sábado, 22 de febrero de 2014

A Kim Yu-na, la reina del patinaje, le cautivó la ternura de unas monjas: es católica desde 2008

Dios la hizo para patinar: sus entrenadores se dieron cuenta cuando ella tenía 5 años y se volcó en el deporte con los mejores formadores. A los 12 años era la campeona absoluta de patinaje artístico en su país.
El pasado jueves 20 de febrero, en Sochi obtuvo la medalla de plata, con la música de “Adios, Nonino”, del argentino Astor Piazzola. Se añade a un palmarés impresionante, a saber:

- Medalla de oro (y récord mundial) en los Juegos Olímpicos de Vancouver 2010
- Campeona del Mundo (2009, 2013)
- Campeona de los Cuatro Continentes (2009)
- Campeona del Grand Prix (2006-2007, 2009)
- Campeona de Corea del Sur (2003-2006, 2013, 2014)
- Subcampeona del Mundo (2010,2011)
- Subcampeona del Grand Prix (2008)
- Medallista de bronce Mundial (2007-2008)

Y es rica. Según la revista Forbes, la sexta deportista mejor pagada de la historia, sobre todo después de su medalla de oro de los juegos de invierno de Vancouver 2010. Kim Yu-na es una de las caras más populares de Corea, adorada por sus paisanos… y las marcas comerciales.

Si usa Dior, se agota en las tiendas
Después de que la cámara la mostrase usando una barra de labios de Dior mientras esperaba su turno para patinar, el producto se agotó, detalla Forbes. Dior patrocinó entonces todos sus productos de maquillaje. La tecnológica surcoreana Samsung Electronics es otra de sus patrocinadoras, entre muchas otras. Su rostro en televisión es éxito seguro. A veces, también canta.

Ahora, tras su plata en Sochi, “destronada” por la jovencísima rusa Adelina Sotnikova, parece que Kim Yu-na se retirará de los circuitos de competición, algo que ya había anunciado. Lleva 11 años ganando premios y estando en lo más alto. Adelantó a la agencia Yonhap que tratará de convertirse en miembro del Comité Olímpico Internacional (COI).

Y sin duda seguirá su tarea filantrópica y solidaria. Desde 2009 ha donado públicamente 1,7 millones de dólares para obras caritativas, especialmente ayudas a deportistas jóvenes sin recursos, damnificados de tragedias naturales en Asia, niños enfermos, etc… muchas veces a través de la sección coreana de Unicef. Probablemente ha donado también mucho sin publicitarlo.

Casi 6 años de católica
En 2008 ella y su madre se bautizaron católicas. En Corea los católicos son un 10% de la población, pero es el país del mundo con más bautizos de adultos (lea aquí por qué), con una iglesia vibrante, joven y entusiasta.

Si el Papa Francisco va a Corea, como se rumorea, sin duda se encontrará con Kim Yu-na. Quizá por eso eligió la música del bandeonista argentino para su actuación en Sochi: ¿una invitación al Papa?


Kim Yu-na, como tantos otros deportistas de élite en vorágine competitiva, llevaba una vida bastante solitaria, concentrada, con su padre, su hermana, y sobre todo su madre y sus médicos. El médico más relevante en su carrera era el doctor Cho, católico devoto, que atiende a muchos deportistas… y también atrae pacientes católicos. Así que en la clínica Kim coincidía con monjas católicas que le sorprendían especialmente por su simpatía y ternura, según detalló el “Christian Post”.

La Virgen de la Medalla Milagrosa
En 2006-2007, con un disco herniado y malas condiciones físicas, decidió competir en el Campeonato del Mundo. Una de las monjas le regaló una medallita de la Virgen (la Medalla Milagrosa, popular desde el s.XIX). Se la puso en la competición, quedó tercera y rompió un récord de puntos… ¡todo un éxito para una lisiada!
Quiso saber más de la fe, y le cautivó encontrarse con el amor gratuito, incondicional de Jesucristo y la Virgen, un amor que no se fija en éxitos y medallas ni en lesiones o incapacidades. ¡No necesitaba ser campeona de nada para recibir ese amor y ser transformada por él!

El sacerdote que preparó a Min Yu-na y a su madre para el bautizo declaró que le había impresionado el hambre de la joven por conocer más y el gozo que encontraba en la fe, y que absorbía cada enseñanza con un entusiasmo y pureza que le maravillaba.

Nombre de cristiana: Stella
En mayo de 2008 madre e hija se bautizaron. Ella tomó el nombre de bautismo Stella, por los nombres marianos: Stella Maris, Stella Matutina…

El cardenal de Seúl, Nicholas Cheong Jin-suk, está encantado con la patinadora: “Stella Kim ha llegado al corazón de todos los coreanos y les ha dado mucha felicidad porque ha superado diversas dificultades y ha dado lo mejor de sí misma”, declaraba tras los juegos de Vancouver.
 

 Ella se persigna antes de competir (en el vídeo lo vemos en competiciones de 2008 y posteriores), por lo general ya en pista durante los momentos de calentamiento. En varias ocasiones se ha visto a los espectadores en los estadios hacerlo, casi sin darse cuenta, al mismo tiempo que ella.

La competición de la vida
Retirada de la competición deportiva, queda la competición de la vida. Tiene muy claro -y le da humildad- que en su caso la ayudaron ya desde niña: "Mis entrenadores me han dicho que mis músculos y la estructura del cuerpo son perfectos para patinar. Nací con un buen instrumento, tal vez más que el talento y tuve suerte que mis entrenadores notaron eso desde el principio y me ayudaron a desarrollar todas las habilidades, mucha gente no sabe que nacen de esa manera".

Quizá por eso tiene especial sensibilidad en la ayuda a los niños. En 2012, por ejemplo, entregó casi 60.000 dólares para un programa de los salesianos (con una red fuerte en Corea) que quiere construir 100 escuelas primarias en el devastado Sudán del Sur. El padre Donatti, misionero salesiano famoso en Corea, dijo que la escuela construida con la donación de Kim llevará su nombre.

 P. J. Ginés/ReL

domingo, 16 de febrero de 2014

Monjas de clausura, disco de éxito





Es el tercer álbum ya de las religiosas benedictinas de María de Missouri (Estados Unidos), cuya voz ha sorprendido incluso a todo un ganador de un Grammy como Blanton Alspaug, quien ha producido este Lent at Ephesus [Cuaresma en Éfeso] y lo explica así a Rome Reports.

domingo, 9 de febrero de 2014

Nora, adicta y atea: «Descubrí que la fe da la fuerza para admitir que necesitas ayuda y cambiar»

Nora es una joven de Viena que publica su testimonio de conversión y superación cuando tiene 28 años. El vacío, los desórdenes alimenticios, el alcohol y luego las drogas le podrían haber llevado al suicidio, como a su ex-novio.

Lo que le salvó fue descubrir que creer en Dios no era "ser débil", como pensaba, sino todo lo contrario: la fe era una fuerza para admitir los errores, la realidad, y poder empezar un cambio radical.

Anorexia y aislamiento

 
"Al comenzar mi adolescencia sentía un profundo vacío dentro de mí que se manifestaba en la anorexia", explica Nora. "En poco tiempo me aislé de todo y de todos, no quería que me molesten, vivía en mi mundo, me pesaba ser prisionera de mi propio cuerpo. Me trataba a mí misma con dureza, pero en la relación con los demás me sentía frágil e insegura, pensaba que no era inteligente, bella o fuerte como mis coetáneos".

Una familia rota

 
Se fue alejando de su familia, que además sufría su propia crisis. Cuando ella tenía 18 años sus padres se divorciaron. Y ella no quería sentir dolor: quería ser, o al menos parecer, fuerte, dura.

"No quería sentir el dolor, las inseguridades, el miedo y todo el sentimiento de culpa", recuerda. ¿Y cómo se combaten esos sentimientos en una cultura materialista? Con pastillas y sustancias.

"Comencé a tomar fármacos antidepresivos, calmantes, y caí en la oscuridad de las tinieblas. Gracias a Dios, mi padre y su compañera me vieron, me llevaron a su casa por un año y me ayudaron mucho. Al principio mi padre trató de ayudarme de distintas maneras, y aunque yo lo rechazaba, él siguió cerca".



Trabajo y oración: el Cenáculo

 
Finalmente, su padre decidió enviar a Nora a Italia, a la Comunidad del Cenáculo, una comunidad católica donde los jóvenes adictos viven juntos en una misma casa, realizan mucho trabajo físico y manual y mucha oración.

A cada recién llegado se le asigna un "ángel" o "acompañante", que es un ex-adicto, alguien que ya ha pasado por el proceso, que se sabe todos los trucos del adicto, sus mentiras incesantes, dónde esconde la droga o el alcohol, sus justificaciones... y que no cede ante ellas.

Nora fue al Cenáculo muy en contra de su voluntad, con la sensación, simplemente, de que su padre quería alejarla de casa pero no tenía elección. No le gustaba tener que estar en otro país, tener que aprender italiano, tener que compartir el lugar con tantas chicas, y dejar sus adicciones. Pero su padre había sido claro al enviarla: “Si vuelves a casa, tu vida será un infierno”, le había dicho. "Sus palabras permanecieron dentro, me sacudieron", señala la joven austriaca.

La vida en el Cenáculo era dura: mucho trabajo, mucha oración, nunca sola. Pero eso era liberador.

Comunidad y fe

 
"En poco tiempo, la forma de vida de la Comunidad, el quererse bien, encontrarse, estar atento a las necesidades del otro, me tocaron mucho y quería ser parte de esta familia", explica.

Y más aún, había una fuerza poderosa que antes había despreciado y ahora le atraía: la fe.

"Encontré la fe. Antes no la conocía porque era atea. En el pasado, para mí creer en Dios significaba ser débil, en cambio, descubrí que la fe es la fuerza que te permite decirte que eres débil y que necesitas ayuda".

La fe era todo lo contrario que autoengañarse, todo lo contrario de lo que ofrece cualquier adicción con su escapismo: la fe permitía afrontar la realidad de cara.

"La primera vez que vi a las chicas que se levantaban de la mesa para decir con sinceridad, delante de todos, que habían cometido un error, como robar o hacer algo a escondidas, me quedé con la boca abierta: me latía fuerte el corazón por su coraje de sacar afuera la basura de la mentira y la falsedad. Yo nunca había sido capaz de afrontar un problema, de decir la verdad", apunta Nora.

"Con seis meses de Comunidad le escribí a mi padre por primera vez diciéndole que había decidido quedarme, que quería elegir la vida. Después de un tiempo supe que mi padre había recibido mi carta justo el mismo día que mi ex novio se había suicidado. Para mí fue un golpe, pero al mismo tiempo me hizo entender cuánta libertad tenemos para elegir y como podría haber terminado mi vida".

Poder hablar y abrir el corazón

 
La sinceridad, el poder hablar y poder confiar, cambió a Nora y la llevaba a la generosidad: "Abrirme a las hermanas, pedirles su consejo, creer en su amistad generosa y hacer sacrificios con y para ellas, me sacaba de la pesadez de mi egoísmo".

Y de fondo latía el poder del Misterio y la esperanza, tan distinto al falso control y la esclavitud del adicto.

"Me ayudó ver cuánta esperanza tenían las chicas gracias a la oración y me fascinaba el hecho de no poder entender solo con mi mente la grandeza de Dios. Me hizo mucho bien sentirme pequeña delante de Él y necesitada de su Misericordia. Cuando caía en mi negatividad, en la vergüenza de verme imperfecta, aprendí a buscarlo y a decirme la verdad delante de Él".

Hoy ella ayuda a otras chicas

 
La experiencia en la Comunidad del Cenáculo transformó a Nora y hoy es ella la que ayuda a otras chicas. "Estoy muy agradecida por haber encontrado a la Comunidad, agradecida a todas las personas que creían que yo cambiaría, especialmente a la chica que fue mi ángel custodio y que luchó junto a mí los primeros meses.Quiero agradecer mucho a las chicas con las que vivo porque me enseñan a amar más y a sonreír a la vida, don precioso que reencontré y que hoy deseo dar".


 http://www.religionenlibertad.com/contactar.asp?idarticulo=29909

sábado, 1 de febrero de 2014

«Chica, abróchate la blusa»: la escritora Birgit Kelle contra las mentiras del feminismo antifamilia

Birgit Kelle, nacida en 1975 y de origen rumano-germano, se ha ganado sin buscarlo el desquite mediático europeo sólo en los últimos meses, desde la publicación de su libro, titulado en su edición italiana Allora chiuditi la camicetta. Un grido contro la follia dell’uguaglianza («Entonces abróchate la blusa. Un grito contra la locura de la igualdad»).

Birgit Kelle (www.birgit-kelle.de) trabaja desde hace años como publicista en periódicos y revistas como Welt, Focus y Junge Freiheit, pero su presencia en debates públicos sobre temas relacionados con el papel de la mujer, la familia y la educación literalmente se ha duplicado.

El último ha tenido lugar el 24 de enero en Siegen, organizado por la sección local de la CDU, el partido cristiano-demócrata, donde Kelle se ha confrontado sobre el tema “Feminismo hoy” con Zana Ramadani, fundadora de “Femen Alemania”, pero también miembro del partido de Angela Merkel.

«No necesitamos un feminismo que represente sólo los intereses de algunas mujeres que quieren constantemente que me libere contra mi voluntad», ha dicho Kelle acerca de Femen.

«Nosotras somos distintas – le respondía Ramadani –, somos autoconscientes, caminamos con la cabeza alta y lo hacemos con el pecho desnudo. Es muy raro ver esto hoy, porque la sociedad prefiere que así sólo se vean a las mujercitas, no a las mujeres fuertes».



-"Abróchate la blusa"... Señora Kelle, ¿qué queria decir elegiendo el título de su último libro?


-El año pasado, en Alemania, hubo en los medios de comunicación un debate muy duro sobre qué es sexismo y qué no lo es. Este concepto puede ser definido sólo por las mujeres, los hombres no tienen ya nada que decir acerca de esto. Basta que un hombre equivocado mire de manera equivocada, diga una palabra equivocada en el momento equivocado e inmediatamente es llamado sexista.

»Contemporáneamente vivimos en una sociedad “hipersexualizada”, en la cual son precisamente las mujeres las que se presentan voluntariamente en actitudes sexys y disponibles. Actitudes que se consideran chic, esperando incluso que las mujeres sean así.

»Pensé en el título de mi libro cuando leí que la actriz estadounidense Megan Fox, definida normalmente como sexy, en una entrevista declaró que quería abandonar este estereotipo y que quería ser considerada una actriz. Pero algunas semanas después vi, sin embargo, una foto suya en la portada de una revista glamour estadounidense vestida sólo con ropa interior y me dije a mí misma: “Entonces, ponte la blusa si quieres que te miren a los ojos”.



»Lo que quiero decir con esto, es que es la misma mujer la que debe reflexionar y darse cuenta si resalta la propia inteligencia o la propia apariencia. Si una mujer se presenta semidesnuda no debe asombrarse si la atención del otro se concentra sólo en sus cualidades físicas.

-¿Por qué se enfada a propósito del debate sobre el modelo de mujer ama de casa?


-Me enfado porque como amas de casa debemos justificarnos continuamente y explicar por qué elegimos esta vida. Nos definen como no emancipadas, como “gallinas en la cocina”. Y sin embargo criamos a nuestros hijos los cuales, con sus trabajos, pagarán las pensiones de otros, mientras nosotras no recibimos ninguna pensión. Así no se puede continuar.

»Para la mujer deben existir distintas oportunidades que sean buenas y justas. Pero el sistema económico, la política, los medios de comunicación y sobre todo las feministas nos explican continuamente cómo debemos cambiar nuestra vida. Todos quieren liberarnos, pero yo no quiero ser liberada. A mí me gusta mi vida. Y nadie hace política para un modelo de vida como nosotras queremos.

-¿Cuál es la relación entre la política actual [se comprende que del anterior gobierno de Merkel, ndr] para los jardines de infancia y la libertad de las mujeres, es decir, de las madres?


-La política para los jardines de infancia ha sido vendida como apoyo a la “libertad de elección”, como libertad para la mujer para poder ejercer una profesión, como libertad de poder aparcar a nuestros hijos. En realidad se trata de una política decididamente unilateral que no tiene en cuenta la libertad de poder educar y acompañar el crecimiento de los propios hijos.

»Por tanto, se trata de una gran mentira, porque en realidad a menudo las mujeres no tienen una posibilidad real de elección: de hecho, una familia que no puede vivir con un solo sueldo y recibe un subsidio para el jardín de infancia y no un apoyo económico genérico no tiene, efectivamente, ninguna libertad de elección.

-A propósito del tema de la mujer en carrera o la mujer ama de casa, parece que existe una coalición entre la ideología socialista y la capitalista: ¿Cuál es su opinión al respecto?


-También yo encuentro sorprendente cómo se pueden realizar extrañas alianzas y cómo la historia se repite. Es útil preguntarse: ¿por qué elegir una política familiar que impulse a las mujeres a tener el menor tiempo posible para vivir con sus hijos y estén lo antes posible a disposición del mercado de trabajo?

»Esto lleva a la explotación: explotación de las familias, de las mujeres y, sobre todo, de los niños. En cambio, el sistema económico consigue un beneficio. Por tanto, vuelven a tener un elevado contenido político las preguntas sobre quién debe educar a los hijos y según qué criterios. Y precisamente respecto a este tema tenemos que darnos cuenta cómo la historia se repite.

»Es un signo distintivo de los regímenes totalitarios apoderarse de los niños y sustraerlos lo antes posible de la esfera de influencia de sus padres. Lo hemos aprendido en las dictaduras comunistas o en cualquier otro tipo de regímenes.



»Aconsejo siempre que se lea “El ABC del comunismo” de Bujarin y Preobrazenskiy; aunque en esta obra se hace referencia al 1920, los paralelos con la realidad de hoy son evidentes y terribles.

»Una cita: «A la sociedad le pertenece el más originario y fundamental derecho a la educación de los niños. A partir de este punto de vista las pretensiones de los padres de endosar, mediante la educación impartida en casa, su obcecación, no sólo deben ser rechazadas, sino que tienen que ser objeto de escarnio… Por este motivo la educación social no es necesaria sólo por consideraciones pedagógicas; ella lleva en sí, de hecho, enormes ventajas económicas. Centenares, millares, millones de madres, gracias a la actuación de la educación social, son liberadas para la producción y para el desarrollo de su modelo cultural. Son liberadas de esa economía doméstica que mata el espíritu y de ese infinito número de pequeños deberes que están vinculados a la educación familiar de los niños».

-Usted ha nacido en Rumanía y ha conocido el realismo socialista. ¿Cuáles son las diferencias sustanciales entre ese régimen y el democrático de su actual país, Alemania? ¿Y qué considera que hay en común?

 
-La diferencia sustancial la da la libertad de opinión. En nuestros países democráticos tenemos la posibilidad de decir lo que pensamos. Podemos comprometernos políticamente y podemos criticar al gobierno sin que nuestra vida corra ningún riesgo. En Italia habéis llevado ante la justicia al ex jefe de gobierno Berlusconi y esto en un país comunista es impensable. Por tanto, esta libertad hay también que defenderla.

»Posiblemente en las naciones democráticas las personas corren el riesgo de sentirse saciadas de libertad. Poseen derechos que ni siguiera utilizan. No se comprometen políticamente y renuncian incluso a ir a votar. A menudo se reconoce el valor de la libertad sólo cuando se ha perdido.

-Usted ha escrito: «Queremos más asentamientos galos». ¿Qué quiere decir?

 
-Lo he dicho a propósito de las familias. En Alemania se justifica la cada vez más difundida educación en edad infantil en grupos y comunidades citando siempre un proverbio africano según el cual se necesita toda una aldea para educar a un niño. Nos quieren convencer de que para dirigir a un hijo por la recta vía de la vida no bastan sus padres, sino que se necesita a toda la sociedad. Tomado esto desde un determinado punto de vista puede ser justo, porque un niño necesita muchos ejemplos. En Alemania, sin embargo, nos comportamos como si se pudiera prescindir de los padres, hasta decir y creer, así al menos lo sostienen algunos políticos, que el Estado es mejor que los padres para educar a los niños.



»Pues bien, con esa broma quería decir que no necesitamos aldeas africanas, sino más bien asentamientos galos, como se dice en el famoso cómic de Astérix. Cada familia debería ser un núcleo, un nido de resistencia para defendernos del ataque del Estado a nuestros hijos. Como familias debemos defender la libertad de poder educar a nuestros hijos hasta el punto que consideremos justo.

-Usted es católica. ¿Cuánto de su posición respecto a la familia y a la educación depende de esta pertenencia?


-Estas convicciones las tenía antes de convertirme al catolicismo. Me he convertido hace dos años, pero hace por lo menos diez años que escribo contra una política de la familia que no comparto. En mi actual fe me siento confirmada como mujer y como madre. La Iglesia es la última institución que me acoge así, tal como soy, que no intenta constantemente cambiar mi ser mujer y no me obliga a aventurarme por recorridos vitales que no quiero recorrer.

»Soy mujer y me gusta ser mujer, con una tipicidad sólo mía. De este modo soy también madre y poder educar a mis hijos es para mí una gran satisfacción. La Iglesia católica me dice: estás en el buen camino. Y esto me hace más fuerte.

(Traducción de Helena Faccia Serrano, Alcalá de Henares)


 http://www.religionenlibertad.com/contactar.asp?idarticulo=33592