Alegó que no sabía que
hacer porque tenía un examen ese día, y había quedado embarazada luego
de una violación sexual que ocurrió cuando estaba borracha en una
fiesta.
(LifeSitesNew/InfoCatólica) Una mujer que ahogó a su bebé recién nacido acaba de recibir dos años de libertad condicional de un juez de la corte provincial luego de que reivindicó que el bebé fue el resultado de una agresión sexual mientras estaba borracha en una fiesta.
A este respecto, Jack Fonseca de Campaign Life Coalition señaló:
Pero primero puso el cuerpo en una caja, la caja en una mochila y la mochila en el maletero de su coche, con la intención de enterrarla en su ciudad natal de Lillooet. Pero tres semanas más tarde le prestó el coche a un amigo que se vio involucrado en un choque y el cadáver de George Carlos fue descubierto por la policía.
La asesina confesó a la policía y admitió que supo que estaba embarazada hasta bien avanzado el embarazo, y afirmó que debió haber sido el resultado de una agresión sexual mientras estaba borracha en una fiesta.
Courtney fue acusada inicialmente de infanticidio, luego de asesinato en segundo grado, pero luego se redujo de nuevo al infanticidio, que se aplica cuando la madre tiene problemas psicológicos debido a una «mente perturbada», y puede ser penalizado con hasta cinco años de prisión.
En su sentencia, el juez Len Marchand señaló que la acusada estaba arrepentida, pero que cometió «un acto abominable infligido a una persona vulnerable y completamente indefensa».
Por otro lado, dijo que ante su crimen había la circunstancia atenuante de que quedó embarazada a través de una agresión sexual y que no tenía antecedentes penales.
Su abogado defensor admitió que era «una tragedia en todos los sentidos de la palabra», pero afirmó que ella «no es un riesgo para nadie». «En términos de castigo, no hay castigo mayor que la culpa y el remordimiento que ella siente» agregó el abogado.
A este respecto, Fonseca, de la Campaign Life Coalition, agregó:
Argumentó que la cláusula de «mente perturbada» proveía una brecha demasiado amplia para las mujeres que matan a sus recién nacidos y pidió al Tribunal Supremo de Canadá que la corrigiera.
En 2011, la Corte de Apelaciones de Alberta dio a una mujer una condena de tres años de prisión por matar a su bebé recién nacido en el cuarto de baño del sótano de la casa de sus padres en 2005. En el ínterin fue condenada dos veces por asesinato pero ambos juicios fueron anulados. La segunda vez que el asesinato se redujo a infanticidio, el juez de apelación justificó la decisión al citar la simpatía de los canadienses por las mujeres jóvenes con un embarazo inesperado como lo demuestra su aprobación del aborto.
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A este respecto, Jack Fonseca de Campaign Life Coalition señaló:
«Las mismas excusas utilizadas para justificar el aborto se están aplicando ahora para justificar el asesinato de niños después del nacimiento. Creo que se puede argumentar que este juez está despenalizando el asesinato infantil por la puerta trasera y creando un precedente».El fiscal, Will Burrows, explicó a la corte que Courtney Saul, ahora de 19 años, dio a luz a un bebé, a quien llamó George Carlos, en la mañana del 15 de diciembre en el baño de su apartamento. «Ella sostuvo al bebé durante algún tiempo, pero también tenía un examen ese día en la Universidad Thompson Rivers. Debido a que tenía un examen y no sabía qué hacer, finalmente decidió ahogar al bebé. Lo hizo en el fregadero y luego fue a presentar su examen».
Pero primero puso el cuerpo en una caja, la caja en una mochila y la mochila en el maletero de su coche, con la intención de enterrarla en su ciudad natal de Lillooet. Pero tres semanas más tarde le prestó el coche a un amigo que se vio involucrado en un choque y el cadáver de George Carlos fue descubierto por la policía.
La asesina confesó a la policía y admitió que supo que estaba embarazada hasta bien avanzado el embarazo, y afirmó que debió haber sido el resultado de una agresión sexual mientras estaba borracha en una fiesta.
Courtney fue acusada inicialmente de infanticidio, luego de asesinato en segundo grado, pero luego se redujo de nuevo al infanticidio, que se aplica cuando la madre tiene problemas psicológicos debido a una «mente perturbada», y puede ser penalizado con hasta cinco años de prisión.
En su sentencia, el juez Len Marchand señaló que la acusada estaba arrepentida, pero que cometió «un acto abominable infligido a una persona vulnerable y completamente indefensa».
Por otro lado, dijo que ante su crimen había la circunstancia atenuante de que quedó embarazada a través de una agresión sexual y que no tenía antecedentes penales.
Su abogado defensor admitió que era «una tragedia en todos los sentidos de la palabra», pero afirmó que ella «no es un riesgo para nadie». «En términos de castigo, no hay castigo mayor que la culpa y el remordimiento que ella siente» agregó el abogado.
A este respecto, Fonseca, de la Campaign Life Coalition, agregó:
«Estamos progresando rápidamente hacia el nuevo y valiente mundo de los abortos posteriores al nacimiento. Sospecho que es muy probable que la señora Courtney Saul haya sido tan adoctrinada por nuestra cultura mediática liberal para aceptar el aborto, que realmente no vio una diferencia moral entre el asesinato ilegal después del parto y el asesinato legal antes del nacimiento.
Esto es repugnante. La aceptación social del aborto está llevando a la aceptación del infanticidio, tanto en individuos como esta joven, como en el juez que la dejó libre, así como en el resto de la sociedad».
Antecedentes
La ley sobre el infanticidio o la forma en que ha sido interpretada por los tribunales ha sido criticada por el fiscal general de Alberta en el anterior gobierno del Partido Conservador Progresista.Argumentó que la cláusula de «mente perturbada» proveía una brecha demasiado amplia para las mujeres que matan a sus recién nacidos y pidió al Tribunal Supremo de Canadá que la corrigiera.
En 2011, la Corte de Apelaciones de Alberta dio a una mujer una condena de tres años de prisión por matar a su bebé recién nacido en el cuarto de baño del sótano de la casa de sus padres en 2005. En el ínterin fue condenada dos veces por asesinato pero ambos juicios fueron anulados. La segunda vez que el asesinato se redujo a infanticidio, el juez de apelación justificó la decisión al citar la simpatía de los canadienses por las mujeres jóvenes con un embarazo inesperado como lo demuestra su aprobación del aborto.
«Aunque muchos canadienses consideran el aborto como una solución menos que ideal para el sexo sin protección y el embarazo no deseado, generalmente entienden, aceptan y simpatizan con las demandas onerosas de embarazo y parto de las madres, especialmente madres sin apoyo», escribió la juez Joanne Veit. «Naturalmente, a los canadienses les duele la muerte de un infante, especialmente a manos de la madre del bebé, pero los canadienses también sufren por la madre».
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