sábado, 24 de noviembre de 2012

"It's a girl", un documental sobre el control de la natalidad femenina en China





En algunas partes de India o China es un gran riesgo para los bebés que aún no han nacido ser niñas. Y la inseguridad continúa incluso entre aquellas que nacen. Algunas son asesinadas por sus propios padres, o a veces, por el médico.

domingo, 18 de noviembre de 2012

«He encontrado mi meta, estoy llena de alegría»: la carta póstuma de Camille a sus padres

Su adiós es un ejemplo de cómo afrontar la muerte, y en ella relata su encuentro con Dios en la enfermedad y su deseo del cielo.
Javier Lozano religionenlibertad.com
 
¿Cómo afrontar la muerte y la enfermedad, especialmente cuando se es joven? “De la muerte brota la Vida y de la cruz la Resurrección”. Con esta frase y con su ejemplo de vida respondió con creces a esta pregunta Camille Homolle, una chica de tan sólo 25 años que el pasado mes de julio pasó de este mundo al Padre tras padecer cáncer durante años.         Sin embargo, lejos de entristecerse, esta joven francesa aprovechó la enfermedad para prepararse para el Cielo y para evangelizar ya incluso muerta a su familia y amigos. El padre Christian Mahéas acompañó durante todo este tiempo a Camille en su camino espiritual. Ahora confiesa que quedó maravillado porque “en medio de esta desgracia terrible se vio la Gracia de Dios”. Este sacerdote quedó impresionado de que los jóvenes “viven su enfermedad y la proximidad de la muerte como una forma real de vida que es una gracia que llega a sus familias”.

“Supe que estaba lista”

        En las pasadas Navidades esta joven parisina supo que la medicina no podría hacer nada por ella y que más tarde o más temprano moriría. Cuenta el padre Mahéas que “se fue de peregrinación con su familia. Vi volver a Camille con un rostro luminoso y pacificado. No había recibido la gracia de la curación física, sino la de la fe profunda que deseaba tan ardientemente. Supe que estaba lista”.

        Camille afrontó su muerte con naturalidad y con la vista puesta en la vida eterna. Por ello, el 15 de marzo le entregó a su sacerdote una larga carta que debía entregar a sus padres el día de su muerte. A continuación juntos prepararon la misa funeral. 

Eligió las lecturas y cantos de su funeral

        Ella misma quiso elegir las lecturas. La primera era del libro de la Sabiduría cuando habla de que “Dios creo al hombre para la incorruptibilidad, le hizo imagen de su misma naturaleza”. El salmo escogido fue el 86 que pide a Dios: “guarda mi alma, porque yo te amo, salva a tu siervo que confía en ti”. Por último esta joven eligió un Evangelio de San Juan, un precioso pasaje en el que Jesús dice a sus discípulos que “no se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas mansiones, si no, os lo habría dicho”.

        Tampoco las canciones fueron al azar. Para la entrada quiso que fuera uno titulado “Más cerca de mi Dios yo quiero descansar”. Para la comunión quiso que sus seres queridos cantasen “No tengo otro deseo que pertenecerte” y para el final dejó el canto de Simeón, “Ahora ya puedes dejar que me vaya en paz”.

La carta entregada a sus padres

        En el funeral, el sacerdote entregó la carta que Camille había escrito en marzo. Ahora era el momento. “He vivido una vida maravillosa”, afirmaba. “Hago hincapié en este punto porque incluso estos dos años han estado llenos de felicidad. Aunque agotadores me han permitido descubrir dónde está la verdadera alegría: la alegría de la fe. ¡Qué hermosas situaciones parecen terribles a primera vista!”.

        En su carta Camille agradece que “este amor que continuamente recibí me dio la fuerza para no perderme en el abatimiento y buscar la meta de mi vida, mi viaje. La he encontrado y estoy llena de alegría”.
        De este modo, dirigiéndose a sus seres queridos y amigos añade que “el duelo es un tiempo de sufrimiento y soledad, un vacío terrestre terrible. Pero cuando te entregas al amor de Dios, nos damos cuenta de que los muertos están siempre ahí y nos guían. Son pequeños ángeles que nos llevan, nos sostienen, nos quieren y es importante dejarles un lugar en nuestros corazones. Estos pequeños ángeles son felices, afortunados”.

“Somos felices y estamos ahí”

        Era ella misma la que en su propio funeral estaba consolando a la gente que tanto quería. “Este duelo es un aprendizaje que se hace poco a poco, otro tipo de relación con los que se fueron, relación más bella y constructiva”. La clave está en que este vacío “puede ser llenado por el amor infinito de Dios y de los difuntos del Cielo. La tristeza en este tiempo es comprensible pero Camille exhorta a su familia a que “esta fase no dure demasiado tiempo para evitar endurecer nuestros corazones”. “Somos felices y estamos siempre ahí”, asegura esta joven en la carta.

        Por ello, invita a mirar más allá. Asegura que “la vida terrena no durará mucho tiempo y tenemos que prepararnos para la vida eterna. Por medio de nuestras oraciones y acciones nos preparamos para este paso feliz” Y es que aunque “algunos se van antes que otros, estos pocos años no son nada en comparación con la eternidad del amor que nos espera”.

“Entrégate a los brazos de María”

        Incluso recomienda las cosas que a ella le han ayudado a hacer el paso de este mundo al Padre. “No dudéis en pedir ayuda a los sacerdotes, en acudir a los Sacramentos y a las personas guiadas por la fe e impregnadas del Espíritu Santo”.

        Para acabar la carta hace esta exhortación: “No te encierres en tu dolor y déjate alimentar por los lazos del amor, amistad y la familia que te rodea. Estos lazos sacarán la fuerza para superar el dolor. Ten confianza y entrégate totalmente en los brazos de María para entrar en la esperanza de la salvación”. “Mis oraciones están con vosotros y os acompañarán siempre”, concluye.
        Es por esto por lo que el sacerdote que tanto vivió con ella llegara a esta conclusión tras su muerte, tal y como contó a Famille Chrétienne: " Camille me dio a entender que un santo no era alguien perfecto. Es alguien que con cuya vida refleja el corazón del Evangelio: de la muerte brota la Vida, y de la cruz la Resurrección”.

sábado, 3 de noviembre de 2012

El jarrón de la abuela: habrá trabajo para los emprendedores

Mi amigo Nacho es un pozo sin fondo de ideas, anécdotas y buen humor, tan importante en los tiempos que corren. Jovencísimo padre de familia me explicó este fin de semana su reflexión. El caso es que su hija pequeña rompió un delicado jarrón en casa de la abuelita y él, ni corto ni perezoso, se dedicó a repararlo con cuidado. Mientras encajaba las dos partes rotas con un adhesivo especial resulta que con la presión rompe sin querer otras dos partes más. ¡Desolación!: de la niña, de él mismo y de la abuela… ¡Ves, si no lo intentas arreglar! –dice el hijo más mayor!!! Pero, salvada la curva de la rotura con varios pacientes encajes de artesanía paterna, el jarrón quedó perfectamente completo, aunque con la evidente reparación.
Dejar de afrontar una situación negativa o dificultosa, me decía Nacho, es como lo que me pasó con el jarrón. Seguro que pueden complicarse algunas cosas, que pueden «llover críticas» pero lo peor sería dejar «el jarrón» sin reparar, pues seguro que, incluso siendo valioso puede acabar en la basura con el paso del tiempo por la desidia de quien lo debería tener en buenas condiciones.
Nacho, buen economista, buen gestor, excelente y comprensivo –más allá de la justicia–, responsable de recursos humanos de una empresa puntera, me sigue explicando que la actitud chata, egoísta, cómoda, cobarde, de muchas personas e instituciones es un mal endémico en nuestro país.
Me hace pensar sobre otros muchos temas, en aquello de «lo mejor es enemigo de lo bueno». Y, sobre las perspectivas de soluciones a la crisis, creo que sí, creo que los poderes públicos tiene la obligación de motivar la iniciativa privada, la innovación, el espíritu emprendedor de tantos que piensan qué pueden hacer ellos por su país, más que qué va a hacer su país para tenerlos entre algodones y subirlos al tren del gratis total. Esa generosidad y trabajo cooperativo entre lo público y lo privado puede generar verdadera riqueza y progreso.
Y, entre algunas iniciativas que he conocido, se me viene a la cabeza una que parece de contrastada seriedad y que no será flor de un día: es la liderada por el consejero catalán de Empresa y Ocupación, Sr. Francesc Xavier Mena, que, mediante la inversión de 200 millones de euros pretende generar 60.000 nuevos emprendedores, lo que reactivirá con seguridad la creación de empresas y puestos de trabajo. Hablo de lo más conocido por mi parte, pero seguro que de manera similar se estarán planteando propuestas en Galicia, Cantabria, Madrid, La Rioja…
Esos objetivos tan ambiciosos pasan también por incorporar el espíritu emprendedor a la educación (a la enseñanza obligatoria, al superior y a la formación profesional). El plan catalán prevé, por ejemplo, que algunas titulaciones universitarias incorporen un plan de empresa. El siguiente estadio es, ya en relación directa con los interesados en iniciar un negocio, a través de asesoramiento empresarial y jurídico, formación, programas de apoyo económico, ayudas a empresas con perspectivas de crecimiento o segundas oportunidades para emprendedores que no tuvieron el éxito deseado. El último de los pasos es acompañar las medidas con «cambios normativos y administrativos», que se plasmarán en una ley para estimular y premiar a los emprendedores.
Creo que por ahí tenemos las buenas, necesarias y razonables soluciones para nuestro país. Y algunos se preguntarán ¿por qué no hablo de la huelga de este jueves, que está en boca de todos? Pues porque, si no fuera por los 2.000 millones de euros que costará a nuestra economía, la recurrente comparación con Grecia que harán los medios de comunicación de todo el mundo, o la imagen de inseguridad para los inversores internacionales, yo la llamaría más bien la tragicomedia de Toxo, Méndez y Rubalcaba. Es una barbaridad quemar un país con un medio lícito de protestar, cuando precisamente quienes más quieren ahora «tensionar el ambiente» –otra vez– son aquellos que no han puesto remedio al despilfarro y mala gestión de años. Ni en Andalucía parece que tampoco tienen intención de rectificar. ¿Tendrá que llamarnos la atención, otra vez más, la Sra. Merkel para que a algunas gentes les vuelva el sentido común? ¡Al tiempo!