sábado, 27 de febrero de 2010

Corte rechaza pedido de aborto para joven violada en Argentina

10:25 am | BUENOS AIRES, 26 Feb. 10 (ACI).-



La Sala B de la Cámara de Apelaciones de Comodoro Rivadavia rechazó el pedido de aborto para una joven de 15 años que denunció haber sido violada por su padrastro. Los jueces afirmaron que, tal como reconoce la legislación vigente, el derecho a la vida, en este caso del niño por nacer, es el primer derecho humano y que el artículo 86 de Código Penal es inconstitucional.

La Cámara de Apelaciones de Comodoro Rivadavia confirmó la sentencia de la jueza de Familia Verónica Daniela Robert y rechazó nuevamente el pedido de aborto que había hecho la madre de la adolescente. La joven, que lleva 17 semanas de gestación, habría sido violada por el concubino de su madre. Las violaciones se habrían estado produciendo desde que tenía 11 años.

sábado, 20 de febrero de 2010

Veneración a Zilda Arns en Brasil


Entrevista a su hermana, Maria Helena Arns, de las Hermanas Escolásticas de Nuestra Señor


FORQILHINHA, viernes 19 de febrero de 2010 (ZENIT.org). –

“La muerte de mi hermana fue un golpe para mi familia y para todo Brasil”. Con estas palabras expresa a ZENIT su dolor la religiosa Maria Helena Arns, hermana de Zilda Arns Neumann, fundadora de la Pastoral de la Infancia, que perdió la vida en el terremoto de Haití.

Zilda estaba casada y era madre de seis hijos. Mientras que Maria Helena, junto a otras dos hermanas más, es religiosa de la Congregación de las Hermanas Escolásticas de Nuestra Señora. En total son trece hermanos, cinco de ellos consagrados. Junto a las tres religiosas hay dos hermanos franciscanos. Uno de ellos es el cardenal Paulo Evaristo Arns, arzobispo emérito de São Paulo, y el otro, fray João Crisóstomo, falleció en 2002.

Maria Helena vive en el lugar de nacmiento de su hermana Zilda, en Forquilhinha, Estado de Santa Catarina, en el sur de Brasil, donde aún es patente la inmigración alemana. La entrevista, originalmente en alemán, fue traducida al portugués por la propia Maria Helena Arns.

-Sabemos por la hermana Rosangela Maria Altoé, secretaria internacional de la Pastoral de la Infancia, que su hermana Zilda Arns Neumann fue alcanzada mortalmente en la Iglesia Sacre Coeur de Turgeau, en Puerto Príncipe, por el derrumbamiento del techo.

Maria Helena Arns: Tras una conferencia para 150 personas, la mayoría de las cuales se había retirado, un sacerdote quería saber más sobre la Pastoral de la Infancia. Se entretuvieron conversando en la iglesia, lugar de la conferencia, ella y un grupo de sacerdotes, cuando sobrevino el terremoto, y quince de ellos perdieron la vida con Zilda.

-¿Cuáles fueron sus inmediatas reacciones, y las de la Pastoral de la Infancia, cuando se confirmó la terrible noticia de su muerte?

Maria Helena Arns: Fue un choque inmenso no sólo para nuestra familia, sino para todo Brasil. Es muy difícil hablar sobre este acontecimiento... En todas las parroquias se celebró la Eucaristía, incluso en la Basílica Nacional de Nuestra Señora Aparecida, en Padroeira. La mayoría de las coordinadoras de la Pastoral de la Infancia, en estos 27 años, conocían a Zilda personalmente o por la televisión. Los medios de comunicación, televisión, radio, periódicos, revistas, SMS, internet, en todas partes se anunciaba la muerte de Zilda. Numerosas personas dieron un testimonio sobre su vida y misión, entre ellas, monseñor Angélico S. Bernardino (obispo emérito de Blumenau – ndr) con el título “Quién recibió a Zilda en el Cielo”, y monseñor Walmor de Azevedo, arzobispo de Belo Horizonte (Estado de Minas Gerais), que escribió para ZENIT un artículo muy bonito: “Zilda Arns – por la Fe”.

-¿Cómo va a continuar la Pastoral ahora?

Maria Helena Arns: Hace tres años Zilda entregó la coordinación nacional a la hermana Vera Lucia Altoé y asumió la coordinación internacional de la Pastoral de la Infancia, que ya se extiende por 20 países, en América Latina, Asia y África. Zilda también fundó la Pastoral de Ancianos en el área nacional.

-¿Cómo va la expansión actual de la Pastoral de la Infancia?

Maria Helena Arns: La Pastoral de la Infancia ya está actuando en las 272 diócesis de Brasil, en 7.000 parroquias, 42.000 comunidades, con un “ejército” de 260.000 voluntarios, el 92 % mujeres, que acompañan a 1.985.347 niños pobres, 108.342 gestantes, de 1.553.717 familias. Al principio la desnutrición de los niños era de más del 50% en Brasil, ahora está en el 3,1 %. La mortalidad infantil, en 1983 era del 82,8 por cada mil niños nacidos vivos. Hoy está en el 13 por mil, en las comunidades pobres acompañadas por la Pastoral de la Infancia. Los datos son de la última conferencia de Zilda en Haití.

-¿Cómo van los esfuerzos para hacer a Zilda Arns Neumann candidata al premio Nobel de la Paz, post mortem?

Maria Helena Arns: El gobernador de Paraná, Roberto Requião, en su discurso durante el velatorio, pidió al Presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, que estaba presente, que se empeñase para que se concediera a Zilda en Premio Nobel de la Paz. Lula respondió afirmativamente.

- Ya deben haber surgido voces, también en la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, sobre la posibilidad de abrir el proceso de beatificación...

Maria Helena Arns: Fue un obispo el que habló a los medios de comunicación sobre esto. La CNBB nunca toma las grandes decisiones fuera de la Asamblea General, con todos los obispos. Incluso muchos religiosos y laicos hablan de esto, sería demasiado pronto para juzgar. La Revista Veja la consideró “una santa en vida y una mártir en la muerte”. Sabemos que la Iglesia actúa lentamente y con cuidado en el caso de beatificación y canonización, y eso con tiempo.

-Mientras tanto, ya aparecen veneraciones laicas, dando el nombre de Zilda a algunas inauguraciones.

Maria Helena Arns: Sí, un parque en São Paulo fue inaugurado con el nombre Parque Zilda Arns. Recibió este nombre el día del entierro de Zilda. Está en el Barrio Jardín Grimaldi, cerca de la Avenida Sapopemba.

-Le agradecemos sus palabras y queremos expresarle nuevamente nuestras condolencias.

Maria Helena Arns: Gracias por su pésame por la muerte de mi querida hermana Zilda. Que el Espíritu Santo le dicte siempre como hizo con el gran apóstol Pablo. Después de 2000 años, aún leemos sus cartas con gran fervor. Se trata de salvar nuestro planeta y al pueblo de Dios para un mundo mejor. Estoy segura de que Zilda ha contribuido a ello y de que aún lo hará.

[Por Michaela Koller, traducción del portugués por Inma Álvarez]

miércoles, 17 de febrero de 2010

Con María, caminando la Cuaresma....

“Toma tu cruz y sígueme”. Así,“tu” cruz, no la ajena, no la que te gustaría, sino la tuya, la conocida, la que crees no merecer y que, sin embargo, te lleva a la eternidad.

Con María, caminando la Cuaresma....


“Convertios, y creed en el Evangelio”... repetirá una y otra vez, el sacerdote en la imposición de las cenizas. ”Convertios”.

- Pero ¿No se supone, Madre querida, que ya estamos convertidos? Digo, estamos aquí, en misa, creemos en tu Hijo, ¿Por qué nos dice esto?.

Miro tu imagen, tu conocida y querida imagen, Señora de Luján, y te pido disculpas por mi ignorancia, pero mi amor a tu Hijo necesita respuestas....

- Hija querida, puedes preguntarme todo, todo lo que no comprendas, porque cada pregunta tuya, cada búsqueda de la verdad es una caricia a mi corazón entristecido. Y nada me hace más feliz que contestarte, mostrarte los caminos a mi Hijo, tomarte de la mano y llevarte a Él, pues muchas veces veo que no te atreves a caminar sola..

Es cierto, María, muchas veces me quedo atrapada en mis miedos, mis dudas, mis ignorancias, pero me consuela saber que puedo extender mi mano en la plenísima seguridad de que siempre hallare la tuya.

-Para aclarar tu duda te digo que ese “Convertios” que tanto te descoloca es como una puerta para comenzar a caminar tu cuaresma...

- ¿Mi Cuaresma, Señora?

- Sí, tu Cuaresma... como te hable un día de tu propio camino hacia la Navidad, debo hablarte ahora de tu propio camino de Cuaresma....

- Explícame, Señora

Me quedo mirando tu imagen fijamente, me abrazas el alma y me llevas de la mano a los lejanos parajes de Tierra Santa...

“Era invierno” (Jn 10,22). El viento helado cala hasta los huesos, caminamos entre la gente y te sigo, sin saber adónde. De repente nos encontramos frente a las escalinatas del Templo de Jerusalén. Allí “Jesús se había sentado frente a las alcancías del Templo, y podía ver como la gente echaba dinero para el tesoro”(Mc 12,41) Nos vamos acercando lentamente, yo temo de que alguien advierta mi presencia...

- No temas, nadie puede verte, solo Jesús y yo...-Recuerdo muchas veces en que creí que nadie podía verme, y siento vergüenza por todos mis pecados escondidos....

- Señora ¿qué hacemos aquí?.

- Quiero que comiences a caminar tu cuaresma, y que la vivas tan plenamente como te sea posible.

- Supongo que eso será muy bueno para mí.

- No sólo para ti . Verás, si todo el dolor de esta cuaresma de tu vida, lo depositas en mi corazón, si vives tu tristeza, tu angustia y tu soledad como un compartir la tristeza y soledad de mi Hijo, entonces, querida mía, no sólo será beneficioso para tu alma, sino que yo lo multiplicaré para otras almas....

Asombro, esa es la palabra que podría definir todos mis encuentros contigo... asombro; ante la magnitud de tu amor, ante la magnitud de la misericordia tuya y de tu Hijo... Asombro y alegría... una dulcísima alegría de saberme tan amada.

- Mira, hija, el rostro de Jesús....

Contemplo el amadísimo rostro. Su mirada está serena, aunque inmensamente triste.

- ¿Por qué esta triste el Maestro, Madre?

- Pregúntaselo hija, vamos anda....

Confieso que me tiemblan las piernas y el corazón amenaza con salir de mi pecho pero, increíblemente, una serena paz me inunda el alma....

- Señor- y no encuentro palabras. Sí, todas las palabras que transito diariamente y cuyos rostros y voluntades creo conocer, todas las palabras con la que he justificado mis olvidos, parecen desvanecerse antes de que pueda atraparlas. Vuelan, como pájaros espantados, no se sienten dignas, comprendo entonces que sólo el amor es digno. Por fin, atrapo las más puras...

- Señor, déjame compartir tu tristeza...

Oh, Señora mía, tu Hijo vuelve sus ojos mansos hacia mí y su mano se apoya en mi hombro.... mi alma se estremece ¿Quién soy yo, para merecer tal detalle de amor?

-¿Por qué me pides eso?

- Porque te amo, y no tengo nada digno para darte que te alivie-mi voz es apenas un susurro- Porque me amas y sé que estás pasando todo esto para que yo tenga vida eterna. Tú nos pides que carguemos la cruz y te sigamos, Maestro.. pero yo...¡yo no sé como se hace eso!- Y me deshago en llanto, y me siento pequeña, insignificante, tan pecadora e indigna que quisiera salir corriendo ...pero ¿Adónde? Adonde iré, Señor mío, si sólo tú tienes palabras de vida eterna.

- Hermanita del alma-y tu voz mansa calma y disipa mis tempestades -si quieres seguirme, niégate a ti misma, carga con tu cruz de cada día y sígueme.

Jesús me mira y su mirada traspasa todas las corazas con las que intento cada día disfrazar mi corazón. Quisiera que viese el paisaje que Él espera, no el que mi tibieza y olvidos construyeron neciamente. Pero ya es tarde para pretender eso.. o no. Tu misericordia, Señor, es un torrente inagotable que puede sanar el corazón más destruido, el más olvidado, el más solitario.

Unos hombres se acercan. Probablemente sus apóstoles. Jesús se retira y María, que está a pocos pasos escuchando cada palabra, se acerca a mí. Tomándome por los hombros, me lleva a las afueras de la ciudad. Allí, en un reparo tibio doy rienda suelta a mi llanto....

Ella nada dice, sólo me mira con infinita ternura.

- Ay, Madre, Madre, ¡Cómo puedo ser tan torpe!. El Maestro es tan sencillo y claro para hablarme, que se supone debo entender ¡Pero no, no entiendo! ¡No sé como llevar a mi vida de cada día sus preciosísimos consejos! ¡Ayúdame, por piedad!..

Colocas delicadamente mi cabeza en tu hombro...¡Qué remanso para mi alma dolorida!...

- Hija, intentaré explicarte más detalladamente, no sólo para que comprendas sino para que te determines a caminar .

- Te escucho, Madre, mi corazón tiene tanta sed de tus palabras.

- Bien, comenzaremos por lo primero que te dijo Jesús: “¿Por qué me pides eso?”. Él sabe que tú no le pedirías caminos si no fuese que el Espíritu te ha creado esa necesidad. Tú no amaste a Jesús y Él te escuchó, sino que Él te amó primero. ¿Comprendes la diferencia?. Que tú le busques, le necesites, es una clara señal de que Él te ama. Luego te dijo las condiciones para seguirlo. Veamos esto parte por partes: ”Si quieres seguirme”. No se trata de que te acerques por interés de conseguir algo que deseas, porque te sientes sola y no encuentras nada mejor o porque se supone que debes hacerlo. Nada de eso. Se trata de que “quieras” y ese querer parte de una gracia del Espíritu que tu corazón escucha y acepta. Luego te dijo: “Niégate a ti misma”. Allí te esta pidiendo que cultives, en lo más profundo de ti, la humildad y que la dejes crecer sin ahogarla con tu orgullo y vanidad.

- Para ello necesitaré mucho oración, supongo...

- Por cierto. Oración, pero oración que no es mera repetición de palabras. Puedes comenzar analizando tu actitud en la oración. ¿Cómo rezas? ¿Como el fariseo?. “Te doy gracias porque no soy como los demás”, creyendo que tu fe es mejor o mas valiosa a los ojos de Dios que la de una simple mujer que reza cada día el rosario en la soledad de la parroquia, con una voluntad y constancia que tú no posees. Hija, intenta rezar como el publicano, que se quedaba atrás y no se atrevía a levantar los ojos al cielo: “Dios mío, ten piedad de mí que soy un pecador”. Renunciar a la tentación del aplauso, del halago. Renunciar a la vanidad de sentirse mejor que otros es difícil hija, mas no imposible. Cuando lo logras, las alas de tu alma se despliegan en vuelo límpido hacia cielos más altos.

- Madre, madre... cuánto he lastimado el Sagrado Corazón de tu Hijo, cuánto necesito de su misericordia. Continúa, que en este punto ya no quiero el retorno...

- “Toma tu cruz y sígueme”. Así, tal cual, hija. “Tu” cruz, no la ajena, no la que te gustaría, sino la tuya, la conocida, la que crees no merecer y que, sin embargo, te lleva a la eternidad. ”Sígueme” pero ¿Cómo piensas seguirle? ¿Rezongando y protestando por el peso de tu cruz, quejándote de que otros tienen cruces más livianas? ¡Cómo si pudieras tú ver el corazón sangrante o el alma doliente de tu hermano! ¿Le seguirás arrastrando la cruz para que deje marcas en la arena buscando la compasión de los demás?... Hija, debes abrazar tu cruz y amarla...

- ¿Cómo se ama la cruz, Señora?

- Se ama en aquél que te lastima con su indiferencia, en el que no te escucha, en la que te difama. Se ama construyendo cada día en tu familia aunque sientas que predicas en el desierto. Se ama sembrando, aunque sientas que el viento de la indiferencia arrastra la semilla. Tú nunca sabes si alguna quedó plantada y la misericordia de Dios hará que dé fruto, a su tiempo, cuando menos lo esperes. No temas la dureza del tiempo de siembra, piensa en la alegría de la cosecha... que llega, hija, llega, siempre.

Tu voz dulce, segura y pura riega la aridez de mi alma, abre puertas cerradas por tanto tiempo y el sol de la luz de Cristo entra a raudales en los más recónditos espacios de mi interior. Caminar la cuaresma, vencerme, cargar la cruz.¿Podré?¿Cuánto tiempo durará en mí este deseo de caminar tras Jesús?

- Tanto tiempo como lo alimentes. La Eucaristía, Jesús mismo, te dará la fuerza, la constancia, la paz. Y yo estaré siempre contigo, para secar tu frente, para enjugar tus lágrimas, aún cuando no me veas, aún cuando me creas lejos. Siempre.

Cae la tarde y el sol se esconde en el horizonte mientras yo me escondo en tu pecho en apretado abrazo. Cuando abro los ojos el sacerdote está por comenzar la ofrenda del pan y del vino. Miro tu imagen. Me sonríes desde ella. Un viento fresco entra por la ventana, el sol se termina de esconder en el horizonte y, por un exquisito regalo tuyo, siento que me continúas abrazando. Siempre.

Amigo que lees estas líneas. No temas recorrer tu propia Cuaresma, no reniegues de tu cruz. Cuando sientas que caes bajo su peso, levanta los ojos y verás la mano de tu madre, extendida. No le reproches nada, sólo tómala, y veras que tus heridas cicatrizan en medio del mas profundo amor.


NOTA:

"Estos relatos sobre María Santísima han nacido en mi corazón y en mi imaginación por el amor que siento por ella, basados en lo que he leído. Pero no debe pensarse que estos relatos sean consecuencia de revelaciones o visiones o nada que se le parezca. El mismo relato habla de "Cerrar los ojos y verla" o expresiones parecidas que aluden exclusivamente a mi imaginación, sin intervención sobrenatural alguna."

domingo, 14 de febrero de 2010

Lo que las mujeres católicas quieren para San Valentín

Entrevista con la columnista americana Rebecca Ryskind Teti

HYATTSVILLE, jueves 11 de febrero de 2010 (ZENIT.org).-

El Día de San Valentín se aproxima rápidamente, y muchos hombres se apresuran a preparar lo que parece un examen general anual sobre el estado de sus relaciones.

Se preguntan: ¿Querrá algo material de este año, como diamantes o rosas, o más bien una salida de noche? ¿Me ha estado dejando caer sugerencias a las que me he hecho el sordo? ¿Qué pasa si yo creía que sabía lo que quería, y ella me dice algo que me coge otra vez desprevenido?

ZENIT preguntó a Rebecca Ryskind Teti, ella misma esposa y madre, que revelase lo que las mujeres realmente quieren en la celebración de este 14 de febrero, Teti, que bloguea diariamente en www.faithandfamilylive.com, le preguntó a sus lectoras, mujeres de todo el país, sobre sus planes y esperanzas para el domingo.

Teti, que también colabora como editor en Faith & Family Magazine y es columnista de la sección In Good Company de la Catholic News Agency, agregó otras ideas para hacer este día especial para toda la familia.

-Con el acercamiento del Día de San Valentín, estamos siendo bombardeados con anuncios de televisión que dan la impresión de que todas las mujeres quieren este 14 de febrero diamantes y teléfonos móviles. ¿Estas cosas materiales hacen realmente feliz a una mujer? ¿Qué es lo que hace a las mujeres felices?

Teti: ¡Los regalos ayudan! Los anuncios exageran para vender productos concretos, pero en la medida en que un regalo es una muestra de algo más profundo – de amor, afecto o reconocimiento – por supuesto, es muy agradable.

Lo que nos ofende a veces de la publicidad es la idea de que las mujeres viven para los regalos, de que los regalos tienen que ser extravagantes para contar, o que una muestra de afecto puede ser coaccionada.

No debemos descuidar la premisa positiva que también está presente, además, que es el recordatorio de que nos tomamos un tiempo para mostrar a las personas amadas nuestro aprecio.

Las cosas materiales no tienen poder para hacernos felices, pero sí hacen que nuestra rutina diaria sea un poco más dulce. No sólo vivimos de pan, sino también gracias al pan.

-¿Qué desean las mujeres, especialmente las mujeres católicas, en este Día de San Valentín?

Teti: La mayoría de nuestras lectoras mencionan que esperan placeres sencillos: una tarjeta, un poco de chocolate, tal vez una sola rosa. Algunas estaban esperando una oportunidad para arreglarse un poco y salir, mientras que otras estaban esperando una noche tranquila en casa.

Cualquiera sea la forma que su fantasía tome, sin embargo, lo que todas las mujeres casadas que respondieron estaban esperando es tiempo concentrado con sus maridos.

El deseo parece ser el de romper la rutina diaria de las tareas y obligaciones, y sólo poder disfrutar de la compañía del otro por un tiempo.

Una mujer, riendo, pedía pendientes de zafiro, pero dijo que no los esperaba este año. Estaba pensando en muchos años por delante - tal vez un extravagante San Valentín sólo una vez en su vida de casada.

-¿Qué buscan particularmente las mujeres en sus maridos?

Teti: ¡Esa es una pregunta demasiado grande! Voy a ceñir mi respuesta a una cosa que parece pertinente para el Día de San Valentín.

Gracias a la “Teología del Cuerpo” del Venerable Juan Pablo II, la Iglesia comprende más profundamente que nunca el sentido de la línea del Génesis: "varón y mujer los creó".

En otras palabras, el hombre y la mujer juntos presentan a la humanidad una imagen de Dios.

La vocación de la mujer es la de revelar la belleza de Dios al mundo.

La mujer está hecha para ser bella. El énfasis de nuestra cultura en la belleza física no es equivocado, sino poco profundo y, a menudo, mal dirigido.

La manera más profunda como una mujer es bella es cuando revela a los demás su propia bondad, enseñándoles el amor que Dios tiene hacia ellos. Este es el "genio femenino": revelar la bondad de la persona humana, y por lo tanto la belleza de Dios.

Lo que la Madre Teresa de Calcuta hizo por los pobres, cada mujer puede hacer en su medio ambiente, y, ciertamente, cada madre lo hace en su casa por su marido y los niños.

Éste es el más satisfactorio y feliz "trabajo" de las mujeres, pero queda en cada mujer la necesidad emocional de sentir que su belleza es apreciada.

Así que una de las mejores cosas que un hombre puede hacer por su esposa es darle una pequeña garantía, ahora y luego, de que ella todavía es bella a sus ojos: a pesar de las arrugas, estrías, tal vez del aumento de peso que puede venir por tener hijos, cocinar para ellos, y cuidando de los demás más que de sí misma.

Ese es el verdadero significado de un gesto romántico para la mayoría de las esposas, me parece: Es una señal de que no se la aprecia como cocinera y chófer, y aya, y criada, sino como esposa.

-¿Cómo pueden las familias católicas celebrar el Día de San Valentín?

Teti: Los lectores de Faith & Family tienen un montón de buenas ideas. Algunas de ellas, estudiar los distintos santos llamados Valentín.

Algunos lo convierten en un día para recordar a personas que de otro modo podrían ser olvidadas, enviando tarjetas de San Valentín a enfermos o ancianos inválidos.

Casi todo el mundo lo conveirte en una ocasión de intercambiar tarjetas con miembros de la familia, celebrando el amor de la familia, de uno al otro.

Y, por supuesto, los postres tienen que ser en forma de corazón.

-El Día de San Valentín tiene sus raíces en el cristianismo. En realidad, hay varios san Valentín que fueron mártires de la Iglesia primitiva. ¿Qué tiene esta fiesta cristiana, que apela a la cultura popular tanto, que ha sido tan bien acogida?

Teti: Creo que tenemos que dar las gracias a Geoffrey Chaucer por ello. No se sabe mucho acerca de cualquiera de los san Valentines, excepto que fueron mártires, y no parece haber ninguna asociación de la jornada con el romanticismo hasta que Chaucer escribió un poema sobre el matrimonio de Ricardo II con Ana de Bohemia.

Chaucer hizo de san Valentín el santo patrón de la boda, y su poema también incluye alusiones a Cupido y Venus. Después de eso, parece haber habido una confusión de Cupido y san Valentín, y el Día de San Valentín llegó a ser asociado con el "amor cortés" de las cortes medievales.

Es a partir de la tradición del amor cortés que surge la práctica de enviar un "San Valentín" en secreto. ¡O eso dicen los historiadores!

-En la cultura popular, puede parecer que el día de San Valentín se ha convertido más en un día sobre el sexo y sobre ser sexy que sobre el amor. ¿Hay lugar para ambos en este día?

Teti: El catolicismo no es puritano. El enfoque de la cultura católica ha sido siempre la de aceptar lo que es saludable y superar lo que está mal con el bien.

¡Por supuesto, no hay necesidad de celebrar el Día de San Valentín, no es un día de precepto!

Pero para aquellos que eligen celebrarlo, no hay ninguna razón para que no pueda ser una oportunidad de celebrar el amor humano en todas sus dimensiones – incluyendo la romántica y la erótica, que son parte del don de Dios a los esposos y esposas.

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En la web:
Blog de Rebecca Ryskind Teti: www.faithandfamilylive.com

Por Genevieve Pollock, traducción del inglés por Inma Álvarez

domingo, 7 de febrero de 2010

Con María, y una barca que se aleja


Me tomas de la mano y me conduces a la orilla del lago, justo a tiempo para ver al Maestro y los discípulos subir a una barca y alejarse.

En la Misa de hoy se lee el Evangelio según San Marcos (6,30-34).

Lo escucho, Madrecita, refugiada en tu Corazón, pues por experiencia he aprendido que es el mejor sitio para escuchar a tu Hijo, para aprender sus enseñanzas y sacar el mayor fruto en mi propia vida.

Así pues, mirando tu pequeña imagen de Luján, el corazón se va a aquella casa, donde Jesús está con sus discípulos y “los que iban y venían eran muchos y no les quedaba tiempo ni para comer”…

Me acompañas, dulce Madre, me tomas de la mano y me sientas muy cerquita del Maestro, para escuchar su Palabra…

Cada palabra, cada mirada de Él, es bálsamo exquisito para mi alma dolorida. En un momento, al ver tanta gente, Jesús les dice a los discípulos: “Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco”. Se despide de nosotras y se aleja.

- ¿Adónde va, Madre? ¿Podemos seguirle?

Me tomas de la mano y me conduces a la orilla del lago, justo a tiempo para ver al Maestro y los discípulos subir a una barca y alejarse. Una honda pena me llena el alma. Jesús se aleja… se va… o lo que es peor, no puedo seguirle. Y las olas del lago marcan la distancia con acompasado canto en la orilla.

- Madre ¿Qué hago ahora?

- Aprende, hija, aprende. Mira las aguas ¿Qué ves?

Sin comprenderte aun y sin pensar un poco más allá de lo que tengo a la vista, te digo sorprendida:

- Pues… agua, Madre… el agua es… solo agua…

- No si la miras con el alma, hija. Vamos, atrévete, te sorprenderás.

Y de tu mano dejo a mi alma mirar con sus ojos. Y el agua ya no es agua. Las olas no son olas, sino que son… son todos mis miedos, mis olvidos, mis excusas, mis pecados. Todo lo que no me permite seguir a Jesús por donde va. Y mi alma gime en una pregunta:

- Madre ¿Qué hago? ¿Cómo paso por encima de todo esto? ¿Cómo torno en puente estas aguas turbulentas?

Me abrazas suavemente y me acaricias el cabello. Siente mi corazón inmensa paz. Siente mi alma que aun no se acabaron los caminos.

- No es un puente el único camino para llegar, hija. Además, en la barca se van las herramientas que necesitas para construirlo. No, no puedes hacer un puente.

- ¿No hay esperanza, entonces, Madre?

- Siempre la hay, querida hija, siempre…Mira a tu alrededor.

Allí noto que “les vieron marcharse y muchos cayeron en cuenta; y fueron allá corriendo, a pie, de todas las ciudades y llegaron antes que ellos”

- ¿Rodear el lago, Madre? ¿Ir por tierra siguiendo al que va por las aguas? ¿Cómo llegaré? Es demasiado lejos… no podré, Maria, lo siento…

- ¡Vaya, que pronto bajas los brazos!

- Es… que conozco mis fuerzas y sé que no podré.

- Bien dices, hija. Conoces “tus” fuerzas, pero ¡Te aseguro que desconoces las mías!

- No te comprendo, Madre.

Y estiras tu mano segura hacia la mía, vacilante. Tu mano es segura, brillante, purísima ¿Cómo negarme a tomarla? Y la aprieto con todas mis fuerzas.

- ¿Lista?-me dices sonriente- Prepárate, hija mía, prepara tu alma para el milagro.

Y, antes que alguna pregunta turbase tan delicado momento, comienzas a correr por la orilla. Me llevas. Siento los pies ágiles y el corazón liviano. Conoces todos los atajos, todos los secretos del camino. La gente corre a esperar a Jesús y noto que, de tu Mano, voy más rápido. Y compruebo que eres el camino más corto, perfecto, fácil y seguro para llegar a Jesucristo.

Estamos a pocos metros de la barca. Jesús nos ve llegar. Tu, espléndida, yo, jadeante, asombrada, feliz… Las demás personas nos miran con asombro pues no comprenden cómo hemos llegado antes que ellos.
Recupero el aliento mientras Jesús se nos acerca.
Te abraza. Le hablas de mí. El Maestro me mira y se compadece.

Las palabras se me han volado… no hacen falta. Él conoce bien cada dolor, cada espina de mi corazón, cada pecado cometido.

El Maestro, entonces, se dispone a enseñarnos.
Te sientas a mi lado, Madre, y das a mi alma el mejor de los consejos, el que repites a cada devoto tuyo: ”Haz todo lo que Él te diga”

El alma se va serenando. Apoyo mi cabeza en tu hombro mientras le escucho. Cuando Jesús hace unos segundos de silencio, tú te apresuras a explicarme lo que no entendí.

Ya cae la noche, el sol se ha escondido por completo en la ventana de la parroquia. Ya no estoy sentada a la orilla del lago sino en el banco… pero aún siento Tu Mano entre las mías… Al mirarlas, veo con alegría que aun sostienen el Rosario, rezado antes de Misa…

Te había pedido abrazar al Maestro cuando terminase de hablar, pero temí no poder hacerlo por tanta gente que había a su alrededor. Pero recordé tus palabras: “¡Tu no conoces mis fuerzas!”. Y me diste el regalo del abrazo con Jesús. No a la orilla del lago, sino en la Eucaristía. Un abrazo de Corazón a corazón. Un abrazo lleno de palabras, de lágrimas, de caricias, de alivio para el alma.
Ahora sé que muchas veces sentiré que Jesús se aleja y unas olas de dolor, de olvido y hasta de pereza intentarán separarme de Él. Sé, Madre, que entonces deberé tomar tu Mano y correr contigo, porque Tú conoces todos los caminos para llegar a Él… todos los atajos, todos los secretos.


Amigo mío, amiga mía que lees este sencillo relato. Cuando sientas que las olas del dolor, del olvido, la indiferencia… o cualquier otra, te separe del Maestro, corre con tu corazón a los pies de María. Pídele te dé su Mano para seguir a Jesús. Ella es el camino más corto, fácil, seguro y perfecto para llegar al más ansiado de los destinos: El Corazón de Jesús.

María Susana Ratero.



NOTA de la autora: "Estos relatos sobre María Santísima han nacido en mi corazón por el amor que siento por Ella, basados en lo que he leído. Pero no debe pensarse que estos relatos sean consecuencia de revelaciones o visiones o nada que se le parezca. El mismo relato habla de "Cerrar los ojos y verla" o expresiones parecidas que aluden exclusivamente a mi imaginación, sin intervención sobrenatural alguna.