que reconoce las virtudes heroicas de Chiara "Luce" Badano, una hermosa adolescente italiana perteneciente al Movimiento de los Focolares que murió en 1990 cuando solo tenía 18 años de edad.

ROMA, 07 Jul. 08

La nueva "venerable" nació en Sassello, Liguria, el 29 de octubre de 1971. Su nacimiento llenó de alegría a sus padres, Ruggero Badano, camionero, y María Teresa Caviglia, obrera, quienes por once años esperaron tener un hijo.

"Si bien en medio de una inmensa alegría, comprendimos enseguida que no era sólo nuestra hija sino que ante todo era hija de Dios", señaló su madre según la biografía publicada por los Focolares.

Desde muy pequeña, Chiara mostró un profundo amor por Dios, al tiempo que revelaba un carácter fuerte pero dócil, era alegre, bondadosa y muy activa.

A los nueve años de edad ingresó al Movimiento de los Focolares. En 1985 se mudó a Savona para seguir los estudios de bachillerato donde, según sus biógrafos, "a decir la verdad, encontró algunas dificultades, a pesar del esfuerzo. No aprueba el cuarto año y esto la hace sufrir mucho".

Chiara tenía muchos amigos, se convirtió en una gran deportista, practicaba tenis, natación, montaña. Soñaba con ser aeromoza y disfrutaba del baile y el canto. Sin embargo, a los 16 años discernió su vocación y decidió consagrarse a Dios.

Mantuvo una relación muy cercana con la fundadora de los Focolares, Chiara Lubich, quien le puso el sobrenombre de "Luce".

Poco tiempo después le diagnosticaron un tumor en el hombro. El diagnóstico fue "sarcoma ostiogénico con metástasis", uno de los tumores más graves y dolorosos. Chiara se propuso superar la enfermedad y comenzó un intenso tratamiento de quimioterapia, mientras trataba de seguir con su vida habitual sin perder nunca la alegría ni la fe.

Preparando su "fiesta de bodas"

Entregó todos sus ahorros a un amigo que partió en misión humanitaria a África. A pesar de los esfuerzos de los médicos, la enfermedad avanzaba rápidamente y perdió el uso de las piernas. "Si tuviera que elegir entre caminar o ir al paraíso, elegiría esta última posibilidad", dijo a sus familiares, ya no pedía curarse, sino encontrarse con Jesús.

Su fuerza conmovía a sus seres queridos y los médicos que la atendían.

En julio de 1989 sufrió una severa hemorragia y parecía que el desenlace llegaría en cualquier momento. Dijo a sus padres: "No derramen lágrimas por mí. Yo voy donde Jesús. En mi funeral no quiero gente que llore, sino que cante fuerte".

En su lecho de enferma, Chiara rezaba mucho pidiendo ser capaz de cumplir con la voluntad de Dios. "No le pido a Jesús que me venga a buscar para llevarme al paraíso; no quisiera darle la impresión que no quiero sufrir más", decía y decidió preparar con su madre la que llamaba "fiesta de bodas", es decir su funeral.

Dio a su madre instrucciones muy precisas sobre cómo debía ser su vestido, la música, las flores, los cantos y las lecturas. Le pidió a su madre que mientras preparase su cuerpo se repitiera a sí misma: "Ahora Chiara Luce ve a Jesús".

En beneficio de toda la Iglesia

El domingo 7 de octubre de 1990 Chiara falleció acompañada de sus padres. Tras la puerta de la habitación aguardaban sus amigos. Sus últimas palabras fueron para su mamá: "Chao. Sé feliz porque yo lo soy".

Unas dos mil personas asistieron a su funeral.

El entonces Obispo de Acqui, Mons. Livio Maritano, inició el proceso de beatificación de Chiara en 1999. El Prelado asegura que tomó esta decisión por "su forma de vivir, especialmente el ejemplo extraordinario que ofreció en el último tramo de su vida".

"La vi varias veces durante su enfermedad y me han llegado muchos testimonios de personas que la visitaban en el hospital o en la casa. Y todos confirmaban su altura espiritual y su amor a Dios, que le daban la fuerza para afrontar la prueba con una serenidad que la llevaba a animar a todos los que iban a visitarla con la intención de consolarla", indicó.

"He comprobado que la presentación del testimonio cristiano de Clara constituía un mensaje muy fuerte, una forma de evangelización, por lo que me preguntaba si era justo mantener escondida en una pequeña diócesis un tesoro tan grande como para ponerlo al alcance de toda la Iglesia. Por eso no tuve ninguna duda en decidir promover esta causa", indicó.


Mujer madura, mujer que sabe amar



Pasar por el proceso previo a la madurez puede ser un itinerario arduo y doloroso.

María del Rocio Rivera Ramírez


Las mariposas monarca vuelan por Canadá y Estados Unidos hasta llegar al Estado de Michoacán (México), ya que es en los bosques mexicanos donde encuentran las condiciones ideales para su desarrollo y apareamiento. Una vez que han llegado a su madurez, emprenden su viaje de regreso. Madurez que tiene que ver con su capacidad de supervivencia frente al entorno que las rodeará. Así como las mariposas monarca, los seres humanos también vivimos un proceso antes de llegar a la madurez, la cual nos permite ser dueños de nuestras decisiones.

En la práctica, ser maduro no tiene relación directa con la edad, ya que puede haber adolescentes maduros o adultos inmaduros. La madurez es algo más que haber cumplido cierta edad, implica haber superado una serie de experiencias que reflejan una actitud de vida y que tiene como recompensa la plenitud.

Pasar por el proceso previo a la madurez puede ser un itinerario arduo y doloroso. Algunos de los aspectos envueltos en dicho proceso son:

• Apertura y aceptación del propio dolor.

• Conocimiento y aceptación de sí misma.

• Superación de sí misma.

• Disposición interior y decisión profunda de dar lo mejor de sí misma a los demás.

Hoy en día como en toda época el dolor forma parte inherente de nuestra naturaleza. “¿Dolor? Si yo no quiero sufrir” –exclamaríamos muchos–. De manera natural rechazamos el dolor. Si me duele una muela, acudo con un dentista para que realice un diagnóstico de mi dentadura. Una vez que lo ha hecho, yo haré todo lo posible para seguir al pie de la letra las indicaciones médicas y disminuir a toda costa el dolor. Este tipo de dolor es relativamente sencillo de curar, sin embargo, hay otros dolores que no son tan fáciles de identificar y que tienen relación directa con el crecimiento de la persona.

El dolor por todas partes

Vivirlos es irremediable y superarlos es una condición para el óptimo desarrollo de nuestra personalidad y para nuestro crecimiento: dolor cuando nacemos y salimos a un ambiente distinto en el que estábamos en el vientre de nuestra madre, dolor cuando nos llevan a la guardería por primera vez y no queremos alejarnos de mamá, dolor cuando tenemos que compartir nuestro pequeño mundo con los hermanos o los compañeros de la guardería, dolor cuando en la adolescencia empezamos a conocernos y reconocernos diferentes a los demás, dolor cuando no somos aceptados por determinado grupo, dolor cuando el chico que nos gusta nos rechaza, dolor en el proceso de discernimiento de la carrera que finalmente estudiaremos, dolor cuando terminamos una relación de noviazgo, dolor ante un aparente fracaso laboral, dolor al reconocer que la persona elegida para casarse tiene muchos defectos que antes no había observado, dolor en el parto de los hijos, dolor al tener que educarlo con disciplina y firmeza, dolor cuando los hijos han crecido y decidido irse de casa, dolor cuando mueren nuestros padres, dolor al envejecer y reconocer que se depende de otros para sobrevivir… Parece un tema muy conocido para todos, pero en ocasiones quisiéramos dejarlo guardado en un armario, desaparecerlo y no tener que experimentarlo.

En una ocasión una amiga me dijo que la mejor manera de enfrentar el dolor en el crecimiento es hacer como cuando nos ponen una inyección: “simplemente dejar que nos la pongan y así será menor el dolor.”

Cada etapa de la vida tiene sus propios retos: la niñez, la adolescencia, la juventud, la etapa adulta, la vejez. Cada proceso en nuestro crecimiento lleva implícito el dolor o sufrimiento y aunque nos empeñemos en alejarlo de nuestras vidas, ahí estará porque es necesario para el propio crecimiento y maduración.

Muchas parejas han tenido que sufrir ese proceso de dolor o dificultad durante su matrimonio y ante los momentos de dolor o crisis han decidido divorciarse. Las estadísticas del INEGI del 2006 hablan de una tasa del 12.3% de divorcios en México.

Por evitar el sufrimiento

Las consecuencias de este tipo de decisiones no son solamente a nivel personal, sino a nivel de la sociedad. Según la Association of Teachers and Lecturers (organización con más de 160,000 miembros) “el declive de la familia tradicional está creando un círculo vicioso de fracaso escolar, pobreza y crimen”. Un informe del periódico Times de Londres publicado el 24 de abril de 2007 menciona que según estudios de la Children’s society más de un cuarto de los jóvenes de menos de 16 años se sienten deprimidos por las tensiones de la vida familiar, las amistades y el colegio.

Cada vez es más frecuente la cultura de lo cómodo, de evitar el sufrimiento. Gran número de niños crecen acostumbrados a tener prácticamente todo lo que quieren en el momento que lo desean. Sus padres, con la idea de proporcionar lo necesario y lo superfluo en el aspecto material, le dan todo ello para que “no sufra”. En nuestro mundo cada día se “crean necesidades”, mismas que pareciera los padres debieran cubrir en un 100%. Esto genera niños egoístas y con baja tolerancia a las frustraciones en diferentes etapas de la vida. Otro gran número de adolescentes piensan merecer todo sin ningún esfuerzo de su parte, lo que provoca retraso en el proceso de madurez personal. Son adolescentes que basan su seguridad personal en el dinero, en las tendencias de la moda o lo que dicta la sociedad y que se les dificulta vivir sus valores de manera auténtica. Así también podemos encontrar a adultos que van por la vida según la corriente les dicta, dando a los hijos todo lo “material”, olvidando la importancia de la atención, el acompañamiento en el aprendizaje y la disciplina. Elementos que ninguna persona ajena a los padres podrá formar en ellos.

Abierta al dolor y al sufrimiento

La mujer madura está abierta al dolor y al sufrimiento en el proceso de crecimiento, enfrenta con valor su propia personalidad (fortalezas y debilidades), se acepta tal como es y sin esconderse a esa realidad. Al mismo tiempo sabe que necesita superarse y lo hace con la decisión firme de dar lo mejor de sí para darlo a los demás.

¡Cuántas mujeres han hecho historia por su capacidad de entrega!, por ser mujeres maduras. Mujeres que se encuentran en el anonimato, pero que tomaron la decisión de darse a sí mismas en los diferentes roles que le tocan: en el trabajo, en la familia y en la sociedad.

Que maravillosa decisión la de tantas mujeres que tomaron la decisión de casarse y formar una familia. Ellas llevan en sus manos un gran reto y una magnífica vocación. Hacen frente al misterio que representa el futuro y en medio de las contrariedades siguen adelante, luchan y dan lo mejor de sí mismas dejando a un lado el egoísmo.


sábado, 16 de agosto de 2008

La conversión de Ingrid Betancourt: primero fue la Biblia, luego la Virgen

Lo que la prensa generalista no publica: como conoció a "una María fuerte, inteligente" y su consagración al Sagrado Corazón.
Liberada de su cautiverio con las FARC, la política colombiana Ingrid Betancourt acudió al santuario de Lourdes, en Francia, y a la basílica del Sacré-Coeur de París, para "dar gracias al Sagrado Corazón".

En este viaje francés ha concedido una entrevista en profundidad al semanario católico francés Pelèrin (http://www.pelerin.info/), donde ha hablado de su conversión, su fe, su encuentro con la Biblia y María, con Dios y Jesucristo. En la web, el semanario sólo ha publicado parte de la entrevista.

La prensa generalista, de todas las interesantes declaraciones de Ingrid Betancourt a Pelèrin -sobre la alegría, el dolor, la esperanza- sólo ha publicado esta frase:

"Uribe y no sólo Uribe, sino toda Colombia, deben corregir algunas cosas. Hemos alcanzado el punto donde debemos cambiar el vocabulario radical, extremista de odio, de palabras muy fuertes que dañan de manera íntima al ser humano".

Lo cual en la prensa generalista se convierte en titulares como este de El País:

"Betancourt exige a Uribe que abandone el lenguaje del "odio" contra las FARC"

Leyendo el artículo vemos que El País ni siquiera dice que son declaraciones en un semanario católico dentro de una extensa entrevista; El País ni menciona a la revista Pelèrin, mucho menos los temas espirituales que trata la ex-secuestrada.

Enfadada con Dios

En la entrevista Ingrid Betancourt cuenta que antes del secuestro estaba bastante desapegada de Dios. El secuestro al principio incluso empeoró su relación.

"El primer año, es verdad, yo estaba peleada con Dios. Me enfadé con él por la muerte de mi padre. Le decía: ¿por qué me has hecho eso, si sabes que te adoro, por qué me castigas? Luego entendí que podía dar gracias, porque papá nunca habría soportado seis años de este horror. Puedo decir que mi fe creció continuamente."

Ingrid empezó a leer la Biblia... por Romanos 8, 26: "nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables".

"Al principio de mi cautiverio, me dije: bien, voy a pasar meses y meses aquí, así que voy a leer la Biblia, ya que no la conocía. Al abrirla, me salieron las palabras de las cartas de San Pablo. Las cito de memoria, más o menos: pide lo que quieras, que el Espíritu Santo pedirá mejor, porque sabe mejor que tú lo que necesitas. Al leer esto me dije: Dios mío, está bien, pero yo sé lo que quiero, ¡quiero ser libre! Seis años después, al releer la misma epístola, por fin la entiendo. Pensé: Menos mal que el Espíritu Santo está aquí para rogar por mí, porque soy incapaz de pedir lo que necesitaba".

"Para comprender a la Virgen hay que tener cierta madurez"

La veterana política colombiana explica también que pese a la devoción de su padre por la Virgen, a ella la figura de María no le decía nada. Desde luego no era su prototipo de mujer ideal. Pero, releyendo los Evangelios:

"caí admirada ante ella, sin duda porque para comprender a la Virgen hay que haber vivido y haber adquirido cierta madurez. Y comencé a descubrir a una joven que aceptó tener un hijo a pesar de tener un plan totalmente diferente para su vida. Ella afrontó todos los riesgos.

Para la mayoría de los cristianos estas son cosas bien conocidas, pero para mí era un descubrimiento. Encontré a una María fuerte, una María inteligente, una María con sentido del humor. Me enamoré de María leyendo el evangelio de San Juan, en las bodas de Caná. Encontré ese diálogo entre María y Jesús extraordinario. Esa complicidad entre ellos es genial. A pesar de todas las razones con las que Jesús se opone a su madre, ella sabe que él va a hacer lo que ella quiere que, que Él transformará el agua en vino en la boda por amor a ella.

Leyendo el pasaje no podía dejar de pensar en mi relación con mi hijo Lorenzo".

"Seré toda tuya"

También explica el porqué de su peregrinación al templo parisino del Sagrado Corazón:

"El 1 de junio escuchaba yo Radio Católica Mundial, y me enteré de que en junio se celebra el Sagrado Corazón. Pues bien, la última vez que vi a mi padre, estábamos sentados en su habitación, bajo una imagen del Sagrado Corazón. Papá me tomó de la mano, observó la imagen y dijo: "Sagrado Corazón, cuida de mi corazón, cuida el de mi hija". Así que cuando hablaron del Sagrado Corazón presté atención.

En aquel entonces aún no conocía bien la historia de Santa Margarita María, de hecho acabo de conocer su nombre ahora. Pero sí sabía que los que se consagraran como ella al Sagrado Corazón recibían bendiciones. Me acuerdo de una en particular, en que Jesús prometía tocar los corazones duros que nos hacen sufrir. Entonces oré: Jesús mío, nunca te he pedido nada porque eres tan grande que me da vergüenza pedirte. Pero aquí te voy a pedir una cosa muy concreta. No sé lo que significa exactamente consagrase al Sagrado Corazón, pero si me dices, a lo largo de tu mes, el mes de junio, en qué fecha seré liberada, seré toda tuya".

Y el 27 de junio un comandante de la guerrilla vino a decirles a los prisioneros que serían liberados. "El hecho es que Jesús cumplió su palabra: he vivido un milagro", dice la política colombiana.

El 2 de julio, al pie del avión que la trajo de la selva, rezaba de rodillas un Padrenuestro y un Avemaría dando gracias a Dios junto con otros liberados. En sus manos, el Rosario que se hizo con unos botones como cuentas. El mismo Rosario con el que ha ido ha Francia y ha mantenido en sus manos durante su entrevista con Nicholas Sarkozy. Vivencias que la prensa generalista en España no recoge, pese a su indudable fuerza humana.