Anne Igartiburu
es uno de los rostros más conocidos en la televisión y uno de los
íconos de Televisión Española. Presentadora durante años del programa
Corazón y hasta ahora de +Gente, esta vasca de 44 años representa el
periodismo rosa más limpio y de cara más amable, el más lejano al
sensacionalismo.
Su trayectoria profesional, habitual dando las campanada de fin de
año, le han hecho también estar bajos los focos. Ha tenido sus idas y
venidas pero sin darse cuenta, casi de repente se encontró a Dios de frente y este hecho le cambió la vida.
La adopción que le llevó a Dios
Deseosa de ser madre, Igartiburu comenzó los trámites de adopción
en la India. Durante estos años de papeleos y viajes conoció en este
país el orfanato de Ankur, llevado por las religiosas de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana.
Esta casa está además dirigida por una española, Sor Primi Vela. El
contacto con ella le cambió la vida y la mentalidad. Lo demás se lo
tenía deparado el mismo Dios.
Finalmente, Noa llegó a su vida, una niña india cuya madrina es
además esta religiosa española. Aquí también empezó el camino de Anne.
En una entrevista en el programa Últimas Preguntas de TVE la
presentadora confesaba que “cada día es una aventura, y sólo espero ser capaz de dar mucho amor y ser generosa”.
Sobre su pequeña, afirmaba: “curiosamente, mi hija me dice que no
la he adoptado yo sino que ella me ha adoptado a mí. Quizá te sorprenda
pero es ella la que me está marcando los valores. Dios estaba en mi vida pero he llegado cerca de Él gracias a este regalo que me ha hecho y que es esta persona”.
“El camino a Dios, una aventura”
Igartiburu insistía en esta novedad en su vida, en este nuevo
sentir. “Es un descubrimiento tan bonito”, aseguraba. “Los valores los
marcamos porque van llegando a nosotros. No debemos dejar pasar tener esta espiritualidad, esa búsqueda continua para superar las dificultades cada día”, indicaba de manera convencida.
Preguntada sobre cómo conoció a este Dios hasta entonces
desconocido para ella, Anne dijo que “es un descubrimiento para todo el
mundo, jóvenes y no jóvenes. Noa llega de un entorno religioso en la
India, de las hermanas de la caridad de Santa Ana y yo llegó ahí por
afinidad. Pero ese camino hacía Dios, esa búsqueda es una aventura interna y un regalazo”.
Para Igartiburu, que conoció a Dios hace relativamente poco ahora todo “es una celebración, la espiritualidad y la fe son una celebración. Noa llegó así y sólo tengo agradecimiento”.
“Dios es todo”
¿Cómo es esta nueva vida para Anne? Reconoce que “quien no tiene
esa espiritualidad vive de otra forma y busca la felicidad de otra
manera. En nosotros hay compromiso social y con la comunidad, acudiendo también los domingos a misa como cosas cotidianas”. Pero ella insiste en que “todo es celebración, todo con alegría y con compromiso”.
Sobre esta faceta, la presentadora también se pregunta cómo es
Dios. Su respuesta, con total naturalidad, muestra su forma de ser:
“Dios es vida, es compromiso, aprendizaje…es todo. Me siento muy pequeña porque cada día hay que aprender”.
La valentía y el conflicto interno de la fe
Por todo ello, se remonta a su pasado. “Vengo de una familia que no
era religiosa, para mí ha sido todo búsqueda y el problema de muchos
creyentes en que no lo reconocen. También es valentía y conflicto…un conflicto interno porque se te cuestionan muchas cosas, tienes miedo…”.
Sin embargo, ahora es muy feliz así pese al circo mediático en el que
vive al ser un personaje público de la sociedad española.
Y es por esto que Igartiburu es consciente de su responsabilidad en
la sociedad debido a su profesión. Comentaba que ha hablado mucho de
este tema con Sor Primi Vela. “No sé si hago lo que tengo que hacer, si
esto es coherente con lo que hago en la vida”, le comentó. Anne dijo
entonces que la respuesta de la religiosa fue que “quizá sin saberlo eres el referente para otra gente, con tu actitud, con tu forma de ser”. El ejemplo de vida como llamada a los alejados.
Ayuda a los enfermos de Sida en India
Recientemente, Anne Igartiburu ha vuelto a ser madre tras adoptar a
un bebé vietnamita. Debido a su vida discreta los medios se enteraron
cuando la fotografiaron curiosamente saliendo un domingo de misa junto a sus dos hijas.
Actualmente, la presentadora dedica parte de su tiempo libre y de
sus vacaciones para colaborar como voluntaria con las hermanas de Santa
Ana y con Manos Unidas. En la India, donde adoptó a su primera hija,
ayuda en los orfanatos, en los hospitales donde están los más pobres
entre los pobres y también en los centros de enfermos de Sida. ¿Por qué? Ella lo ha dicho, “celebración” por haber encontrado lo que antes no tenía.
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