Manuel Velásquez nos ofrece unas recomendaciones básicas para mejorar nuestra imagen
Por: Manuel Velásquez | Fuente: Yoinfluyo.com
¿Apoco
no es desagradable hablar con alguien que tiene mal aliento? ¿No sabes
qué hacer cuando tienes que hacerlo? Inclusive, si vas en el metro o en
un lugar con mucha gente, puede resultar terriblemente incómodo. Lo
peor, es que algunas personas no se dan cuenta de su problema y si
alguien se los señala, lo pueden tomar mal y causar un conflicto.
Pero todo esto sería innecesario, si tenemos una buena higiene bucal.
Aquí daremos unos consejos prácticos para cuidar de tus dientes y tu
aliento, pero también para tu imagen.
Lo primero para tener un buen aseo bucal, es lavarse los dientes. Punto
sencillo y básico, que si bien, a veces nos puede resultar un poco
pesado por cuestiones laborales o de llegar tarde a casa, es necesario
que lo hagamos. Para que el trabajo no interfiera con este hábito, es
bueno llevar un cepillo de dientes en la mochila o bolsa, ya que no
ocupa mucho espacio y sí nos va a ayudar bastante.
Otro de los grandes aliados a la hora de tener una buena higiene bucal,
es el enjuague. Ahora, ya hay una gran variedad de presentaciones. Hay
para la noche, para el día, en distintos sabores, sin alcohol, con
alcohol, especiales para la gingivitis (enfermedad de las encías),
especiales para un aliento fresco, etcétera. El chiste, es saber cuál se
adecua más a las necesidades de uno, y conforme a eso, ocuparlo.
También tenemos al hilo dental, que si bien ya no es tan usado, sigue
siendo importante para la higiene. Y es que aunque los cepillos se han
hecho mucho mejor y con mejores diseños, el hilo llega a donde las
cerdas y el enjuague no, removiendo partículas de comida entre los
dientes. A veces, un pedazo de carne, puede provocar muy mal aliento.
Algo que probablemente poca gente sepa, es que tener caries puede
generar mal aliento. Por lo que si notamos que tenemos mal sabor de boca
después de hacernos nuestro aseo bucal, es conveniente acudir a un
dentista a que nos haga una revisión general.
Pero nuestros hábitos bucales deben ir más allá de limpiarnos bien los
dientes. Es necesario saber puntos básicos de educación, para que una
buena sonrisa, esté acompañada de una buena imagen integral.
Es básico comer con la boca cerrada. Puede resultar también
terriblemente desagradable, para algunas personas, ver cómo alguien
degusta con la boca abierta. Más si se está en un ambiente formal o de
trabajo. Hablar con la boca llena se debe también evitar o bien hacerlo
de la forma más discreta posible.
El tema del chicle es delicado, y es que mascarlo puede resultar
desestresante, lo que en ciertas situaciones nos puede ayudar. Sin
embargo, también genera mucha salivación, haciendo que nuestro estómago
crea que estamos comiendo sin que éste reciba alimento alguno, por lo
que los jugos gástricos se incrementan y pueden causar a la larga
gastritis. Pero también hay que saber cuando mascarlo, y es que estando
en una junta, puede no resultar lo más conveniente, ya que demuestra
indiferencia y falta de atención.
Si el mal olor persiste pese al habitual aseo bucal puede tener alguna
enfermedad por lo que es indispensable que acuda al médico.
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