UN ESPACIO DEDICADO A LAS MUJERES QUE EN SU ACCIONAR, SON VERDADEROS EJEMPLOS PARA LAS PERSONAS, LA SOCIEDAD Y LAS INSTITUCIONES CON PODER POLITICO Y RELIGIOSO.
sábado, 30 de junio de 2018
Solemnidad de san PEDRO y san PABLO 29 de junio 2018
Cada 29 de junio, en la solemnidad de San Pedro y San Pablo, apóstoles, recordamos a estos grandes testigos de Jesucristo y, a la vez, hacemos una solemne confesión de fe en la Iglesia una, santa, católica y apostólica. Ante todo es una fiesta de la catolicidad.
sábado, 23 de junio de 2018
¿Los mayores son más devotos que los jóvenes?
Sí, pero no siempre: en Sudamérica la diferencia es menor
Por: P. S. | Fuente: Religión en Libertad
Por: P. S. | Fuente: Religión en Libertad
En Estados Unidos, Europa Occidental y Latinoamérica, los jóvenes adultos son, generalmente, bastante menos devotos que sus mayores. En otros países, en cambio, la diferencia entre el grado de religiosidad según la edad es menor.
Estos son algunos de los datos que el Pew Research Center ha recabado en el estudio sobre la diferencia de edad en la religiosidad de varios países, cuyos datos fueron publicados la semana pasada.
En él, se han estudiado 106 naciones con distintas características y circunstancias sociales y económicas. Según refleja Christianity Today,
de estas, más de la mitad (58 países) tienen muy poca diferencia de
religiosidad entre las distintas generaciones. En el resto (46 países),
los jóvenes adultos por debajo de los 40 años son mucho menos propensos que sus mayores a considerar la religión algo importante.
Los países numerosos, religiosos y crecientes tienden a transmitir mejor la fe
Los países particularmente religiosos con una población creciente tienden a mantener y transmitir las creencias de mayores a jóvenes.
El estudio ha descubierto que estas naciones han superado a otras más
secularizadas por la desproporcionada población de jóvenes que han
provocado los altos crecimientos demográficos; ambos factores están a su vez muy relacionados con su nivel desarrollo.
Según
el Pew, la media global de adultos mayores de cuarenta que se
consideran religiosos es del 90%, mientras que, de los menores de 40, un
85% se considera religioso también. “Pese a que la diferencia es mayor
en algunos países que en otros, ocurre de distintas formas y por diferentes razones, ya sean por contexto económico o social”, han escrito los investigadores.
Canadá, el país con más diferencia
En Norteamérica y Europa Occidental, donde la secularización ha avanzado de forma más acelerada, la diferencia entre edades es entre dos y cinco veces más grande que la media global. Canadá tiene la diferencia más grande del mundo, con 28 puntos porcentuales de diferencia entre los jóvenes adultos canadienses y sus mayores.
Otros países que guardan una gran brecha son Dinamarca (26%), Corea del
Sur (24%), Australia (23%), y Noruega y Suecia (ambos con un 20% de
diferencia).
Todos estos países guardan en común condiciones materiales que permiten a la mayor parte de la población vivir bastante bien hasta que llegan los achaques de la vejez. Son sociedades desarrolladas y también con una fertilidad más bien baja.
Los mayores latinoamericanos transmiten mejor la religión
La
diferencia de edad en la religiosidad de los países latinoamericanos
está repartida por la mitad inferior de la escala. Los mayores son más
religiosos que los jóvenes, pero no por mucho. En los países que
aparecen en el estudio, la diferencia porcentual va desde el 13% en Chile hasta el 3% de Nicaragua, con la única excepción de Uruguay que se sitúa en el 18% de diferencia.
Argentina
y Puerto Rico se agrupan en el 7%. Venezuela, Costa Rica y El Salvador
en el 6%. México y Ecuador en el 5%. Panamá y Bolivia en el 4%.
Nicaragua es el país en el que menos diferencia hay, con un 3%.
Las personas mayores en Estados Unidos son dos veces más propensos a considerar la religión importante (53%) que los canadienses (27%). Aunque en EEUU la religión se transmite algo mejor: hay un 17% de diferencia entre jóvenes y adultos.
Las excepciones de Ghana y Georgia
Mientras
que en el continente americano y la mayor parte de Europa hay un
contraste religioso más evidente entre jóvenes y mayores, en Oriente Medio y en África no hay
apenas diferencia entre ambas generaciones. Además, estas son las regiones donde el compromiso religioso es mayor.
Dos
países mayoritariamente cristianos son las dos grandes excepciones a la
tendencia mundial. En Ghana, un país relativamente estable en el Oeste
de África, y en Georgia, una antigua república soviética, los jóvenes dicen, más que sus mayores, que la religión es importante para ellos.
En otras tres naciones africanas (Liberia, Ruanda y Chad) y en el estado cristiano ortodoxo de Armenia,
los jóvenes adultos reafirman su afiliación religiosa, acuden a los
servicios religiosos y rezan a diario más que sus padres y sus abuelos.
Liberia, Ruanda y Armenia son mayormente cristianas, mientras que Chad
es de mayoría
musulmana, aunque con una importante minoría cristiana del
40%.
Es en Liberia y en Chad donde los jóvenes rezan más, un 12% y un 6% respectivamente.
En Japón la diferencia es al contrario y mucho mayor: los mayores rezan casi un 30% más que los jóvenes. La
religión japonesa, el sintoísmo, es en grandísima medida, un culto a
los difuntos, una cortesía para con los fallecidos: las personas mayores
siempre tienen más difuntos que recordar.
¿Muchos jóvenes religiosos? A veces es que han vivido la guerra
El
Pew sugiere una razón por la que hay un puñado de países en los que los
jóvenes son más religiosos que la generación anterior: la guerra. “Los
pocos países donde los jóvenes adultos son más religiosos tienen algo en común: una historia reciente de conflictos violentos en los que ha habido víctimas civiles”, ha apuntado el estudio.
“Es
probable que las condiciones de estos lugares fueran al menos algo más
estables cuando la generación anterior era joven, y que la inseguridad
que experimentaron los jóvenes adultos siendo niños en las guerras
posteriores explique esta tendencia a ser más religiosos”, escriben los investigadores.
Las distinciones entre países musulmanes y países cristianos
Los países de mayoría cristiana y de mayoría musulmana afrontan distintos tipos de diferencias religiosas entre edades.
Mientras
que en los países cristianos la principal diferencia es si la
generación en cuestión considera o no la religión como algo importante
en su vida, en los musulmanes es una cuestión de asistencia a la mezquita. Entre las dos generaciones de musulmanes no hay mucha diferencia de fe y creencias, pero los jóvenes rezan menos. Sin embargo, entre jóvenes y mayores de países cristianos, la diferencia de fe es mayor.
Aunque en los países Occidentales cristianos esta última es una tendencia creciente, según Christianity Today, algunos analistas apuntan que la gente tiende a ser más religiosa según va creciendo.
Diferencia evidente entre países desarrollados y no desarrollados
Como
se puede ver en el estudio, los países en los que la mayoría de
personas dicen que la religión es muy importante en sus vidas (situados
en el África subsahariana, Oriente Medio y centro América) son también los países que más rápido se están desarrollando.
El
Pew apunta también lo contrario. Hay una correlación negativa entre la
afiliación religiosa y varios factores de desarrollo, como los niveles
de educación y el producto interior bruto del país. Los países
con más educación y mejores sueldos son típicamente menos religiosos.
Los países menos desarrollados suelen ser más religiosos.
Este artículo fue publicado originalmente por nuestros aliados y amigos: |
sábado, 16 de junio de 2018
Explotar a las mujeres es un pecado: El Papa Francisco
“Una oración por las mujeres descartadas, por las mujeres usadas, por las niñas que tienen que vender su dignidad por un trabajo”, fue la exhortación del Papa Francisco en su homilía de la Misa de este 15 de junio celebrada en la capilla de Casa Santa Martha, reflexionando sobre el Evangelio del día según San Mateo, en el que resuenan las palabras de Cristo: “El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio” y “el que repudia a su propia mujer la expone a caer en adulterio”. El Santo Padre subrayó cómo las mujeres son precisamente “aquello que falta a todos los hombres para ser imagen y semejanza de Dios”.
sábado, 9 de junio de 2018
Las 12 promesas del Sagrado Corazón de Jesús
Jesús promete derramar abundantes bendiciones y con una generosidad verdadera a quien honre a Su Divino Corazón
Por: Rev. Irenaeus Schoenherr, O.F.M. | Fuente: PildorasDeFe.net // Catholicharboroffaithandmorals.com
Por: Rev. Irenaeus Schoenherr, O.F.M. | Fuente: PildorasDeFe.net // Catholicharboroffaithandmorals.com
Santa
María Margarita de Alacoque, en sus escritos, insiste una y otra vez en
el deseo ardiente que tiene Jesús en derramar bendiciones con una
generosidad verdadera a quien honre a Su Divino Corazón
Estas promesas están dirigidas a todo tipo de personas:
a las fervorosas, a las tibias y sobre todo a los pecadores. Abraza a
todas las condiciones de vida: sacerdotes, religiosos y seglares.
Prometen alivio a los afligidos, resistencia a la tentación, consuelo a
los afligidos, paz a las familias, bendiciones en el hogar, el éxito en
nuestras empresas, la misericordia al pecador, alta santidad a las almas
fervorosas, valor para los corazones fríos. También prometen gran poder
a los sacerdotes y consagrados para ablandar los corazones más
endurecidos. Prometen fuerza y valor en nuestro lecho de muerte, y nos
hablan del don inestimable de la perseverancia final y de un refugio en
el Corazón de Jesús en el último momento de vida.
En las palabras brillantes de Santa Margarita María las promesas encierran el misterio del amor de Dios:
"Jesús
me mostró cómo esta devoción es, por así decirlo, el esfuerzo final de
su amor, el último invento de su caridad ilimitada"
A
continuación, explicaremos una por una el significado de las 12
promesas que nuestro Señor dejó a los devotos de su Sagrado Corazón
1.- "Daré a las almas devotas, todas las gracias necesarias para su estado de vida".
Los
deberes de nuestra vida diaria son numerosas y a menudo bastante
difíciles. Dios nos concede, en respuesta a la oracióny la recepción
frecuente de los sacramentos, todas las gracias necesarias para nuestro
estado de vida. Hay también gracias extraordinarias que se encuentran
fuera de la acción normal de la Providencia de Dios, gracias que Él da a
sus amigos especiales. Estas son las gracias más eficaces, las más
abundantemente dadas a los devotos del Sagrado Corazón.
2.- "Voy a establecer la paz en sus hogares".
"La
paz es la tranquilidad del orden, la serenidad de la mente, con
sencillez de corazón, es el vínculo de la caridad". (San Agustín) Fue la
primera cosa que los ángeles desearon a los hombres en el nacimiento de
Jesús. Nuestro Señor mismo ordenó a sus discípulos que dieran la paz:
"En cualquier casa donde entréis, decid primero: ¡Paz a esta casa"
(Lucas 10,5)
En
el Corazón de Jesús se encuentra la verdadera paz, que hace que la casa
sea su reflejo y el anticipo de nuestro hogar celestial
3.- "Voy a consolarlos en todas sus aflicciones"
El
deseo de consolar a los tristes es la marca de un corazón noble y
amable. El Sagrado Corazón es el más noble y generoso de los corazones,
tanto humano como divino. ¿Cómo nos consuela? No necesariamente
liberándonos de la tristeza y aflicción. Él conoce, el valor
inmensurable de la cruz y por medio de ella, tenemos que expiar nuestros
pecados. Por su gracia, Él hace lo que lo doloroso sea tolerable.
"Yo
siempre les hablo con toda franqueza y tengo sobrados motivos para
gloriarme de ustedes. Esto me llena de consuelo y me da una inmensa
alegría en medio de todas las tribulaciones" (2 Cor. 7,4)
4.- "Voy a ser su refugio seguro en la vida, y sobre todo en la hora de la muerte".
"Uno de los soldados abrió el costado de Jesús con una lanza, y al instante salió sangre y agua." (Juan 19,34)
El
costado de Cristo se abrió para demostrar que la Divina Providencia
quiso que todos los hombres encontrasen en su Corazón Divino un refugio
seguro contra los enemigos de nuestra salvación. En su Corazón podemos
encontrar protección, fuerza en nuestra fragilidad, la perseverancia en
nuestra inconstancia, refugio seguro en los peligros, fatigas de la vida
y en la hora de la muerte.
5.- "Voy a conceder abundantes bendiciones sobre todo a sus empresas temporales y espirituales".
Dios
es amor. Él está dispuesto a dar a sus hijos abundantes bendiciones
temporales, siempre que no pongan en peligro nuestros intereses eternos.
Su especial Providencia protege y vela por los devotos al Sagrado
Corazón con gran amor y ternura. Sin embargo, no debemos desanimarnos si
nuestras oraciones, pidiendo favores temporales, no son contestadas
siempre, porque Dios siempre pone nuestro bien eterno antes de nuestro
bien temporal.
6.- "Los pecadores encontrarán en Mi Corazón la fuente y el océano infinito de la misericordia"
La
redención es el drama inmortal de la misericordia de Dios; y nuestro
Divino Redentor es, por así decirlo, la Misericordia de Dios Encarnado.
"…porque en Él se encuentra la misericordia y la redención en
abundancia" (Sal. 129,7)
En
la tierra, el Corazón de Jesús estaba lleno de misericordia hacia
todos. Ahora en su humanidad glorificada en el cielo, Jesús sigue
mostrando Su misericordia sin límites, "viviendo siempre para interceder
por nosotros." (Heb. 7,25)
7.- "Las almas tibias se harán fervorosas"
La
tibieza es un estado moribundo y lánguido del alma que ha perdido su
interés en la religión. El Espíritu Santo expresa disgusto profundo para
un alma así:
"Conozco
tus obras: no eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Por
eso, porque eres tibio, te vomitaré de mi boca." (Ap 3,15-16)
El
único remedio para la tibieza es la devoción al Sagrado Corazón, que
vino "a traer fuego sobre la tierra", es decir, para inspirar a los
corazones fríos y tibios con un nuevo temor y el amor de Dios.
8.- "Las almas fervorosas alcanzarán mayor perfección".
La
mayor perfección es la recompensa que Jesús otorga a los devotos
fervientes de su Divino Corazón; esta devoción tiene, como su fruto
especial, transformarnos en gran semejanza a Nuestro Señor. Esto
enciende en nuestros corazones el fuego del amor divino, que, como dice
San Pablo: "es el vínculo de la perfección." (Col 3,14)
A
través de la devoción al amor del Sagrado Corazón, se dará paso a un
celo ardiente por igualar nuestros intereses a los de Jesús
9.- "Bendeciré a cada lugar en el que se exponga y se venere una imagen de mi sagrado corazón".
Las
imágenes religiosas son una poderosa y atractiva fuente de inspiración.
El Sagrado Corazón es un libro abierto en el que podemos leer el
infinito amor de Jesús hacia nosotros en su pasión y muerte. Nos muestra
su Corazón, cortado y abierto por la lanza, todo resplandeciente como
un horno ardiente de amor, cuyas llamas aparecerán brotando desde la
parte superior. Está rodeado de espinas, el angustiante golpe de amor
ignorado. Quizás esto siempre nos impulse a los actos de amor y de
generosidad.
10.- "Daré a los sacerdotes y a todos aquellos que se ocupan de la salvación de las almas, el don de tocar los corazones más endurecidos".
La
conversión de un pecador ocurre a veces por gracias extraordinarias.
Dios nunca va a forzar a la libre voluntad de un ser humano. Pero Él
puede otorgar gracias con las cuales impulsa al pecador a vencer la
actitud rebelde que tienen las almas pecadoras más obstinadas. Esto,
entonces, es lo que ocurre en el caso de los sacerdotes que están
animados con gran devoción al Sagrado Corazón.
11.- "Los que propaguen esta devoción tendrán sus nombres escritos en Mi Corazón, y nunca serán borrados".
Esta
promesa otorga a los promotores de la devoción al Sagrado Corazón una
recompensa maravillosa: "tendrán sus nombres escritos en mi Corazón".
Estas palabras implican una amistad fuerte y fiel de Cristo mismo, y nos
presenta el "Libro de la Vida" de San Juan: "No voy a borrar su nombre
del libro de la vida." (Ap 3,5)
12.- "A los que comulguen el primer viernes de cada mes, durante nueve meses consecutivos, le concederé la gracia de la perseverancia final".
Esta
promesa contiene una gran recompensa, que es nada más y nada menos que
el cielo eterno. "La perseverancia final es un don gratuito de la bondad
de Dios, y no puede ser merecido como un derecho adquirido por
cualquier acto individual que hagamos" (Concilio de Trento) Se da como
la recompensa por una serie de actos continuos hasta el final: "El que
persevere hasta el final se salvará" (Mat. 10,22).
Traducción al español realizada por PildorasdeFe.net
del artículo del Padre Irenaeus Schoenherr, O.F.M
publicado originalmente en Catholicharboroffaithandmorals.com
del artículo del Padre Irenaeus Schoenherr, O.F.M
publicado originalmente en Catholicharboroffaithandmorals.com
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Las 12 promesas del Sagrado Corazón de Jesús
sábado, 2 de junio de 2018
DOMINGO Solemnidad de CORPUS CHRISTI 2018
Día 3 Solemnidad: Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo Celebramos hoy a Jesucristo ofrecido en alimento de nuestra vida sobrenatural. Los judíos no podían creer lo que oían: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?, protestaban a Jesús. Hacía falta tener una fe como la de Pedro para aceptar de Cristo esa capacidad de donación. Sin embargo, su amor completo y hasta el fin, como explicará san Juan, le lleva siendo Dios, no sólo a dar su vida en redención por el mundo, sino también a anticipar sacramentalmente el sacrificio de su cuerpo y su sangre, dejándolo para el cristiano como tesoro de vida eterna hasta el final de los tiempos. De diversos modos, había ya revelado Jesús que la vida del hombre debe ser más que una vida humana, que no nos basta con continuar como antes de su venida al mundo, por perfecta que pudiera llegar a ser esa existencia muestra. Según expone san Juan al comienzo de su Evangelio, la vida del hombre logra un profundo incremento con la Encarnación del Hijo. Vino a los suyos –explica–, y los suyos no le recibieron. Pero a cuantos le recibieron les dio la potestad de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre, que no han nacido de la sangre, ni de la voluntad de la carne, ni del querer del hombre, sino de Dios. Es, pues, otra vida –la de hijos de Dios–, distinta de la meramente humana que es fruto de la generación de la carne. Ésta, la natural y más notoria, tiene un origen y unos fines terrenos. Es la que contemplamos en nosotros mismos y en muchos a los que vemos nacer y morir en la historia; que influidos por el ambiente e influyendo en él, sus días se suceden mientras se procura bienestar, paz, alegría, el goce de los apetitos, etc.; lo que para muchos sería el ideal de una vida feliz: en paz y armonía con los demás y disfrutando de cuanto puede ofrecer este mundo. Se trata, evidentemente, de algo muy distinto –de otro orden– a la vida, que no es según la carne, a la que se refiere san Juan. La vida que no nace de la voluntad de la carne, ni del querer del hombre, sino de Dios, es para los hombres la gran novedad desde Jesucristo. Con su venida, y a partir, concretamente, de su muerte y resurrección gloriosa, se nos muestra en misterio pero con neta firmeza, el sentido de la vida de los hombres según el Creador. Ha querido Dios, por Jesucristo, que seamos hijos suyos, que vivamos vida divina y que, a partir de la meramente humana, logremos el desarrollo pleno –espiritual y sobrenatural– que es nuestro destino según su plan creador. Por eso Jesús se refiere frecuentemente a otra vida distinta y más excelente: Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia. Esa vida abundante que, por querer de Dios nos corresponde, no la lograríamos, por consiguiente, mediante el despliegue exuberante de nuestros talentos, por grandiosos que fueran, sin contar con Jesucristo. De hecho, la más gozosa de las vidas de este mundo es nada ante la vida para la que hemos sido creados. Nos corresponde una existencia sobrenatural, trascendente, que requiere de modo necesario una decisiva intervención divina, que debe ser correspondida por parte del hombre. Jesús, en su diálogo con Nicodemo –que recoge asimismo san Juan–, le explica: en verdad te digo que si uno no nace de lo alto no puede ver el Reino de Dios. Pero Nicodemo no entiende; no puede dejar de pensar en la vida meramente humana, y pregunta a Jesús si acaso hay que volver a nacer de nuevo de la propia madre. A lo que Jesús responde: en verdad te digo que si uno no nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. Lo nacido de la carne, carne es; y lo nacido del Espíritu, espíritu es. No te sorprendas de que te haya dicho que debéis nacer de nuevo. El bautismo, ya lo hemos considerado en otras ocasiones, es el nacimiento a la vida de la Gracia: nuestro nacimiento como hijos de Dios, destinados desde ese momento a una Vida Eterna de intimidad con el Padre, con el Hijo, y con el Espíritu Santo. Una vida que alcanza su desarrollo propio únicamente alimentada con el mismo Dios: si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo le resucitaré en el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. Igual que el Padre que me envió vive y yo vivo por el Padre, así, aquel que me come vivirá por mí. Siempre deberíamos teneser ante nosotros estas palabras. Le pedimos a Nuestra Madre del Cielo que iluminen e impulsen nuestro caminar, para que sea, ante todo, viaje hasta el Reino de Nuestro Padre.
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