sábado, 7 de abril de 2018

Fue un moribundo bebé recién nacido volvió a la vida, hoy tiene 11 años

Milagro aprobado para la canonización de Francisco Spinelli

Por: n/a | Fuente: DiocesiDicCemona.IT




El 25 de abril de 2007 nació -en Kinshasa, República Democrática del Congo- el pequeño Ambrosio María. La mamá e hijo están bien, tanto que en la mañana del 28 de abril ambas son dadas de alta. Es justo allí cuando, cuando la madre camina a casa que, por un paso en falso, instintivamente estrecha al bebé en sus brazos. Ese apretón provoca una hemorragia en el niño que, en poco tiempo, pierde una gran cantidad de sangre. La madre, entonces, asustada, apenas dos horas después de haber recibido el alta médica, regresa a la maternidad para que el personal atienda al recién nacido.
Francisco María Spinto 

Las religiosas que reciben al niño son inmediatamente conscientes de la seriedad del caso. La única posibilidad de salvación es transfundir sangre nueva para reemplazar la gran cantidad que el bebé ya ha perdido. Pero el estado del trastorno es tan avanzado que las pequeñas venas del niño se aplanan. Médicos, técnicos y enfermeras, durante 45 minutos tratan desesperadamente de encontrar una vena en la que puedan insertar la jeringa de transfusión. Pero sin éxito.


La situación empeora, no pueden hacer más de lo que están intentando; tal vez si el accidente hubiese ocurrido en Europa o en los Estados Unidos habrían otras opciones para atender al bebé, pero en un centro médico del continente africano el único recurso es encontrar una vena ¡Aquella vena que no encuentran! Aproximadamente una hora después de la entrada del recién nacido el médico a cargo declara la muerte segura. "En cierto momento el niño respiró hondo, como si fuera su último suspiro": así lo recuerda la hermana Adeline, quien en aquel momento estaba segura de la inminente muerte del recién nacido.

Pero es ella, la hermana Adeline, la monja Adoratriz responsable de la maternidad de Binza, quien testifica: "Salí de la habitación y me fui a casa; allí encontré a mi superiora, la hermana Antonietta Musoni (de Pozzaglio), y le dije: Hermana Antonietta, ore, hay un niño que está a punto de morir". Encendiendo una vela en la capilla, frente a la imagen del Padre Fundador, la Hermana Adeline rezó al Padre Spinelli: "Padre, ayúdanos a ayudar a este niño que está a punto de morir; pongo mi confianza solo en ti". Luego tomó una foto del padre Francisco y la deslizó debajo de las sábanas del niño quien yacía indefenso en la cama. De repente, donde durante casi una hora todos buscaron una vena, los testigos dijeron que habían visto "como por un milagro" una gran vena, como la de un hombre adulto, para que, sin ningún problema, pudieran ingresar al aguja para realizar la transfusión y, después de 3-4 gotas de sangre, el bebé dio señales de vida, comenzando a patear y llorar. En unos pocos minutos, el recién nacido se recupera por completo y, a la 1 pm, la madre y el hijo salen, sanos y felices, de aquella maternidad.

Estos hechos hicieron que sus padres, conscientes del extraordinario suceso que había vivido su hijo "que ya casi había muerto, pero que ha resucitado", decidieron cambiar el nombre del bebé de Ambrosio María a Francisco María Spinto [1].
[1] Spinto, es la traducción del italiano al lingala (lengua bantú hablada en el noroeste de la República Democrática del Congo) del apellido Spinelli


Con información publicada originalmente en diocesidicremona.it
Traducido al castellano por Xavier R. Villlalta A.

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