sábado, 29 de junio de 2019

Solemnidad de san PEDRO y san PABLO 29 junio 2019




 San Pedro y San Pablo

 Cada 29 de junio, en la solemnidad de San Pedro y San Pablo, apóstoles, recordamos a estos grandes testigos de Jesucristo y, a la vez, hacemos una solemne confesión de fe en la Iglesia una, santa, católica y apostólica. Ante todo es una fiesta de la catolicidad.



sábado, 22 de junio de 2019

Solemnidad del CORPUS CHISTI 2019




Día 23 Domingo. Solemnidad: Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo

Una vez más recordamos este milagro que podemos llamar clamoroso, espectacular, que todo el mundo reconoció con asombro, y a partir del cual bastantes quisieron proclamarlo rey, según narra san Juan: Aquellos hombres, viendo el milagro que Jesús había hecho, decían: Este es verdaderamente el Profeta que viene al mundo. Jesús, conociendo que iban a venir para llevárselo y hacerlo rey, se retiró de nuevo al monte él solo. Los hombres reconocen en Jesús a alguien excepcional. De hecho, el Señor no oculta su poder. No sólo en una ocasión, muchas veces realizó prodigios ante la gente. Eran uno de los medios que utilizó para probar su condición de Mesías. Llevar a cabo lo que ningún hombre sería capaz de hacer, probaba al menos su gran unión con Dios. Así lo entendieron las gentes sencillas que contemplaron pasmadas multiplicarse el pescado y el pan ante sus ojos. Reconocerle como autor de hechos milagrosos, equivalía a aceptar su condición mesiánica de Redentor. Los milagros eran una prueba más de que se cumplían en Él las Escrituras acerca del Mesías. De ahí la resistencia, por ejemplo, de los fariseos a reconocer los prodigios de Jesús. Éste no expulsa los demonios sino por Beezebul, el príncipe de los demonios, decían de Él. No buscaba, en todo caso, Jesucristo en primer lugar solucionar las situaciones humanamente lamentables –como las muchas enfermedades– de la gente de su tiempo. Más bien quería que lo aceptaran como Salvador que venía con el Evangelio, la gran noticia para toda la humanidad, de que por Él y en Él estábamos destinados a vivir la Vida de Dios. Concretamente, ese alimento que sació el hambre de la multitud, que milagrosamente les había concedido, era, ante todo, un preludio del Pan de Vida eterna –su propio cuerpo y su sangre– que dentro de poco les iba a ofrecer como alimento. Un alimento en verdad para la Vida eterna, que es la única vida propia de los hijos de Dios. Un alimento, según las palabras del mismo Cristo, imprescindible para esa Vida: si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros. Jesús se expresaba con gran claridad, aún sabiendo que bastantes no querrán aceptar sus palabras. Los suyos, sin embargo, con Pedro a la cabeza, creen en Él. Tú tienes palabras de vida eterna, confiesa el Príncipe de los Apóstoles. Pero muchos, a partir de entonces, se apartaron de su compañía. Como sucede en nuestro tiempo, la bondad intachable del Maestro, su autoridad indiscutible y la infinidad de prodigios sobrehumanos y evidentes, resultan irrelevantes –no significan nada– cuando no se quiere creer. Cuando lo único que interesa es el propio criterio inamovible, las verdades más notorias se puedan recibir como un insulto que no vale la pena escuchar. Hoy como ayer, parece incomprensible en tantos ambientes que el amor de Dios por sus hijos le lleve a darnos su misma Vida, alimentándonos de Sí. Tendríamos que purificarnos del egoísmo y la desconfianza que nos reducen a la pequeñez de nosotros mismos, que tan grande se nos antoja. Nuestro Dios se nos ha mostrado generoso hasta el extremo y de modo patente, para que pudiéramos apreciarlo con nuestros propios ojos. Pero, además, ha dispuesto que podamos alcanzar todo el tesoro de su Amor, que nos enriquece con la Vida Eterna, con la misma facilidad que el alimento más común y accesible

sábado, 15 de junio de 2019

DOMINGO de la SANTÍSIMA TRINIDAD 2019




Día 16 Domingo. Solemnidad: La Santísima Trinidad

 La fidelidad de san Juan evangelista a la enseñanza del Señor nos introduce, en este caso, en la intimidad misma de la Trinidad. Las palabras de Jesús que acabamos de recordar deben ser objeto de nuestra pausada meditación. Son suficientes para nosotros, aunque, metidos a partir de ellas en el misterio insondable de la divinidad, el entendimiento humano no comprenda...; pues, como ya sabíamos, a Dios no lo podemos abarcar con la inteligencia. "Creo en Dios Padre, creo en Dios Hijo, creo en Dios Espíritu Santo; espero en Dios Padre, espero en Dios Hijo, espero en Dios Espíritu Santo; amo a Dios Padre, amo a Dios Hijo, amo a Dios Espíritu Santo". Es necesario que hagamos así. Es preciso actualizar las tres virtudes teologales, que tienen por objeto al mismo Dios, para vivir de ellas. Debemos ser muy de este mundo, pero nuestra vida ha de ser a la vez una vida en Dios, de relación permanente con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Si no fuera así –debemos reconocerlo– estaríamos quedándonos muy cortos, sin el desarrollo y la plenitud de que somos capaces: Dios está contigo. En tu alma en gracia habita la Trinidad Beatísima. —Por eso, tú, a pesar de tus miserias, puedes y debes estar en continua conversación con el Señor. Queramos empaparnos de este convencimiento tan vivo en san Josemaría y en todos los santos. El propósito renovado de pensar en cada una de las divinas Personas, de invocarlas –tal vez sin palabras muchas veces– irá confirmándonos, por efecto de la Gracia santificante, en esa vida en Dios para la que fuimos creados. Una vida no solamente para el futuro, a partir de la muerte; puesto que debe ser una realidad ya actual. Mientras llevamos a cabo nuestros quehaceres más habituales, podemos –debemos– mantener un trato lo más asiduo que sea posible con la Santísima Trinidad. ¿Cómo busco a las Personas divinas durante la jornada? No es una empresa inaccesible ni demasiado espiritual que no pueda ir de acuerdo con los afanes del mundo que vivimos. Dios nos quiere aquí, y aquí nos esperan el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo cada día, mientras nos desenvolvemos cada uno entre nuestros afanes. En cada instante podemos vernos ante el Padre, que ama entrañablemente a sus hijos los hombres y espera de nosotros correspondencia. Y que descansemos en su bondad omnipotente, también si por un instante –o por una temporada– perdimos de vista lo que somos y valemos por Él. Aunque queramos seriamente amar a Dios, siempre notamos nuestra fragilidad y, en ocasiones, parece que los defectos conocidos de siempre harán inútil en la práctica todo intento por corresponderle. Tal vez es entonces el momento de comprender, con una nueva luz, que para esta empresa sobrenatural siempre seremos débiles; débiles y desmañados, por la tendencia al pecado, que proviene del pecado de Adán y de los otros pecados nuestros, personales. Entonces invocamos a Dios Padre. Nos apoyamos confiados en su ternura poderosa, en su comprensión de Padre que perdona y anima, que quiere salvarnos: vernos felices gozando con su Amor.

sábado, 1 de junio de 2019

Cuidemos el corazón de nuestros hijos

5 tips para que nuestros hijos tengan un corazón limpio y sin apegos materiales

Por: Silvia del Valle | Fuente: Catholic.net




En la actualidad es más difícil que nuestros hijos(a) tengan un corazón limpio y sin apegos materiales, por eso nosotros, como papás, debemos estar al pendiente y cuidar muy bien el corazón de nuestros hijos, por eso aquí te dejo mis 5Tips para lograrlo.

PRIMERO. Cuida que ven tus hijos.

En nuestros días la mayor influencia para nuestros hijos la ejercen los medios masivos de comunicación y las redes sociales.
Es por esto que debemos estar muy atentos a lo que ven nuestros hijos, ya sea por la TV, como en el internet y las redes sociales.
Las publicaciones impresas son también una amenaza pero gracias a Dios están mas controladas y otro punto de gran cuidado son los libros de texto que no son para niños y que ahora, traen imagenes muy gráficas que no dejan nada a la imaginación y que contaminan el corazón de nuestros hijos.
Y no me refiero solo a los niños, también es necesario cuidar a nuestros adolescentes y jóvenes, ya que las imagenes que ahora usan para la promoción de algunos productos o servicios también pueden llegar a perturbarlos a ellos y hasta a nosotros.
 

SEGUNDO. Estate atenta a lo que escuchan.

Es muy difícil controlar todo lo que rodea a nuestros hijos pero si podemos conocer la música que oyen. Ahora la música es muy explícita también y mina la conciencia de nuestros hijos, por ejemplo, el reguetón, que es una música altamente cargada de contenido sexual y de violencia.
El corazón de nuestros hijos es muy sensible y se va lastimando poco apoco y nosotros debemos intentar resguardarlo lo más posible, porque es su lugar intimo, ahí donde solo Dios y su conciencia pueden estar.
 
TERCERO. Cuida sus amistades.

Otro punto importante es cuidar las amistades de nuestros hijos, por que ellas tienen gran influencia en sus gustos y decisiones.
Los amigos pueden ayudarnos a acercar a nuestros hijos a Dios o pueden alejarlos por completo de El.
Es necesario conocerlos y para esto es bueno que nuestros hijos los inviten seguido a la casa, así podemos convivir y conocerlos.

Cada familia es diferente y sus costumbres son diferentes también, pero es necesario que tengan en común, por lo menos los valores trascendentes y la fe, para que la amistad, apuntale la formación de nuestros hijos.
 
CUARTO. Acércalos a la vida de los Santos.

En ellos pueden tener ejemplos de vida, modelos a seguir. Es necesario que conozcan su vida y que convivan con ellos por medio de las devociones.
Así que es bueno comprarles libros donde puedan leer la vida del santo, películas que les ayuden a los pequeñitos a comprender lo que hizo el santo en vida, alguna oración para que esté cerca del santo constantemente y de ser posible, llevarlos a conocer una imagen para que esa amistad tenga cara y sea más fácil que se identifiquen con el santo.

Y QUINTO. Que tengan una vida espiritual activa.

El antídoto o la vacuna contra los males del mundo y contra las ideologías que nos quiere imponer la sociedad es tener una vida espiritual y de oración activa, es decir, que tengan una relación con Dios intensa.
No quiere decir que esto les evite caer en las tentaciones y que los vuelva inmunes al pecad, pero si los hace más fuertes y les ayuda a resistir y mantener su corazón desapegado de estas cosas.
La asistencia a misa lo más seguido posible, acerca a los sacramentos, la vida de oración ayudan mucho para tener una relación cercana con Dios y para acoger la fe en el corazón.


Que no nos de pena ser los guardianes del corazón de nuestros hijos