domingo, 26 de abril de 2015

Jesús el Buen Pastor 2015





Día 26 IV Domingo de Pascua
Comenzamos nuestra reflexión meditada –nuestra oración– tomando pie de estas palabras que nos transmite san Juan, y damos gracias a Dios porque nos ha querido tanto, porque nos trata con todo primor para nuestro bien. Jesucristo se compara a un buen Pastor y nosotros seríamos las ovejas de su rebaño. No pensemos, sin embargo, en cualquier tipo de pastor, sino en el pastor que nos describe Jesús: en el buen pastor que da la vida por sus ovejas. Así es el Señor: como un pastor bueno, dando su propia vida –del todo– por cada uno de nosotros. ¿Y, por qué da su vida por los hombres?: porque somos suyos, porque nos ama, porque le pertenecemos. El es nuestro dueño. Por fuerte y excesiva que a alguno pueda parecerle la expresión, así es; y es, además, la razón de su interés por nosotros:. Sino fuéramos suyos, no tendría por qué dar su vida. Pero Nuestro Señor no se interesa por los hombres por encargo, como quien se dedica a algo determinado, pero podría ocuparse igualmente a otra actividad, quizá también satisfactoria.

miércoles, 22 de abril de 2015

La emocionante historia en vídeo de Maki, una niña que combate una enfermedad cerebral con alegría

ReL

Macarena Márquez, "Maki", es una niña española que lleva años luchando contra una grave enfermedad que ataca al cerebro, la encefalitis de Rasmussen.

Su familia ha dado testimonio de su alegría, paciencia, fe y esperanza, que se ven probadas por duras intervenciones quirúrgicas que pueden durar hasta 12 horas y tienen riesgos importantes y secuelas, con crisis, ataques epilépticos y otros momentos duros.

La niña ha afrontado todo con buen humor y apoyada por una ola de oración de muchas personas que han seguido su historia, a través del libro “Maki, la sonrisa de un ángel”, escrito por su madre Carmina Coloma Miró, y también a través de una cuenta de Twitter (https://twitter.com/pormacarena) que va desgranando sus éxitos frente a la enfermedad, éxitos que a veces asombran a los médicos, por ejemplo al conseguir volver a caminar. Esta cuenta de Twitter es un alimento espiritual que pone a rezar a muchas personas.



Maki, vestida de princesa en abril de 2014

Ahora, la familia ha publicado un emocionante vídeo de 9 minutos describiendo esta vida a la vez pequeña y grande que le ha tocado vivir a Maki. Son historias que repiten una tónica de esperanza y alegría ante la adversidad, una esperanza que nace de la sonrisa de la niña. 
 Un ejemplo de lo que viven los que acompañan a Maki lo escribe su tía Null García en su blog personal: «Cuando todos a su alrededor estábamos con un nudo en la garganta porque le estaba dando una crisis grande, ella aguantaba, y cuando terminaba, se ponía a bailar. No ha derramado ni una sola lágrima y todos a su alrededor hemos llorado como niños (bueno, como no todos los niños). Cuando estaba un poco mejor (aunque caminase mal y estuviese medicadísima) quería jugar al escondite, correr por el jardín del hospital y hacía bromas sin parar. En la última fase de la enfermedad las crisis han sido continuas, pero temblándole constantemente la mejilla ella te cogía la cara y te daba besitos sin parar. Ayer fuimos a verla por última vez antes de la operación, y mientras yo estaba muy nerviosa por cómo iba a salir, ella bromeaba haciendo como que me quitaba la nariz y se la comía. Luego me la devolvía, eso sí. Y me preguntaba qué personaje me pedía en la peli de dibujos que estaba viendo. Y hoy, entraba al quirófano abrazada a su osito Lulú con una sonrisa en la cara. Estaba contenta porque la iban a curar».



Maki, tras una de sus peligrosas operaciones

En el libro destaca una escena especial. Escribe la madre: “un día en misa y al llegar la consagración, Maki seguía algo con la mirada fija de un sitio a otro, como viendo algo sobre el altar, y comenzó a decir: ‘¡Te quiero! ¡Te quiero! ¡Te quiero!’. Yo al verla le pregunté: -‘¿Qué ves, cariño?’. Y Maki contestó con toda normalidad: ‘¡A Jesús, mami!’.

El libro puede adquirirse aquí: el dinero se destina íntegramente al Hospital la Paz para adquirir medios audiovisuales para niños enfermos.
 

domingo, 5 de abril de 2015

Texto completo de la bendición Urbi et Orbi del Papa Francisco en el Domingo de Pascua



El Papa recuerda que 'sólo quien se abaja comprende la glorificación de Jesús y puede seguirlo en su camino'. Pide la paz en el mundo, y el fin del 'absurdo derramamiento de sangre'

Ciudad del Vaticano, 05 de abril de 2015 (Zenit.org) Redacción

Queridos hermanos y hermanas, ¡feliz Pascua!

Jesucristo ha resucitado.

El amor ha derrotado al odio, la vida ha vencido a la muerte, la luz ha disipado la oscuridad.
Jesucristo, por amor a nosotros, se despojó de su gloria divina; se vació de sí mismo, asumió la forma de siervo y se humilló hasta la muerte, y muerte de cruz. Por esto Dios lo ha exaltado y le ha hecho Señor del universo. Jesús es el Señor.

Con su muerte y resurrección, Jesús muestra a todos la vía de la vida y la felicidad: esta vía es la humildad, que comporta la humillación. Este es el camino que conduce a la gloria. Sólo quien se humilla pueden ir hacia los «bienes de allá arriba», a Dios (cf. Col 3,1-4). El orgulloso mira «desde arriba hacia abajo», el humilde, «desde abajo hacia arriba».

La mañana de Pascua, advertidos por las mujeres, Pedro y Juan corrieron al sepulcro y lo encontraron abierto y vacío. Entonces, se acercaron y se «inclinaron» para entrar en la tumba. Para entrar en el misterio hay que «inclinarse», abajarse. Sólo quien se abaja comprende la glorificación de Jesús y puede seguirlo en su camino.

El mundo propone imponerse a toda costa, competir, hacerse valer... Pero los cristianos, por la gracia de Cristo muerto y resucitado, son los brotes de otra humanidad, en la cual tratamos de vivir al servicio de los demás, de no ser altivos, sino disponibles y respetuosos.

Esto no es debilidad, sino autentica fuerza. Quién lleva en sí el poder de Dios, de su amor y su justicia, no necesita usar violencia, sino que habla y actúa con la fuerza de la verdad, de la belleza y del amor.

Imploremos al Señor resucitado la gracia de no ceder al orgullo que fomenta la violencia y las guerras, sino que tengamos el valor humilde del perdón y de la paz. Pedimos a Jesús victorioso que alivie el sufrimiento de tantos hermanos nuestros perseguidos a causa de su nombre, así como de todos los que padecen injustamente las consecuencias de los conflictos y las violencias que se están produciendo, son mucas.

Pedimos paz ante todo por Siria e Irak, para que cese el fragor de las armas y se restablezca una buena convivencia entre los diferentes grupos que conforman estos amados países. Que la comunidad internacional no permanezca inerte ante la inmensa tragedia humanitaria dentro de estos países y el drama de tantos refugiados.

Imploremos la paz para todos los habitantes de Tierra Santa. Que crezca entre israelíes y palestinos la cultura del encuentro y se reanude el proceso de paz, para poner fin a años de sufrimientos y divisiones.

Pidamos la paz para Libia, para que se acabe con el absurdo derramamiento de sangre por el que está pasando, así como toda bárbara violencia, y para que cuantos se preocupan por el destino del país se esfuercen en favorecer la reconciliación y edificar una sociedad fraterna que respete la dignidad de la persona. Y esperemos que también en Yemen prevalezca una voluntad común de pacificación, por el bien de toda la población.

Al mismo tiempo, encomendemos con esperanza al Señor misericordioso el acuerdo alcanzado en estos días en Lausana, para que sea un paso definitivo hacia un mundo más seguro y fraterno.

Supliquemos al Señor resucitado el don de la paz en Nigeria, Sudán del Sur y diversas regiones del Sudán y la República Democrática del Congo. Que todas las personas de buena voluntad eleven una oración incesante por aquellos que perdieron su vida ―y pienso muy especialmente en los jóvenes asesinados el pasado jueves en la Universidad de Garissa, en Kenia―, los que han sido secuestrados, los que han tenido que abandonar sus hogares y sus seres queridos.

Que la resurrección del Señor haga llegar la luz a la amada Ucrania, especialmente a los que han sufrido la violencia del conflicto de los últimos meses. Que el país reencuentre la paz y la esperanza gracias al compromiso de todas las partes interesadas.

Pidamos paz y libertad para tantos hombres y mujeres sometidos a nuevas y antiguas formas de esclavitud por parte de personas y organizaciones criminales. Paz y libertad para las víctimas de los traficantes de droga, muchas veces aliados con los poderes que deberían defender la paz y la armonía en la familia humana. E imploremos la paz para este mundo sometido a los traficantes de armas que ganan con la sangre de los hombres y las mujeres.

Y que a los marginados, los presos, los pobres y los emigrantes, tan a menudo rechazados, maltratados y desechados; a los enfermos y los que sufren; a los niños, especialmente aquellos sometidos a la violencia; a cuantos hoy están de luto; y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, llegue la voz consoladora del Señor Jesús: «Paz a vosotros» (Lc 24,36). «No temáis, he resucitado y siempre estaré con vosotros» (cf. Misal Romano, Antífona de entrada del día de Pascua).