ReL
Desde siempre, a María Vallejo-Nágera la Virgen le “importaba un rábano”, como cuenta ella en su libro.
Había crecido en una familia en la que se respetaban las creencias pero
en la que la práctica de la fe era más bien de tipo social.
De hecho, antes de convertirse, tenía 35 años, era madre de tres hijos y
vivía tranquila y sin preocupaciones a caballo entre las ciudades de
Madrid y Londres, y pisaba la iglesia cuando era necesario por motivos
familiares.
Hoy, conmovida por la Madre de Dios, le tiene una devoción y un amor envidiables.
Ediciones Palabra ha publicado el undécimo libro de María Vallejo-Nágera, De María a María-Puerta del Cielo, una obra basada en los hechos reales, los hechos que han llevado a la escritora a amar más a la Virgen María.
En este trabajo literario, la autora se sumerge en los fascinantes
hechos acontecidos a los protagonistas, cuyas vidas variaron
radicalmente tras experimentar un encuentro sobrenatural y personal con
la Madre de Dios de forma misteriosa.
Con unas amigas anglicanas a Medjugorje
De María a María comienza con este cambio en la vida de la autora, quien cuenta que dos de sus amigas anglicanas, después de haber estado en Medjugorje, un pueblo de la parte suroccidental de Bosnia y Herzegovina, le lanzaron una propuesta: iban a volver a aquel pueblo y querían que María les acompañara.
Allí había “algo importante de naturaleza sobrenatural” que deseaban compartir con ella. A María le chocó. Vivía alejada de Dios en aquel Londres cosmopolita y sofisticado
y los temas espirituales no tenían espacio en su vida. Se negó
rotundamente pero ellas insistieron durante una cena en un restaurante
de Londres.
Allí le contaron que en Medjugorje, según los testigos, seis muchachos
veían a la Virgen María, lo que los convertía en videntes. Después de
aburrir a sus amigas con una retahíla de razonamientos y excusas, María
cuenta que “el cielo intervino, Dios irrumpió en un alma ciega, torpe e
ignorante”.
De repente, en aquella misma cena, contactó con lo más profundo de su alma y, de forma tierna y clara, le dijo: «Hija mía, ¿por qué me temes? Ven: te espero aquí».
Acabó aceptando, y aquello cambió su vida para siempre.
En el año 2000, atravesar los montes de Bosnia, Croacia y Herzegovina
era extraordinariamente delicado, aunque no había peligro debido al
control que los Cascos Azules mantenían en la zona.
Una vez allí, un día, después de asistir a la Eucaristía, María y el
resto de peregrino se dirigieron a un encuentro con una de las personas
que afirman ver a la Virgen María.
A medida que se acercaban al lugar en que iba a tener lugar el acto,
Vallejo-Nágera empezó a cambiar su visión sobre el lugar, notando “un incontrolable deseo de levantar la mirada” al cielo.
Había llegado, por fin, el momento de Dios a su vida y su alma despertó de golpe.
A partir de ahí, María relata cómo su amor hacia Dios y hacia Nuestra
Madre han ido ensamblando su vida, en la que se ha visto en muchísimos
apuros, apuros de los que la Virgen se ha encargado de librarla.
Amigos y lectores tocados por la Virgen
La segunda parte de este undécimo trabajo de María está lleno de
“aventuras espirituales, poderosas y sanadoras” de sus amigos, las
anécdotas de sus vidas en las que han experimentado el inmenso amor de
la Madre de Dios.
Son solo algunos de los muchos testimonios –cerca de cincuenta– que le
han confiado, pues “todos eran bellísimos y de extraordinaria valía
espiritual”. “Siete joyas entre un inmenso joyero lleno de gemas de la Virgen” que han sido trabajadas profundamente.
Los protagonistas han sido entrevistados y la investigación ha sido
exhaustiva, y el esfuerzo ha dado frutos en forma de valentía, pues la autora ha vuelto a perder el temor a la muerte.
Del abandono al perdón
En la primera historia que incorpora, Anne, una vieja amiga de la
autora, cuenta cómo la vida se le ha ido atragantando desde pequeña,
pues su padre se había aprovechado de ella de niña y nadie lo sabía. Y
para colmo, él había abandonado a su madre por una joven rubia que bailaba en bikini en un bar de pueblo.
Lejos de Dios, Anne llegó hasta a acompañar a una amiga a abortar. Después
estuvo con dos hombres hasta que al fin conoció a un buen hombre
católico que le ayudó a acercarse a Dios. En definitiva, la intervención
de la Virgen María en la vida de Anne fue definitiva para conseguir
perdonar y liberarse de la enorme losa que pesaba en su vida.
Según María Vallejo-Nágera, al entregarle este libro, la Virgen le ha
dado mucho más a ella que lo que la escritora haya podido darle.
En una entrevista para la revista Hacer Familia, la escritora cataloga su libro como “un granito de arena de lo que es la Virgen”.
Para ella, la Madre de Dios lo es todo: “una madre real que está a mi
lado. Creo en su sobrenaturalidad y es la base de mi consuelo. Nos trae
la paz. Para mí, la Virgen María es la Reina de la Paz. No hay ningún método científico capaz de demostrar lo que siente un alma cuando recibe el consuelo de la Virgen”, concluye Vallejo-Nágera.
Lea también: María Vallejo-Nágera cuenta historias reales de Cielo e infierno
UN ESPACIO DEDICADO A LAS MUJERES QUE EN SU ACCIONAR, SON VERDADEROS EJEMPLOS PARA LAS PERSONAS, LA SOCIEDAD Y LAS INSTITUCIONES CON PODER POLITICO Y RELIGIOSO.
sábado, 29 de noviembre de 2014
sábado, 22 de noviembre de 2014
Pobre, seropositiva, expulsada por su marido... Cáritas y unas religiosas cambiaron su vida
Josepha Habonimana es víctima de la
discriminación en una sociedad patriarcal en la que la tradición manda
que los hombres hereden la tierra.
Josepha ha ido encajando las fatalidades que le han sobrevenido, por ser pobre y mujer. A sus 33 años ha parido ocho hijos, dos de los cuales murieron a los pocos meses de nacer.
"Hace tiempo me empecé a sentir muy mal, sabía que tenía tuberculosis pero estaba tan enferma que en el hospital me dijeron que también me hiciera la prueba del sida. Di positivo. Mis hijos mayores, de 14 y 12 años, viven; el tercero y el cuarto murieron; el quinto es seropositivo, y los tres pequeños están bien", cuenta mientras evita que las gemelas que tiene en brazos, Misterine y Butoye, de 16 meses, sigan peleándose.
Josepha es una de las doce mujeres instaladas temporalmente en las modestas dependencias de la Fundación Stamm de Kizuka, en la provincia de Bururi, Burundi, en África, donde siguen un programa de formación para intentar ganar algún día su independencia.
El denominador común de estas mujeres es el VIH, ser madres solteras o abandonadas por sus parejas.
"Mi marido, que nunca quiso saber si él también tenía sida, me echó de casa con todos los niños. Me dijo que no podía cargar con una enferma. Me marché y el se juntó con otra mujer", relata Josepha, que empezó el tratamiento con antivirales en el 2008, en el centro de salud de Mutumba, en la vecina provincia de Bujumbura Rural.
Allí conoció a sor Emmanuelle Ghioldi, una monja suiza que lleva desde 1964 en Burundi y que como directora de este dispensario ha seguido la evolución de Josepha.
"Le dije a sor Emmanuelle que quería aprender un oficio y me pagó los billetes de autobús para que viniera con los cuatro niños pequeños aquí, donde me han enseñado a leer y a escribir y ahora empezaré un curso para aprender a elaborar jabón. Los mayores están con la abuela y van a la escuela."
"El programa dura seis meses durante los cuales les enseñamos una especialidad, pueden elegir entre la fabricación de jabón o cómo explotar un huerto y un rebaño; también les ofrecemos alojamiento y comida. Al acabar les asesoramos para montar su negocio, pero no les damos dinero", explica Verena Stamm, directora de la fundación del mismo nombre.
"Soy optimista -dice Josepha-, cuando finalice la formación quiero trabajar y conseguir un alojamiento decente para mis hijos".
Por el dispensario de sor Emmanuelle han pasado miles, decenas de miles de mujeres con sus bebés.
La mañana del 28 de octubre atendieron tres partos y vacunaron a más de sesenta niños contra la polio, tuberculosis, tétanos, hepatitis B, neumonía...
Ese día las monjas de la orden de Santa María de Schoenstatt estaban de celebración, pues estrenaron una nevera, alimentada por energía solar, para conservar a una temperatura estable de entre 2 y 8 grados las vacunas.
"En Burundi tenemos cortes en el suministro con muchísima frecuencia, la alternativa era el petróleo pero provoca mucho humo", comenta sor Emmanuelle. Este es un proyecto piloto de Unicef que se prevé extender a otros servicios de vacunación.
Gloriose Maniramba es la enfermera responsable de la consulta de VIH de este centro por el que cada mes pasan 140 mujeres embarazadas para ver si se han contagiado. Si es así empiezan el tratamiento con antivirales. En esta y otras 84 clínicas apoyadas por Cáritas han detectado que en diez años ha bajado el número de personas infectadas: en el 2004, el 6,9% de los pacientes que llegaban tenía el virus, porcentaje que se ha reducido al 2,8%.
Maniramba controla la evolución de Germaine Mtezi, de 35 años, y de su marido, Ferdinand Minane, de 43.
Ambos sufrieron un calvario hasta que en el 2004 fueron diagnosticados de VIH. "Nuestro primer hijo nació en el 2002 y falleció a los pocos meses. Era un bebé enfermizo pero no sabemos la causa de su muerte. Al año siguiente tuve dos abortos y en el 2004 me salió una enfermedad en la piel y me confirmaron que tenía el VIH. Mi marido no aceptó hacerse la prueba hasta meses después, cuando empezó a sentirse mal", relata Germaine.
A pesar de tantas desgracias, Germaine estaba muy ilusionada con la idea de ser madre. Empezó un tratamiento con antivirales y poco después se quedó embarazada. Zaburo, que ya tiene nueve años, nació sano al igual que los pequeños Samuel y Adrien.
"Saber que lo que teníamos era el sida fue un alivio", afirma el marido para sorpresa de sus interlocutores. "Sí, sí, es que pensábamos que sufríamos una maldición. Nos vendimos las dos parcelas para poder pagar a un hechicero que rompiera el embrujo. Por eso, cuando nos dijeron que era el VIH pensamos que teníamos futuro", explica Ferdinand, que ahora sobrevive con un pequeño comercio y aceptando cualquier trabajo que le salga.
Germaine y la inmensa mayoría de mujeres burundesas son las que cultivan el campo, aunque la propiedad es de los hombres. Los que heredan son los hermanos varones, se entiende que ellas ya trabajarán en las tierras de sus maridos, suponiendo que todas se casen.
¿Y si la descendencia sólo es femenina o si la esposa enviuda? Lo normal es que se busque a algún familiar masculino para que se quede con las propiedades. "La mujer está en una situación de indefensión, el caso más grave es cuando se queda viuda y la familia del marido la echa", apunta Pedro Guerra, del departamento de protección de la infancia de Unicef.
Guerra recuerda el caso de Valérie, una niña que a los 15 años vio morir con pocos meses de diferencia a sus padres. Ella se quedó viviendo sola en la casa familiar hasta que sus hermanos regresaron para reclamar la finca.
Como se negó a marchar, los hermanos quemaron la vivienda y Valérie se encontró sola y en la calle hasta que unos vecinos la acogieron. Valérie se reveló como una chica espabilada: al poco tiempo ya era presidenta del grupo de microcréditos de su pueblo. Ahora, con 19 años, regenta una tienda-bar y tiene a dos huérfanos a su cargo.
Rosa M. Bosch y Álex García/La Vanguardia
Josepha ha ido encajando las fatalidades que le han sobrevenido, por ser pobre y mujer. A sus 33 años ha parido ocho hijos, dos de los cuales murieron a los pocos meses de nacer.
"Hace tiempo me empecé a sentir muy mal, sabía que tenía tuberculosis pero estaba tan enferma que en el hospital me dijeron que también me hiciera la prueba del sida. Di positivo. Mis hijos mayores, de 14 y 12 años, viven; el tercero y el cuarto murieron; el quinto es seropositivo, y los tres pequeños están bien", cuenta mientras evita que las gemelas que tiene en brazos, Misterine y Butoye, de 16 meses, sigan peleándose.
Josepha es una de las doce mujeres instaladas temporalmente en las modestas dependencias de la Fundación Stamm de Kizuka, en la provincia de Bururi, Burundi, en África, donde siguen un programa de formación para intentar ganar algún día su independencia.
El denominador común de estas mujeres es el VIH, ser madres solteras o abandonadas por sus parejas.
"Mi marido, que nunca quiso saber si él también tenía sida, me echó de casa con todos los niños. Me dijo que no podía cargar con una enferma. Me marché y el se juntó con otra mujer", relata Josepha, que empezó el tratamiento con antivirales en el 2008, en el centro de salud de Mutumba, en la vecina provincia de Bujumbura Rural.
Allí conoció a sor Emmanuelle Ghioldi, una monja suiza que lleva desde 1964 en Burundi y que como directora de este dispensario ha seguido la evolución de Josepha.
"Le dije a sor Emmanuelle que quería aprender un oficio y me pagó los billetes de autobús para que viniera con los cuatro niños pequeños aquí, donde me han enseñado a leer y a escribir y ahora empezaré un curso para aprender a elaborar jabón. Los mayores están con la abuela y van a la escuela."
"El programa dura seis meses durante los cuales les enseñamos una especialidad, pueden elegir entre la fabricación de jabón o cómo explotar un huerto y un rebaño; también les ofrecemos alojamiento y comida. Al acabar les asesoramos para montar su negocio, pero no les damos dinero", explica Verena Stamm, directora de la fundación del mismo nombre.
"Soy optimista -dice Josepha-, cuando finalice la formación quiero trabajar y conseguir un alojamiento decente para mis hijos".
Por el dispensario de sor Emmanuelle han pasado miles, decenas de miles de mujeres con sus bebés.
La mañana del 28 de octubre atendieron tres partos y vacunaron a más de sesenta niños contra la polio, tuberculosis, tétanos, hepatitis B, neumonía...
Ese día las monjas de la orden de Santa María de Schoenstatt estaban de celebración, pues estrenaron una nevera, alimentada por energía solar, para conservar a una temperatura estable de entre 2 y 8 grados las vacunas.
"En Burundi tenemos cortes en el suministro con muchísima frecuencia, la alternativa era el petróleo pero provoca mucho humo", comenta sor Emmanuelle. Este es un proyecto piloto de Unicef que se prevé extender a otros servicios de vacunación.
Gloriose Maniramba es la enfermera responsable de la consulta de VIH de este centro por el que cada mes pasan 140 mujeres embarazadas para ver si se han contagiado. Si es así empiezan el tratamiento con antivirales. En esta y otras 84 clínicas apoyadas por Cáritas han detectado que en diez años ha bajado el número de personas infectadas: en el 2004, el 6,9% de los pacientes que llegaban tenía el virus, porcentaje que se ha reducido al 2,8%.
Maniramba controla la evolución de Germaine Mtezi, de 35 años, y de su marido, Ferdinand Minane, de 43.
Ambos sufrieron un calvario hasta que en el 2004 fueron diagnosticados de VIH. "Nuestro primer hijo nació en el 2002 y falleció a los pocos meses. Era un bebé enfermizo pero no sabemos la causa de su muerte. Al año siguiente tuve dos abortos y en el 2004 me salió una enfermedad en la piel y me confirmaron que tenía el VIH. Mi marido no aceptó hacerse la prueba hasta meses después, cuando empezó a sentirse mal", relata Germaine.
A pesar de tantas desgracias, Germaine estaba muy ilusionada con la idea de ser madre. Empezó un tratamiento con antivirales y poco después se quedó embarazada. Zaburo, que ya tiene nueve años, nació sano al igual que los pequeños Samuel y Adrien.
"Saber que lo que teníamos era el sida fue un alivio", afirma el marido para sorpresa de sus interlocutores. "Sí, sí, es que pensábamos que sufríamos una maldición. Nos vendimos las dos parcelas para poder pagar a un hechicero que rompiera el embrujo. Por eso, cuando nos dijeron que era el VIH pensamos que teníamos futuro", explica Ferdinand, que ahora sobrevive con un pequeño comercio y aceptando cualquier trabajo que le salga.
Germaine y la inmensa mayoría de mujeres burundesas son las que cultivan el campo, aunque la propiedad es de los hombres. Los que heredan son los hermanos varones, se entiende que ellas ya trabajarán en las tierras de sus maridos, suponiendo que todas se casen.
¿Y si la descendencia sólo es femenina o si la esposa enviuda? Lo normal es que se busque a algún familiar masculino para que se quede con las propiedades. "La mujer está en una situación de indefensión, el caso más grave es cuando se queda viuda y la familia del marido la echa", apunta Pedro Guerra, del departamento de protección de la infancia de Unicef.
Guerra recuerda el caso de Valérie, una niña que a los 15 años vio morir con pocos meses de diferencia a sus padres. Ella se quedó viviendo sola en la casa familiar hasta que sus hermanos regresaron para reclamar la finca.
Como se negó a marchar, los hermanos quemaron la vivienda y Valérie se encontró sola y en la calle hasta que unos vecinos la acogieron. Valérie se reveló como una chica espabilada: al poco tiempo ya era presidenta del grupo de microcréditos de su pueblo. Ahora, con 19 años, regenta una tienda-bar y tiene a dos huérfanos a su cargo.
Rosa M. Bosch y Álex García/La Vanguardia
sábado, 15 de noviembre de 2014
Su madre es ahora monja y él misionero en Irak: allí los cristianos son «santos que hacen historia»
El padre Luis Montes, misionero en Irak, está convencido de que los cristianos Iraquíes serán recordados como Santos que cambian la historia.
La revista Sin Miedo (Mediamza), de Mendoza (Argentina), aprovechó su momentáneo regreso a casa y le entrevistó para conocer la realidad que viven los cristianos en un país donde actualmente son perseguidos hasta la muerte (ver abajo la entrevista completa). Tiene 44 años, vivió muchos años en la ciudad mendocina de San Rafael, donde llegó muy joven e ingresó al Instituto del Verbo Encarnado.
Una vez que finalizó los estudios y fue ordenado sacerdote comenzó su labor misional en apoyo a los cristianos perseguidos. Su recorrido empezó en Tierra Santa, luego estuvo en Egipto y de allí fue enviado a Bagdad (Irak) en diciembre de 2010, donde siempre había querido estar. Para ello hubo de estudiar árabe ocho horas al día durante dos años.
Es uno de los siete hijos de una familia muy especial: tres son sacerdotes, y su madre, que enviudó hace ocho años, ingresó como novicia y ahora, con 82 años, es una de las monjas que está en el hogar de Rama Caída.
Sobre su misión en Irak, el padre Montes explica que es una experiencia maravillosa, ya que a pesar de la situación dramática y terrible de persecución y tortura que viven los cristianos, se ven verdaderos actos de heroísmo de personas que prefieren dar su vida por no rechazar su fe o por salvar a sus hermanos. Afirma que estos "santos" iraquíes serán recordados en el futuro por su testimonio edificante e irrefutable de amor a Cristo, como lo hacemos hoy en día con los cristianos perseguidos al principio del cristianismo. Tiene la certeza de que hoy, en Irak, se está construyendo historia del cristianismo, con santos que vivirán para siempre.
http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=38483
domingo, 9 de noviembre de 2014
Planeaba abortar a su bebé síndrome de down, pero un chico así la abrazó y ella pensó: «¡es Jesús!»
Gina
es una periodista televisiva que estuvo cubriendo desde la "zona cero"
de Nueva York los atentados a las Torres Gemelas. Después, en un viaje a
Italia, conoció a un hombre, quedó embarazada, le dijeron que el niño
tendría síndrome de down y empezaron las presiones para que abortara.
Pero sucedió algo que cambió su enfoque y así nació el pequeño Angelo
Pío. Gina contó su historia en la web de la congregación Sisters of Life
(www.sistersoflife.org).
-Gina, ¿nos puedes contar un poco sobre tu vida antes del nacimiento de Angelo Pio?
-Yo era periodista. Comencé en la CBS News, trabajé en la revista 48 Horas, fui reportera de TV en Virginia Occidental, reportera de tránsito en Nueva York y, al inicio del 2001, comencé a trabajar en la ABC News.
»El verdadero punto de partida de esta historia, desde varios puntos de vista, fue el 11 de septiembre de 2001, porque formé parte de un gran equipo de periodistas que cubrimos los eventos de aquel día en la Zona Cero. Me quedé ahí hasta la mañana siguiente y viví aquella sensación fuerte de “yo no se lo que va a suceder cuando me despierte de esta pesadilla”. Yo siempre había sido muy centrada, pero después de todo eso, sentí de repente la urgencia de más equilibrio en mi vida.
-¿Qué hiciste para encontrar ese equilibrio?
- Me dispuse a irme de vacaciones a Italia, sola. Siempre quise ir al Vaticano y me agradaba mucho el Papa Juan Pablo II. En ese viaje conocí a un hombre y me enamoré de él. Tuvimos una relación llena de problemas, pero continuamos yendo y viniendo durante algunos años. Cuando parecía que las cosas se consolidarían y comenzamos a hablar de matrimonio, me quedé embarazada. En ese primer momento estuvimos muy felices.
-¿Qué sucedió durante el embarazo?
-Cuando yo estaba con tres meses de embarazo, los exámenes prenatales revelaron el Síndrome de Down del bebé. Fue un shock, un sufrimiento. Yo casi no dormía, y cuando lo lograba, me despertaba con una sensación sofocante de desesperación, tristeza, miedo. ¡Eso te ahoga!
»Varias personas me presionaban para que interrumpiera el embarazo: mi doctor era uno, y también el padre de mi hijo…Y eso era lo más doloroso. Te rompe el corazón cuando te dicen que tu hijo no debe nacer. Principalmente cuando uno está tan frágil…
-¿Cómo lidiaste con esa presión para abortar al bebé?
- En medio de aquello, con toda la presión, yo fijé una consulta para abortar. Después de colgar el teléfono, me acuerdo que sentí un peso inmenso dentro de mí, casi sofocante; era la desesperación absoluta, la sensación de un quebrantamiento completo…No tengo palabras para describirlo.
-¿Qué te hizo cambiar de idea?
-Otras personas en mi vida fueron decisivas. Una de esas personas, en especial, fue un sacerdote maravilloso que no dejaba que yo me sintiera abandonada. Hoy yo sé que había una montaña de personas bombardeando los cielos con oraciones por mí y mi bebé. El poder de la oración no puede ser subestimado nunca, porque, en mi corazón, el miedo estaba venciendo la batalla… Yo estaba completamente destruida. ¿Sabes aquellos dibujos con el angelito y el diablito susurrando cada uno en la oreja de alguien? Exactamente así. El diablito me susurraba al oído: “Todo esto puede acabar de una vez aquí…Después del aborto, la vida continuará…Las cosas van a volver a la normalidad. No estás obligada a esto. Podrás tener otro hijo después”. Era un verdadero disco rayado tocando en mi oído.
»Un padre me sugirió hablar con las Sisters of Life (congregación de las Hermanas de la Vida). Llamé y hablé con una de las hermanas. Fue una batalla durante algunas semanas. Después, finalmente, recibí una gracia enorme. Terminé mi relación y me mudé al convento del Sagrado Corazón de Jesús.
-¿Por qué te mudaste al convento?
-Yo tenía que lograr escuchar lo que Dios me decía… Necesitaba saber: “¿Dios mío, me estás pidiendo ser madre soltera de un bebé con Síndrome de Down?”. Cuando vives en el Sagrado Corazón, tu vida de oración aumenta, queriéndolo o no. ¡Y yo quería! Yo me acuerdo, con toda claridad, que cuando decidí ir al Sagrado Corazón, tuve esa sensación que se tiene cuando se dice “sí”. Esa levedad, esa paz…Pienso que es la recompensa por la entrega, ¿no?
-¿Cómo aceptaste ser madre soltera de un bebé con Síndrome de Down?
-Las hermanas me sugirieron hacer un retiro de silencio. La primera mañana, fui al refectorio y el personal estaba haciendo la limpieza. Yo aún estaba muy sensible en relación a cualquier cosa que tuviera que ver con el Síndrome de Down. Estaba intentando entender todo aquello. Y ahí estaba en el refectorio, sirviéndome, cuando miré a un lado y ¿a quién vi detrás de una ventana de la cocina? A un muchacho con Síndrome de Down, ¡limpiando el suelo! Y pensé: “¡Esto tiene que ser una broma!”.
»Y no me acuerdo bien, pero se me cayó la bandeja…Cuando me bajé para recoger todo, ese joven con Síndrome de Down se acercó, me puso el brazo alrededor de mis hombros y simplemente me abrazó.
- ¿Él no dijo nada?
- ¡Ni una palabra! Me quedé de piedra. Era alto, fuerte. Yo no se cuanto tiempo nos quedamos así. Sólo unos segundos, porque la jefa de él vio, vino corriendo y le dijo: “No la conoces, no puedes hacer eso. ¿Qué estás haciendo?”.
»Ella me miró y me dijo: “Disculpe. Él nunca había hecho nada de ese tipo”. Yo salí del comedor necesitando estar sola, me senté y tuve la certeza en ese mismo momento: “Fue Jesús. ¡Fue Jesús quien me acaba de abrazar!”. Yo estaba confundida, pero tenía la absoluta certeza de que había sido Jesús. Y yo tenía razón. Y sobre si tener a mi hijo, ya medio lo sabía antes del retiro, pero ahí fue definitivo. Sentí aquella levedad.
Gina, su hijo Angelo Pio y una de las Sisters of Life
-¿Serías otra persona hoy si no fuera por Angelo?
-Sinceramente, yo agradezco a Dios todos los días porque Angelo me salvó. De verdad. Es muy importante decir que un niño con una discapacidad no nos debilita, al contrario, nos fortalece. Como individuos y como comunidad. Yo no logro imaginar cómo sería la persona que hoy soy, tener la fuerza que hoy tengo, conocer a Dios de la manera que lo conozco hoy, si no fuera por Angelo.
-¿Vives la vida desde una perspectiva diferente?
-Sin la menor duda. Él me hace ser más compasiva, sensible, paciente y obediente. Yo nunca me había imaginado como una mujer maternal, a pesar de siempre haber querido ser madre. Es como si una parte de mí estuviera adormecida y hubiera quedado iluminada al cuidar de él. Yo descubrí cosas, en mí misma, que no conocía. Es como si algo hubiera quedado vivo, asentado. ¡Siempre existe alegría con él!
-¿Angelo también cambió tu manera de lidiar con el mundo?
-Con Angelo en mi vida muchas cosas quedaron más claras y más simples. Casi todo el día, alguien nos para en la calle para decir lo bonito que es él, o “qué lentes tan guays”, u “hola”, o cualquier cosa. Las luchas diarias son intercaladas con esos momentos que yo paso con él. Por ejemplo, sabemos el nombre de todos los conserjes de nuestra calle gracias a Angelo. Él saluda a todo el mundo: “Hola, Steve”, “¡Buenos días, Carlos!” Si no fuera por Angelo, yo no habría conocido ni a Steve, ni a Carlos, ni sus historias.
»Carlos, en particular, puede estar hablando con alguien por teléfono y, si nota que Angelo está esperando para saludarlo, le dice a la persona: “Mira, tengo que colgar, tengo que saludar a mi amigo”. Es como si Angelo estuviera ayudando a crear ese tipo de mundo que deberías formar, como si no existieran todos los sufrimientos, problemas, competitividad, fealdad del mundo, con todo el mundo corriendo todo el tiempo.
-¿Piensas que hoy se ve mejor la belleza de la vida?
-Veo, yo también veo, de verdad, los beneficios del sufrimiento. Angelo logra mirar dentro de las personas más oprimidas. De camino a casa, hay un grupo de personas pobres, que usan sillas de ruedas, que se reúnen con frecuencia en un cierto punto. Nosotros siempre paramos para saludar y charlar un poco con ellas. Yo nunca me había parado antes ahí. No me sentía nada bien con la discapacidad en mi vida antes de Angelo. Eso era otra cosa que me hacía pelear con Dios: “¿Dios, con todas las posibilidades, me vas a dar un hijo discapacitado? Sabes que no me gustan las discapacidades. No se lidiar con eso. Dame otra cosa”.
-Entonces, ¿tu perspectiva sobre el sufrimiento también cambió?
-Cuando veo a alguien sufriendo, reconozco que hay algo conmovedor ahí. Yo pienso que las personas que sufren conocen a Dios muy bien. Y hoy me pregunto si “la vida fácil” es realmente un regalo. Angelo ya pasó por mucho dolor, porque hace poco le fue diagnosticado artritis. A causa del Síndrome de Down, pasa horas y horas en fisioterapia, en fonoaudiología, en terapia ocupacional. Para los niños que tienen que enfrentar esos desafíos desde el principio de su vida, la infancia es muy distinta. Yo doy gracias a Dios por todas las terapias y, a pesar de que no tiene una vida fácil, muchas veces, en muchos aspectos, es el muchacho más alegre de su clase. Es muy fuerte. Angelo disfruta de la vida.
-¿Cómo piensas que Angelo ve el mundo?
- El mundo es un lugar delicioso para él. La vida de Angelo en el día a día es muy buena. Él es muy confiado. Los profesores y terapeutas me comentan eso desde hace años. Él es muy seguro de sí mismo. ¡Y eso me hace muy feliz! Él no es complicado, es sencillo: “Yo te quiero, tú me quieres”. ¡Fácil! Cuando las personas conocen a Angelo yo pienso que ellas piensan: “Él tiene algo que me gustaría tener”. No le preocupa el rechazo.
-¿Piensas también que las personas se sienten atraídas por esa característica suya?
-Pienso que si. Hasta yo. Existe una libertad que me volvió más auténtica. Hay momentos en el tren en que él y yo nos quedamos jugando como payasos y de repente yo paro y observo y las personas nos están mirando. Me miran como si dijeran: “¿Ella será realmente feliz? ¿O está loca? ¿Cómo puede estar tan alegre y libre? Mira a ese niño, eso no se entiende”.
»En la cultura de hoy, tener un hijo con Síndrome de Down no se encaja con facilidad. Pero mi hijo, y no quiero dejar la menor duda en cuanto a eso, es la alegría de mi vida. Yo tengo hoy una fuerza, un entendimiento de las cosas y una humildad que es impensable que yo tuviera por mí misma. Por humildad me refiero a una capacidad de aprendizaje, una obediencia a la voluntad de Dios que no existía antes. Ahora conozco la alegría profunda que surge cuando se hace la voluntad de Dios.
-¿Qué piensas que Dios te está pidiendo con todo esto?
-En mi relación con Jesús, yo siento que Él me pide una entrega personal continua. Yo reconozco hoy la obra de Dios en mi vida. Nuestro Señor nunca interfiere en nuestro libre albedrío para que escojamos el camino que queremos, pero yo creo que Él hace cualquier cosa que pueda salvar a cada uno de sus preciosos hijos, que somos todos nosotros. Yo me quedo maravillada todo el tiempo con lo que Dios me ama y con las formas tangibles con que actúa en mi vida desde que comencé este camino de entrega a su voluntad.
»Nuestro Señor tenía un plan diferente del que yo tenía para mí misma y, sin la menor duda, lo que Él me ofrece es mucho mayor y mejor a lo que yo hubiera podido haber pensado. En mi “vida anterior”, yo nunca habría imaginado ser madre de un niño con Síndrome de Down, pero hoy veo cuan perfecto es el plan de Dios. Sinceramente es increíble que Dios me haya dado a Angelo y me haya concedido la gracia de ser su mamá. ¡Es increíble lo bendecida que he sido!
-Gina, ¿nos puedes contar un poco sobre tu vida antes del nacimiento de Angelo Pio?
-Yo era periodista. Comencé en la CBS News, trabajé en la revista 48 Horas, fui reportera de TV en Virginia Occidental, reportera de tránsito en Nueva York y, al inicio del 2001, comencé a trabajar en la ABC News.
»El verdadero punto de partida de esta historia, desde varios puntos de vista, fue el 11 de septiembre de 2001, porque formé parte de un gran equipo de periodistas que cubrimos los eventos de aquel día en la Zona Cero. Me quedé ahí hasta la mañana siguiente y viví aquella sensación fuerte de “yo no se lo que va a suceder cuando me despierte de esta pesadilla”. Yo siempre había sido muy centrada, pero después de todo eso, sentí de repente la urgencia de más equilibrio en mi vida.
-¿Qué hiciste para encontrar ese equilibrio?
- Me dispuse a irme de vacaciones a Italia, sola. Siempre quise ir al Vaticano y me agradaba mucho el Papa Juan Pablo II. En ese viaje conocí a un hombre y me enamoré de él. Tuvimos una relación llena de problemas, pero continuamos yendo y viniendo durante algunos años. Cuando parecía que las cosas se consolidarían y comenzamos a hablar de matrimonio, me quedé embarazada. En ese primer momento estuvimos muy felices.
-¿Qué sucedió durante el embarazo?
-Cuando yo estaba con tres meses de embarazo, los exámenes prenatales revelaron el Síndrome de Down del bebé. Fue un shock, un sufrimiento. Yo casi no dormía, y cuando lo lograba, me despertaba con una sensación sofocante de desesperación, tristeza, miedo. ¡Eso te ahoga!
»Varias personas me presionaban para que interrumpiera el embarazo: mi doctor era uno, y también el padre de mi hijo…Y eso era lo más doloroso. Te rompe el corazón cuando te dicen que tu hijo no debe nacer. Principalmente cuando uno está tan frágil…
-¿Cómo lidiaste con esa presión para abortar al bebé?
- En medio de aquello, con toda la presión, yo fijé una consulta para abortar. Después de colgar el teléfono, me acuerdo que sentí un peso inmenso dentro de mí, casi sofocante; era la desesperación absoluta, la sensación de un quebrantamiento completo…No tengo palabras para describirlo.
-¿Qué te hizo cambiar de idea?
-Otras personas en mi vida fueron decisivas. Una de esas personas, en especial, fue un sacerdote maravilloso que no dejaba que yo me sintiera abandonada. Hoy yo sé que había una montaña de personas bombardeando los cielos con oraciones por mí y mi bebé. El poder de la oración no puede ser subestimado nunca, porque, en mi corazón, el miedo estaba venciendo la batalla… Yo estaba completamente destruida. ¿Sabes aquellos dibujos con el angelito y el diablito susurrando cada uno en la oreja de alguien? Exactamente así. El diablito me susurraba al oído: “Todo esto puede acabar de una vez aquí…Después del aborto, la vida continuará…Las cosas van a volver a la normalidad. No estás obligada a esto. Podrás tener otro hijo después”. Era un verdadero disco rayado tocando en mi oído.
»Un padre me sugirió hablar con las Sisters of Life (congregación de las Hermanas de la Vida). Llamé y hablé con una de las hermanas. Fue una batalla durante algunas semanas. Después, finalmente, recibí una gracia enorme. Terminé mi relación y me mudé al convento del Sagrado Corazón de Jesús.
-¿Por qué te mudaste al convento?
-Yo tenía que lograr escuchar lo que Dios me decía… Necesitaba saber: “¿Dios mío, me estás pidiendo ser madre soltera de un bebé con Síndrome de Down?”. Cuando vives en el Sagrado Corazón, tu vida de oración aumenta, queriéndolo o no. ¡Y yo quería! Yo me acuerdo, con toda claridad, que cuando decidí ir al Sagrado Corazón, tuve esa sensación que se tiene cuando se dice “sí”. Esa levedad, esa paz…Pienso que es la recompensa por la entrega, ¿no?
-¿Cómo aceptaste ser madre soltera de un bebé con Síndrome de Down?
-Las hermanas me sugirieron hacer un retiro de silencio. La primera mañana, fui al refectorio y el personal estaba haciendo la limpieza. Yo aún estaba muy sensible en relación a cualquier cosa que tuviera que ver con el Síndrome de Down. Estaba intentando entender todo aquello. Y ahí estaba en el refectorio, sirviéndome, cuando miré a un lado y ¿a quién vi detrás de una ventana de la cocina? A un muchacho con Síndrome de Down, ¡limpiando el suelo! Y pensé: “¡Esto tiene que ser una broma!”.
»Y no me acuerdo bien, pero se me cayó la bandeja…Cuando me bajé para recoger todo, ese joven con Síndrome de Down se acercó, me puso el brazo alrededor de mis hombros y simplemente me abrazó.
- ¿Él no dijo nada?
- ¡Ni una palabra! Me quedé de piedra. Era alto, fuerte. Yo no se cuanto tiempo nos quedamos así. Sólo unos segundos, porque la jefa de él vio, vino corriendo y le dijo: “No la conoces, no puedes hacer eso. ¿Qué estás haciendo?”.
»Ella me miró y me dijo: “Disculpe. Él nunca había hecho nada de ese tipo”. Yo salí del comedor necesitando estar sola, me senté y tuve la certeza en ese mismo momento: “Fue Jesús. ¡Fue Jesús quien me acaba de abrazar!”. Yo estaba confundida, pero tenía la absoluta certeza de que había sido Jesús. Y yo tenía razón. Y sobre si tener a mi hijo, ya medio lo sabía antes del retiro, pero ahí fue definitivo. Sentí aquella levedad.
Gina, su hijo Angelo Pio y una de las Sisters of Life
-¿Serías otra persona hoy si no fuera por Angelo?
-Sinceramente, yo agradezco a Dios todos los días porque Angelo me salvó. De verdad. Es muy importante decir que un niño con una discapacidad no nos debilita, al contrario, nos fortalece. Como individuos y como comunidad. Yo no logro imaginar cómo sería la persona que hoy soy, tener la fuerza que hoy tengo, conocer a Dios de la manera que lo conozco hoy, si no fuera por Angelo.
-¿Vives la vida desde una perspectiva diferente?
-Sin la menor duda. Él me hace ser más compasiva, sensible, paciente y obediente. Yo nunca me había imaginado como una mujer maternal, a pesar de siempre haber querido ser madre. Es como si una parte de mí estuviera adormecida y hubiera quedado iluminada al cuidar de él. Yo descubrí cosas, en mí misma, que no conocía. Es como si algo hubiera quedado vivo, asentado. ¡Siempre existe alegría con él!
-¿Angelo también cambió tu manera de lidiar con el mundo?
-Con Angelo en mi vida muchas cosas quedaron más claras y más simples. Casi todo el día, alguien nos para en la calle para decir lo bonito que es él, o “qué lentes tan guays”, u “hola”, o cualquier cosa. Las luchas diarias son intercaladas con esos momentos que yo paso con él. Por ejemplo, sabemos el nombre de todos los conserjes de nuestra calle gracias a Angelo. Él saluda a todo el mundo: “Hola, Steve”, “¡Buenos días, Carlos!” Si no fuera por Angelo, yo no habría conocido ni a Steve, ni a Carlos, ni sus historias.
»Carlos, en particular, puede estar hablando con alguien por teléfono y, si nota que Angelo está esperando para saludarlo, le dice a la persona: “Mira, tengo que colgar, tengo que saludar a mi amigo”. Es como si Angelo estuviera ayudando a crear ese tipo de mundo que deberías formar, como si no existieran todos los sufrimientos, problemas, competitividad, fealdad del mundo, con todo el mundo corriendo todo el tiempo.
-¿Piensas que hoy se ve mejor la belleza de la vida?
-Veo, yo también veo, de verdad, los beneficios del sufrimiento. Angelo logra mirar dentro de las personas más oprimidas. De camino a casa, hay un grupo de personas pobres, que usan sillas de ruedas, que se reúnen con frecuencia en un cierto punto. Nosotros siempre paramos para saludar y charlar un poco con ellas. Yo nunca me había parado antes ahí. No me sentía nada bien con la discapacidad en mi vida antes de Angelo. Eso era otra cosa que me hacía pelear con Dios: “¿Dios, con todas las posibilidades, me vas a dar un hijo discapacitado? Sabes que no me gustan las discapacidades. No se lidiar con eso. Dame otra cosa”.
-Entonces, ¿tu perspectiva sobre el sufrimiento también cambió?
-Cuando veo a alguien sufriendo, reconozco que hay algo conmovedor ahí. Yo pienso que las personas que sufren conocen a Dios muy bien. Y hoy me pregunto si “la vida fácil” es realmente un regalo. Angelo ya pasó por mucho dolor, porque hace poco le fue diagnosticado artritis. A causa del Síndrome de Down, pasa horas y horas en fisioterapia, en fonoaudiología, en terapia ocupacional. Para los niños que tienen que enfrentar esos desafíos desde el principio de su vida, la infancia es muy distinta. Yo doy gracias a Dios por todas las terapias y, a pesar de que no tiene una vida fácil, muchas veces, en muchos aspectos, es el muchacho más alegre de su clase. Es muy fuerte. Angelo disfruta de la vida.
-¿Cómo piensas que Angelo ve el mundo?
- El mundo es un lugar delicioso para él. La vida de Angelo en el día a día es muy buena. Él es muy confiado. Los profesores y terapeutas me comentan eso desde hace años. Él es muy seguro de sí mismo. ¡Y eso me hace muy feliz! Él no es complicado, es sencillo: “Yo te quiero, tú me quieres”. ¡Fácil! Cuando las personas conocen a Angelo yo pienso que ellas piensan: “Él tiene algo que me gustaría tener”. No le preocupa el rechazo.
-¿Piensas también que las personas se sienten atraídas por esa característica suya?
-Pienso que si. Hasta yo. Existe una libertad que me volvió más auténtica. Hay momentos en el tren en que él y yo nos quedamos jugando como payasos y de repente yo paro y observo y las personas nos están mirando. Me miran como si dijeran: “¿Ella será realmente feliz? ¿O está loca? ¿Cómo puede estar tan alegre y libre? Mira a ese niño, eso no se entiende”.
»En la cultura de hoy, tener un hijo con Síndrome de Down no se encaja con facilidad. Pero mi hijo, y no quiero dejar la menor duda en cuanto a eso, es la alegría de mi vida. Yo tengo hoy una fuerza, un entendimiento de las cosas y una humildad que es impensable que yo tuviera por mí misma. Por humildad me refiero a una capacidad de aprendizaje, una obediencia a la voluntad de Dios que no existía antes. Ahora conozco la alegría profunda que surge cuando se hace la voluntad de Dios.
-¿Qué piensas que Dios te está pidiendo con todo esto?
-En mi relación con Jesús, yo siento que Él me pide una entrega personal continua. Yo reconozco hoy la obra de Dios en mi vida. Nuestro Señor nunca interfiere en nuestro libre albedrío para que escojamos el camino que queremos, pero yo creo que Él hace cualquier cosa que pueda salvar a cada uno de sus preciosos hijos, que somos todos nosotros. Yo me quedo maravillada todo el tiempo con lo que Dios me ama y con las formas tangibles con que actúa en mi vida desde que comencé este camino de entrega a su voluntad.
»Nuestro Señor tenía un plan diferente del que yo tenía para mí misma y, sin la menor duda, lo que Él me ofrece es mucho mayor y mejor a lo que yo hubiera podido haber pensado. En mi “vida anterior”, yo nunca habría imaginado ser madre de un niño con Síndrome de Down, pero hoy veo cuan perfecto es el plan de Dios. Sinceramente es increíble que Dios me haya dado a Angelo y me haya concedido la gracia de ser su mamá. ¡Es increíble lo bendecida que he sido!
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Planeaba abortar a su bebé síndrome de down
sábado, 1 de noviembre de 2014
Ante Halloween, las Dominicas de Lerma piden hacer una fiesta-alternativa, porque «Dios es alegre»
Las Dominicas de Lerma (Burgos.
España) reciben todos los días peticiones de oraciones y consejo
espiritual de todo tipo de personas. Últimamente han recibido una avalancha de preguntas e inquietudes acerca de la fiesta de Halloween.
El pasado lunes publicamos en Religión en Libertad una reflexión sobre las monjas que llevaba por título: Las Dominicas de Lerma explican qué es Halloween: no es cristiana; culto a satanás; brujería...
Debido a la gran repercusión que tuvo el reportaje, las religiosas contemplativas de Lerma han querido ofrecer una nueva reflexión que pudiera completar la anterior, y en el mensaje que suelen enviar todos los días por WhatsApp y que se conoce popularmente como "El reto de Amor", han compartido una reflexión sobre Halloween que lleva por título: "No apagar la linterna".
Halloween o vivir de Cristo
«La huerta del noviciado es muy grande, tiene árboles, plantas y algún socavón que otro con el que solemos tropezar. Ayer Lety se quedó hablando con una amiga en la punta contraria al monasterio; llegó la hora de vísperas y, sabiendo que su capacidad de conversación es ilimitada, al ver que no volvía, fui decidida a buscarla. Sin embargo, no caí en el detalle de que, con el cambio de hora, a las siete de la tarde ya era noche profunda y me vi tanteando de árbol a árbol intentando llegar. Me sentía insegura, me invadió hasta un sentimiento de miedo. Finalmente tuve que coger una linterna para llegar hasta ella y poder también dirigirle a la vuelta con tranquilidad.
»Esta semana parece que el tema de Halloween está por todos los sitios: publicidad, mensajes, opiniones... y yo me paro ante el bullicio, ante tanto árbol, ante tanto socavón, me miro la mano y pienso que estoy feliz con mi linterna y, aunque sea por una noche, no quiero apagarla. Necesito que Cristo siga alumbrando y esa noche con más motivo: ¡es la noche de todos los santos! Es la noche de los reteros por excelencia, de aquellos que, con su vida, llevaron a cabo el reto de los retos: Vivir de Cristo. Así que no te quedes parado, ve preparando no la linterna... ¡el foco! Y prepárate para ser luz en la noche: donde unos piden, tú da; donde se asusta, tú da confianza; donde amenazan, tú da esperanza; donde se recurre a la magia, tú a la oración.
»Cambia muerte y oscuridad por vida; terror y miedo por alegría; violencia por paz y amor; amedrentamiento y chantaje por respeto y entrega. Una celebración a la que todos se puedan sumar.
»Hoy el reto del Amor es pensar la manera de celebrar el viernes desde la Vida. No apagues la linterna, con alegría, desde Cristo y con Él. Hay alternativas, Dios es alegre.
Vive de Cristo».
Las dominicas de Lerma proponen alternativas cristias a Halloween
Así es Holywins
http://www.religionenlibertad.com/asi-es-holywins-disfraces-caramelos-frases-de-santos-musica-cristiana-y-31929.htm
Algunas iniciativas muy extendidas para celebrar Holywins
Para niños:
· Disfrazarse de algo positivo como payaso, flor, santo, princesa, animalito, etc...
· Saldrán a las calles, acompañados de algún adulto o joven responsable, a pedir dulces.
· Para recibir los dulces los niños deberán entregar algo a cambio. (Lo que entreguen puede ser un dibujo, una poesía, una oración, una flor, una tarjeta o algo hecho por ellos).
· Invitarles a ser ellos los que lleven, acompañados por jóvenes o adultos, caramelos a residencias de ancianos
Los jóvenes:
· Acompañarán a los niños en esta celebración siendo modelo y ejemplo para ellos; es decir, celebrando en forma positiva para sembrar paz, amor y alegría.
· Si quieren organizar alguna fiesta o celebración los invitamos a hacer "Fiestas Blancas" donde todos se vistan de ese color y lo pasen muy bien en un ambiente positivo y alegre.
· Organizar encuentros de oración y actividades que les lleven a poner a Cristo en el centro de la fiesta.
Recursos para niños y adultos http://www.belendemaria.net/category/preparacion-de-fiestas/holywins/
Os ponemos algunos lugares en los que llevan a cabo iniciativas de este tipo con gran afluencia de niños y jóvenes.
Alcalá de Henares:
http://www.infovaticana.com/2014/10/24/frente-halloween-holywins/
Leganés:
http://www.parroquiasansalvador.es/?p=1195
Getafe:
http://koinoniagetafe.blogspot.com.es/2014/10/holywins-2014-en-la-catedral-de-getafe.html
Colegio Madrid:
http://www.dominicasmadrid.es/noticias/noticias-2013-2014/holy-wins/
Cádiz y Ceuta :
http://www.agenciasic.com/2014/10/27/el-arciprestazgo-de-chiclana-reimpulsa-la-festividad-de-todos-los-santos-con-holywins/
El pasado lunes publicamos en Religión en Libertad una reflexión sobre las monjas que llevaba por título: Las Dominicas de Lerma explican qué es Halloween: no es cristiana; culto a satanás; brujería...
Debido a la gran repercusión que tuvo el reportaje, las religiosas contemplativas de Lerma han querido ofrecer una nueva reflexión que pudiera completar la anterior, y en el mensaje que suelen enviar todos los días por WhatsApp y que se conoce popularmente como "El reto de Amor", han compartido una reflexión sobre Halloween que lleva por título: "No apagar la linterna".
Halloween o vivir de Cristo
«La huerta del noviciado es muy grande, tiene árboles, plantas y algún socavón que otro con el que solemos tropezar. Ayer Lety se quedó hablando con una amiga en la punta contraria al monasterio; llegó la hora de vísperas y, sabiendo que su capacidad de conversación es ilimitada, al ver que no volvía, fui decidida a buscarla. Sin embargo, no caí en el detalle de que, con el cambio de hora, a las siete de la tarde ya era noche profunda y me vi tanteando de árbol a árbol intentando llegar. Me sentía insegura, me invadió hasta un sentimiento de miedo. Finalmente tuve que coger una linterna para llegar hasta ella y poder también dirigirle a la vuelta con tranquilidad.
»Esta semana parece que el tema de Halloween está por todos los sitios: publicidad, mensajes, opiniones... y yo me paro ante el bullicio, ante tanto árbol, ante tanto socavón, me miro la mano y pienso que estoy feliz con mi linterna y, aunque sea por una noche, no quiero apagarla. Necesito que Cristo siga alumbrando y esa noche con más motivo: ¡es la noche de todos los santos! Es la noche de los reteros por excelencia, de aquellos que, con su vida, llevaron a cabo el reto de los retos: Vivir de Cristo. Así que no te quedes parado, ve preparando no la linterna... ¡el foco! Y prepárate para ser luz en la noche: donde unos piden, tú da; donde se asusta, tú da confianza; donde amenazan, tú da esperanza; donde se recurre a la magia, tú a la oración.
»Cambia muerte y oscuridad por vida; terror y miedo por alegría; violencia por paz y amor; amedrentamiento y chantaje por respeto y entrega. Una celebración a la que todos se puedan sumar.
»Hoy el reto del Amor es pensar la manera de celebrar el viernes desde la Vida. No apagues la linterna, con alegría, desde Cristo y con Él. Hay alternativas, Dios es alegre.
Vive de Cristo».
Las dominicas de Lerma proponen alternativas cristias a Halloween
Así es Holywins
http://www.religionenlibertad.com/asi-es-holywins-disfraces-caramelos-frases-de-santos-musica-cristiana-y-31929.htm
Algunas iniciativas muy extendidas para celebrar Holywins
Para niños:
· Disfrazarse de algo positivo como payaso, flor, santo, princesa, animalito, etc...
· Saldrán a las calles, acompañados de algún adulto o joven responsable, a pedir dulces.
· Para recibir los dulces los niños deberán entregar algo a cambio. (Lo que entreguen puede ser un dibujo, una poesía, una oración, una flor, una tarjeta o algo hecho por ellos).
· Invitarles a ser ellos los que lleven, acompañados por jóvenes o adultos, caramelos a residencias de ancianos
Los jóvenes:
· Acompañarán a los niños en esta celebración siendo modelo y ejemplo para ellos; es decir, celebrando en forma positiva para sembrar paz, amor y alegría.
· Si quieren organizar alguna fiesta o celebración los invitamos a hacer "Fiestas Blancas" donde todos se vistan de ese color y lo pasen muy bien en un ambiente positivo y alegre.
· Organizar encuentros de oración y actividades que les lleven a poner a Cristo en el centro de la fiesta.
Recursos para niños y adultos http://www.belendemaria.net/category/preparacion-de-fiestas/holywins/
Os ponemos algunos lugares en los que llevan a cabo iniciativas de este tipo con gran afluencia de niños y jóvenes.
Alcalá de Henares:
http://www.infovaticana.com/2014/10/24/frente-halloween-holywins/
Leganés:
http://www.parroquiasansalvador.es/?p=1195
Getafe:
http://koinoniagetafe.blogspot.com.es/2014/10/holywins-2014-en-la-catedral-de-getafe.html
Colegio Madrid:
http://www.dominicasmadrid.es/noticias/noticias-2013-2014/holy-wins/
Cádiz y Ceuta :
http://www.agenciasic.com/2014/10/27/el-arciprestazgo-de-chiclana-reimpulsa-la-festividad-de-todos-los-santos-con-holywins/
http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=38402
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