Su vida fue corta pero hermosa... una vida que se convirtió en la luz que necesitaba Anne para enseñar al mundo lo que son el amor y la felicidad.
Fue así: un día vio que la pequeña Thäis cojeaba y la llevó al médico sin esperar que fuera nada grave. Sin embargo, le diagnosticaron leucodistrofia metacromática, una feroz enfermedad degenerativa, causada por la ausencia de una enzima, unas moléculas imprescindibles para el funcionamiento del sistema nervioso.
Decidió hacerle a su “princesita” una promesa que, por supuesto, cumplió: «Vas a tener una vida bonita. No será como la de las demás niñas, pero será una vida de la que podrás sentirte orgullosa. Y en la que nunca te faltará amor».
Tras la muerte de la pequeña, Anne escribió Llenaré tus días de vida, un libro que se convirtió en un bestseller en Francia rápidamente, consiguiendo los premios Parole de patients y Pèlerin du témoignage.
Ahora, de la mano de la Editorial Palabra, la escritora publica en España su segundo título, Un día especial, un libro que cuenta que la misma Thäis nació el 29 de febrero, una fecha que solo se repite cada cuatro años. Es entonces cuando Anne se regala un paréntesis, libre de trabajo y obligaciones porque quiere vivir plenamente ese día especial. Su hija cumpliría ocho años y nota cómo el pasado se mezcla con el presente y cada gesto, cada palabra adquieren un color único.
Además, la escritora cuenta su vida familiar con su marido, sus dos hijos y su otra hija Azylis, de ocho años, que tiene la misma enfermedad que Thäis y ya no puede ni hablar, ni caminar, ni comer sola, así que no es una vida como la de los demás, sino una maravillosa historia de amor y una lección de lucha constante.
Anne-Dauphine Julliand estuvo en España en octubre de 2013 para participar en el imprescindible congreso "Lo que de verdad importa". En Valencia habló ante 1.300 jóvenes sobrecogidos. El periodista Paco Cerdà la entrevistó en el FaroDeVigo.es.
Una decisión: sonreír
"Hay distintas formas de actuar cuando te enfrentas a una dura prueba como la mía. Una manera es pensar que solo vas a sufrir durante el resto de tu vida. En cambio, yo he encontrado la forma de ser feliz en este camino diciéndome que tengo una cosa tremenda, pero que siempre quedan momentos de felicidad, y yo he elegido vivirlos. Por supuesto que a veces lloro y estoy triste. Pero se puede reír y sonreír. Porque sonreír es una decisión. Si la vida no te sonríe, sonríele tú a la vida", explicó Anne-Dauphine.
Admite que "al principio no pensé que fuera posible ser feliz en esta situación. Pero luego, al ver a mis hijos que sonreían, vi que era posible. Ellos viven el presente. Yo aprendí de ellos".
Frente al dolor, el amor
Ante el misterio del dolor, Anne tiene una propuesta.
"Hay que evitar sentir el dolor como un fracaso. Un drama nunca es un fracaso en la vida. Es una prueba, una montaña que hemos de subir. Y la mejor forma de superar el dolor es amar. El amor es lo que te permite curar la herida. A mí, este Amor con mayúscula me viene del Cielo. Yo soy católica y me ha ayudado mucho mi fe. Creer en Dios no me evita el sufrimiento, pero es como una lámpara que me permite ver el camino de la montaña. Tengo que subirla y la senda no es más fácil, pero me permite verla de otro modo".
Por eso, cuando le preguntan qué es lo que de verdad importa en la vida, responde sin dudarlo: "El amor. Y compartirlo todo. Si lo guardas para ti mismo, nada vale la pena. Por eso yo cuento mi experiencia".
Enferma, pero feliz
Esta madre animosa describe la realidad de su hija enferma. "Físicamente, Azylis está muy mal: no habla, no anda, apenas mueve los brazos, ve poco y no puede comer sola. Pero estaría mintiendo si me quedara ahí. Porque esa no es mi hija. Azylis es una niña feliz. Y no lo digo para engañarme como una madre loca. Te lo prometo: es feliz. Su sonrisa es mi victoria de cada día. Y como dice su hermano mayor Gaspard, Azylis tiene suerte. Porque la gente la ama".
"No importa el por qué, importa el cómo"
Hay preguntas que no son edificantes en estas situaciones, una vez tienes ya la base de la fe y la superación. "A veces, al ver a una niña caminar por la calle, me surge la pregunta del porqué. Pero enseguida la aparto. Porque sé que no he de perder tiempo en ello. Esa pregunta conduce a buscar culpables o a sentirte víctima. Eso solo hace daño. No me importa el porqué. Me importa el cómo: cómo subir la montaña".
En el siguiente vídeo, Anne-Dauphin habla en español (dice que le encanta España) en la edición de 2012 de Lo Que De Verdad Importa