UN ESPACIO DEDICADO A LAS MUJERES QUE EN SU ACCIONAR, SON VERDADEROS EJEMPLOS PARA LAS PERSONAS, LA SOCIEDAD Y LAS INSTITUCIONES CON PODER POLITICO Y RELIGIOSO.
sábado, 31 de diciembre de 2016
Sta MARÍA es madre de DIOS 2016
María, Madre de Dios, Santa
Solemnidad Litúrgica. 1 de enero
Primera fiesta mariana que apareció en la Iglesia occidental
En la octava de la Natividad del Señor y en el día de su Circuncisión. Los Padres del Concilio de Efeso la aclamaron como Theotokos, porque en ella la Palabra se hizo carne, y acampó entre los hombres el Hijo de Dios, príncipe de la paz, cuyo nombre está por encima de todo otro nombre.
Es el mejor de los comienzos posibles para el santoral. Abrir el año con la solemnidad de la Maternidad divina de María es el mejor principio como es también el mejor colofón. Ella está a la cabeza de todos los santos, es la mayor, la llena de Gracia por la bondad, sabiduría, amor y poder de Dios; ella es el culmen de toda posible fidelidad a Dios, amor humano en plenitud. No extraña el calificativo superlativo de "santísima" del pueblo entero cristiano y es que no hay en la lengua mayor potencia de expresión. Madre de Dios y también nuestra... y siempre atendida su oración.
domingo, 25 de diciembre de 2016
Es NAVIDAD 2016
¿Qué ofreceré al niño Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, como mi regalo de Nochebuena?
Lo dejaré nacer en el corazón preparándome con una buena confesión.
Viviré con fervor la Misa de Navidad para abrazar a Cristo hecho Carne en la Sagrada Eucaristía.
Recordaré con el ejemplo o los detalles que El Hijo de Dios se hizo hombre por amor al hombre.
Perdonaré y pediré perdón a aquella persona de la que me aleje por alguna razón.
Le hablaré a alguna persona, familiar o amigo del cual me he desinteresado.
Visitaré a algún familiar, amigo, conocido, vecino enfermo o que viva solo
Colaboración concreta y generosa en algún centro de acogida, asociación de bien.
La austeridad en el modo de vivir, cuidado de lo que uso y tengo
Viviré con especial alegría sabiendo que él es destructor del pecado y de la muerte
Promover todo lo que ayude a engendrar debidamente la vida, a cuidarla, a hacerla crecer
Todo mi ser está dispuesto a acompañarle en estas fiestas, no lo dejaré sólo.
¿Qué ofreceré al niño Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, como mi regalo de Nochebuena?
Lo dejaré nacer en el corazón preparándome con una buena confesión.
Viviré con fervor la Misa de Navidad para abrazar a Cristo hecho Carne en la Sagrada Eucaristía.
Recordaré con el ejemplo o los detalles que El Hijo de Dios se hizo hombre por amor al hombre.
Perdonaré y pediré perdón a aquella persona de la que me aleje por alguna razón.
Le hablaré a alguna persona, familiar o amigo del cual me he desinteresado.
Visitaré a algún familiar, amigo, conocido, vecino enfermo o que viva solo
Colaboración concreta y generosa en algún centro de acogida, asociación de bien.
La austeridad en el modo de vivir, cuidado de lo que uso y tengo
Viviré con especial alegría sabiendo que él es destructor del pecado y de la muerte
Promover todo lo que ayude a engendrar debidamente la vida, a cuidarla, a hacerla crecer
Todo mi ser está dispuesto a acompañarle en estas fiestas, no lo dejaré sólo.
sábado, 24 de diciembre de 2016
El salmo nos hará repetir como profesión de fe gozosa: "Hoy nos ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor" Salmo 95. Por eso: «Cantad al Señor un cántico nuevo»; y el versículo del Aleluya será un eco anticipado del mensaje angélico: «Os anuncio una gran alegría». La causa de esta alegría es el nacimiento de Cristo. Pero, por encima del suceso que nos narra el evangelio, hemos de descubrir su contenido y hondura, con la ayuda del Espíritu de Sabiduría y de Entendimiento: en el niño que acaba de nacer, "la luz de la gloria brilló ante nuestros ojos» Prefacio, ya que el hijo de mujer, en quien «la naturaleza humana se ha unido a la de Dios» Oración sobre las ofrendas, es la luz que ha «iluminado esta noche santa», como hemos dicho en la oración Colecta. Así la fiesta de Navidad no es sólo la evocación de un acontecimiento pretérito, sino una actualización y presencia de su estar presente. En la Comunión, cantaremos: «La Palabra se hizo carne y hemos contemplado su gloria». En la Eucaristía, Cristo, nacido de la Virgen María, es el alimento de nuestro camino, para nuestra ascensión «penetrando con fe profunda este misterio y amándolo cada vez más entrañablemente» hasta llegar a gozar en el cielo el «esplendor de su gloria». Todo es un gran misterio, escondido en el arcano de Dios.
sábado, 10 de diciembre de 2016
Juez deja a la mujer libre tras ahogar a su recién nacido en Canadá
Alegó que no sabía que
hacer porque tenía un examen ese día, y había quedado embarazada luego
de una violación sexual que ocurrió cuando estaba borracha en una
fiesta.
(LifeSitesNew/InfoCatólica) Una mujer que ahogó a su bebé recién nacido acaba de recibir dos años de libertad condicional de un juez de la corte provincial luego de que reivindicó que el bebé fue el resultado de una agresión sexual mientras estaba borracha en una fiesta.
A este respecto, Jack Fonseca de Campaign Life Coalition señaló:
Pero primero puso el cuerpo en una caja, la caja en una mochila y la mochila en el maletero de su coche, con la intención de enterrarla en su ciudad natal de Lillooet. Pero tres semanas más tarde le prestó el coche a un amigo que se vio involucrado en un choque y el cadáver de George Carlos fue descubierto por la policía.
La asesina confesó a la policía y admitió que supo que estaba embarazada hasta bien avanzado el embarazo, y afirmó que debió haber sido el resultado de una agresión sexual mientras estaba borracha en una fiesta.
Courtney fue acusada inicialmente de infanticidio, luego de asesinato en segundo grado, pero luego se redujo de nuevo al infanticidio, que se aplica cuando la madre tiene problemas psicológicos debido a una «mente perturbada», y puede ser penalizado con hasta cinco años de prisión.
En su sentencia, el juez Len Marchand señaló que la acusada estaba arrepentida, pero que cometió «un acto abominable infligido a una persona vulnerable y completamente indefensa».
Por otro lado, dijo que ante su crimen había la circunstancia atenuante de que quedó embarazada a través de una agresión sexual y que no tenía antecedentes penales.
Su abogado defensor admitió que era «una tragedia en todos los sentidos de la palabra», pero afirmó que ella «no es un riesgo para nadie». «En términos de castigo, no hay castigo mayor que la culpa y el remordimiento que ella siente» agregó el abogado.
A este respecto, Fonseca, de la Campaign Life Coalition, agregó:
Argumentó que la cláusula de «mente perturbada» proveía una brecha demasiado amplia para las mujeres que matan a sus recién nacidos y pidió al Tribunal Supremo de Canadá que la corrigiera.
En 2011, la Corte de Apelaciones de Alberta dio a una mujer una condena de tres años de prisión por matar a su bebé recién nacido en el cuarto de baño del sótano de la casa de sus padres en 2005. En el ínterin fue condenada dos veces por asesinato pero ambos juicios fueron anulados. La segunda vez que el asesinato se redujo a infanticidio, el juez de apelación justificó la decisión al citar la simpatía de los canadienses por las mujeres jóvenes con un embarazo inesperado como lo demuestra su aprobación del aborto.
LINK:
http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=27941&utm_medium=email&utm_source=boletin&utm_campaign=bltn161204&icid=9e9a12d63873568401b7b04409a47aa2
A este respecto, Jack Fonseca de Campaign Life Coalition señaló:
«Las mismas excusas utilizadas para justificar el aborto se están aplicando ahora para justificar el asesinato de niños después del nacimiento. Creo que se puede argumentar que este juez está despenalizando el asesinato infantil por la puerta trasera y creando un precedente».El fiscal, Will Burrows, explicó a la corte que Courtney Saul, ahora de 19 años, dio a luz a un bebé, a quien llamó George Carlos, en la mañana del 15 de diciembre en el baño de su apartamento. «Ella sostuvo al bebé durante algún tiempo, pero también tenía un examen ese día en la Universidad Thompson Rivers. Debido a que tenía un examen y no sabía qué hacer, finalmente decidió ahogar al bebé. Lo hizo en el fregadero y luego fue a presentar su examen».
Pero primero puso el cuerpo en una caja, la caja en una mochila y la mochila en el maletero de su coche, con la intención de enterrarla en su ciudad natal de Lillooet. Pero tres semanas más tarde le prestó el coche a un amigo que se vio involucrado en un choque y el cadáver de George Carlos fue descubierto por la policía.
La asesina confesó a la policía y admitió que supo que estaba embarazada hasta bien avanzado el embarazo, y afirmó que debió haber sido el resultado de una agresión sexual mientras estaba borracha en una fiesta.
Courtney fue acusada inicialmente de infanticidio, luego de asesinato en segundo grado, pero luego se redujo de nuevo al infanticidio, que se aplica cuando la madre tiene problemas psicológicos debido a una «mente perturbada», y puede ser penalizado con hasta cinco años de prisión.
En su sentencia, el juez Len Marchand señaló que la acusada estaba arrepentida, pero que cometió «un acto abominable infligido a una persona vulnerable y completamente indefensa».
Por otro lado, dijo que ante su crimen había la circunstancia atenuante de que quedó embarazada a través de una agresión sexual y que no tenía antecedentes penales.
Su abogado defensor admitió que era «una tragedia en todos los sentidos de la palabra», pero afirmó que ella «no es un riesgo para nadie». «En términos de castigo, no hay castigo mayor que la culpa y el remordimiento que ella siente» agregó el abogado.
A este respecto, Fonseca, de la Campaign Life Coalition, agregó:
«Estamos progresando rápidamente hacia el nuevo y valiente mundo de los abortos posteriores al nacimiento. Sospecho que es muy probable que la señora Courtney Saul haya sido tan adoctrinada por nuestra cultura mediática liberal para aceptar el aborto, que realmente no vio una diferencia moral entre el asesinato ilegal después del parto y el asesinato legal antes del nacimiento.
Esto es repugnante. La aceptación social del aborto está llevando a la aceptación del infanticidio, tanto en individuos como esta joven, como en el juez que la dejó libre, así como en el resto de la sociedad».
Antecedentes
La ley sobre el infanticidio o la forma en que ha sido interpretada por los tribunales ha sido criticada por el fiscal general de Alberta en el anterior gobierno del Partido Conservador Progresista.Argumentó que la cláusula de «mente perturbada» proveía una brecha demasiado amplia para las mujeres que matan a sus recién nacidos y pidió al Tribunal Supremo de Canadá que la corrigiera.
En 2011, la Corte de Apelaciones de Alberta dio a una mujer una condena de tres años de prisión por matar a su bebé recién nacido en el cuarto de baño del sótano de la casa de sus padres en 2005. En el ínterin fue condenada dos veces por asesinato pero ambos juicios fueron anulados. La segunda vez que el asesinato se redujo a infanticidio, el juez de apelación justificó la decisión al citar la simpatía de los canadienses por las mujeres jóvenes con un embarazo inesperado como lo demuestra su aprobación del aborto.
«Aunque muchos canadienses consideran el aborto como una solución menos que ideal para el sexo sin protección y el embarazo no deseado, generalmente entienden, aceptan y simpatizan con las demandas onerosas de embarazo y parto de las madres, especialmente madres sin apoyo», escribió la juez Joanne Veit. «Naturalmente, a los canadienses les duele la muerte de un infante, especialmente a manos de la madre del bebé, pero los canadienses también sufren por la madre».
LINK:
http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=27941&utm_medium=email&utm_source=boletin&utm_campaign=bltn161204&icid=9e9a12d63873568401b7b04409a47aa2
sábado, 3 de diciembre de 2016
María, la Virgen trabajadora
Las manos de María tenían la belleza que
se refleja cuando han trabajado, consolado, se han tendido abiertas a
los demás.
Por: El paraíso de Nazaret | Fuente: El paraíso de Nazaret
Por: El paraíso de Nazaret | Fuente: El paraíso de Nazaret
Siempre
que pienso en el trabajo, me viene a la mente lo que San Pablo escribió
al enterarse de que había algunos por ahí que se dedicaban a hacer el
vago: “el que no trabaje, que no coma”. Bien dicho.
Desde que nuestros primeros padres tuvieron la desgracia de pecar, toda su parentela hemos tenido que cargar con las consecuencias. Una de ellas fue precisamente aquel: “comerás el pan con el sudor de tu frente”. Todos quedamos sometidos a la ley de trabajo y la fatiga.
Pero resulta que no todos los humanos han nacido con el pecado original. Hay dos excepciones: Jesús y María. Y en justicia, ninguno de los dos tenía que haberse ganado el pan con el sudor de su frente. Sin embargo, ambos prefirieron no reclamar para sí ese privilegio. Decidieron someterse al trabajo y al cansancio que conlleva. Y vaya si trabajaron y se agotaron durante su vida...
Así es, María fue muy trabajadora. Lo atestiguan claramente sus manos. Las manos de María.
Manos de una ama de casa. La primera en levantarse y la última al acostarse. Manos de mujer a la que -como suele decirse- “le faltaban manos” para todos los quehaceres propios (y también ajenos); y a la que se le quedaba corto el día con sus 24 horas por todo lo que metía en él.
Manos repletas de tantas cosas grandes y pequeñas, muy pequeñas, de las que depende la felicidad y el bienestar de un hogar, de un barrio, de un pueblo.
María, seguramente, no tenía demasiado tiempo para andar cuidándose y arreglandose las manos. (Cuánto tiempo dedican hoy algunas mujeres a arreglarse las manos...) Cuánto tiempo gastamos nosotros en preocuparnos nada más que de nosotros mismos. Y cuántas cosas dejamos de hacer por eso. Se nos van de las manos tantas posibilidades por no haber sido capaces de mover ni un dedo...
No me apena afirmar que las manos de María no eran tan bonitas como otras. Pero sí eran mucho más bellas. Las manos de María tenían toda esa belleza que se refleja en las manos que han trabajado, que han consolado, que se han tendido abiertas a los demás sin tregua ni medida.
Las manos de María lucían toda esa belleza más espiritual que transpiran las manos de una esposa y de una madre que trabaja con ellas. Esa belleza que poseen las manos femeninas que han hecho, precisamente por trabajar, el sacrificio de parecer menos bonitas.
Sí, sin duda eran las manos de una verdadera Reina, de una auténtica Señora; que ahora se elevaban hasta acariciar al mismo Dios y, poco después, andaban entre los pucheros, la ropa sucia, o dándole a la escoba y al trapeador... Admirable contraste: de traer entre manos lo más elevado y puro (el Hijo mismo de Dios), a estar arreglando las cosas rotas, sucias y sencillas de los hombres.
Manos hechas al trabajo, al agua fría del lavandero del pueblo, a la limpieza de la casa, a lijar y mover maderas ayudando a José... Pero manos que nunca perdieron por eso su finura encantadora.
Manos, por tanto, laboriosas, aplicadas, usadas... Pero sin dejar de ser bellas, tiernas y delicadas. Que sabían también lavar y peinar y acariciar a un Niño que era Dios, su Hijo.
Manos abiertas y disponibles a las necesidades de todos; de los vecinos, de los enfermos, de los marginados de su sencilla aldea de Nazaret. Manos que tocaron muchas puertas para ofrecer ayuda, y muchas llagas para curarlas y vendarlas. Manos discretas, llenas de bondad generosa y callada. Nunca su derecha no supo lo que hacía su izquierda. Por eso esa labor en favor de los otros valía el doble, pues lo hacía oculto.
Manos por las que pasaban otras realidades además de las materiales. Por las manos de María pasaban diariamente quintales de gracias de Dios para otras almas. Manos que daban gloria a Dios en cada trabajo sencillo y humilde. Manos que siguen trabajando sin descanso y a través de las cuales nos llegan copiosas todas las gracias de Dios para cada uno de nosotros.
Y nuestras manos, las manos de sus hijos, ¿cómo están nuestras manos? ¿Las usamos, las empleamos para la gloria de Dios? ¿”Nos manchamos las manos”? Es decir, ¿trabajamos, nos esforzamos, nos metemos a fondo en todo lo que tenemos que hacer cada día? ¿Nos manchamos las manos en el trabajo? ¿Nos las manchamos en los propios estudios? ¿Nos las manchamos en obras de caridad y misericordia para con los necesitados? O quizá se nos puede aplicar eso de que “tiene las manos tan limpias, que no tiene manos”.
Sí, nuestras manos, que son nuestros talentos, nuestras cualidades, los denarios que Dios nos ha entregado para negociar con ellos, para ponerlos a producir para el bien y provecho de los demás. A lo mejor los tenemos sin estrenar, nuevecitos, enterrados bajo tierra, bien envueltos en un pañuelo. Pero, sin dar gloria a Dios, sin ganar méritos, sin producir fruto para nadie. Ahí están, bien sepultados, a ver si florecen por generación espontánea...
Es una lástima que muchas veces no nos parezcamos más a nuestra Madre María, la Virgen de las manos trabajadoras. Nosotros, tantas veces, en vez de ‘ensuciarnos las manos’, nos las lavamos. Nos ‘lavamos las manos’ ante nuestros deberes y responsabilidades personales como hombres y como cristianos. Le sacamos el bulto. Nos desentendemos. Y tristemente, lavándonos las manos, nos ensuciamos la conciencia.
Abramos los ojos a todo lo que podemos hacer en casa y fuera de ella también. No seamos fáciles en pensar que no hay tiempo para más cosas. No nos engañemos, cuando se tienen muchas cosas que meter en él, el día tiene cien bolsillos. Sólo el que se los busca los encuentra.
El trabajo digno y humano no mata, no. Lo que sí mata es la ociosidad y la pereza. El trabajo es salud y vida que se dona a los demás. Bien lo sabe María, siempre trabajadora y dispuesta a hacer más por los demás con una sonrisa envidiable. Bien lo saben tantos hombres y mujeres que minuto a minuto desgastan con alegría su vida y sus manos en un trabajo fecundo mucho más allá de las fronteras del propio egoísmo.
Qué diverso sería nuestro mundo si cada uno de nosotros fuésemos más como María, la Virgen trabajadora. Ojalá que nunca olvidemos que no podemos matar el tiempo, sin herir la eternidad. La nuestra y también la de otros...
Desde que nuestros primeros padres tuvieron la desgracia de pecar, toda su parentela hemos tenido que cargar con las consecuencias. Una de ellas fue precisamente aquel: “comerás el pan con el sudor de tu frente”. Todos quedamos sometidos a la ley de trabajo y la fatiga.
Pero resulta que no todos los humanos han nacido con el pecado original. Hay dos excepciones: Jesús y María. Y en justicia, ninguno de los dos tenía que haberse ganado el pan con el sudor de su frente. Sin embargo, ambos prefirieron no reclamar para sí ese privilegio. Decidieron someterse al trabajo y al cansancio que conlleva. Y vaya si trabajaron y se agotaron durante su vida...
Así es, María fue muy trabajadora. Lo atestiguan claramente sus manos. Las manos de María.
Manos de una ama de casa. La primera en levantarse y la última al acostarse. Manos de mujer a la que -como suele decirse- “le faltaban manos” para todos los quehaceres propios (y también ajenos); y a la que se le quedaba corto el día con sus 24 horas por todo lo que metía en él.
Manos repletas de tantas cosas grandes y pequeñas, muy pequeñas, de las que depende la felicidad y el bienestar de un hogar, de un barrio, de un pueblo.
María, seguramente, no tenía demasiado tiempo para andar cuidándose y arreglandose las manos. (Cuánto tiempo dedican hoy algunas mujeres a arreglarse las manos...) Cuánto tiempo gastamos nosotros en preocuparnos nada más que de nosotros mismos. Y cuántas cosas dejamos de hacer por eso. Se nos van de las manos tantas posibilidades por no haber sido capaces de mover ni un dedo...
No me apena afirmar que las manos de María no eran tan bonitas como otras. Pero sí eran mucho más bellas. Las manos de María tenían toda esa belleza que se refleja en las manos que han trabajado, que han consolado, que se han tendido abiertas a los demás sin tregua ni medida.
Las manos de María lucían toda esa belleza más espiritual que transpiran las manos de una esposa y de una madre que trabaja con ellas. Esa belleza que poseen las manos femeninas que han hecho, precisamente por trabajar, el sacrificio de parecer menos bonitas.
Sí, sin duda eran las manos de una verdadera Reina, de una auténtica Señora; que ahora se elevaban hasta acariciar al mismo Dios y, poco después, andaban entre los pucheros, la ropa sucia, o dándole a la escoba y al trapeador... Admirable contraste: de traer entre manos lo más elevado y puro (el Hijo mismo de Dios), a estar arreglando las cosas rotas, sucias y sencillas de los hombres.
Manos hechas al trabajo, al agua fría del lavandero del pueblo, a la limpieza de la casa, a lijar y mover maderas ayudando a José... Pero manos que nunca perdieron por eso su finura encantadora.
Manos, por tanto, laboriosas, aplicadas, usadas... Pero sin dejar de ser bellas, tiernas y delicadas. Que sabían también lavar y peinar y acariciar a un Niño que era Dios, su Hijo.
Manos abiertas y disponibles a las necesidades de todos; de los vecinos, de los enfermos, de los marginados de su sencilla aldea de Nazaret. Manos que tocaron muchas puertas para ofrecer ayuda, y muchas llagas para curarlas y vendarlas. Manos discretas, llenas de bondad generosa y callada. Nunca su derecha no supo lo que hacía su izquierda. Por eso esa labor en favor de los otros valía el doble, pues lo hacía oculto.
Manos por las que pasaban otras realidades además de las materiales. Por las manos de María pasaban diariamente quintales de gracias de Dios para otras almas. Manos que daban gloria a Dios en cada trabajo sencillo y humilde. Manos que siguen trabajando sin descanso y a través de las cuales nos llegan copiosas todas las gracias de Dios para cada uno de nosotros.
Y nuestras manos, las manos de sus hijos, ¿cómo están nuestras manos? ¿Las usamos, las empleamos para la gloria de Dios? ¿”Nos manchamos las manos”? Es decir, ¿trabajamos, nos esforzamos, nos metemos a fondo en todo lo que tenemos que hacer cada día? ¿Nos manchamos las manos en el trabajo? ¿Nos las manchamos en los propios estudios? ¿Nos las manchamos en obras de caridad y misericordia para con los necesitados? O quizá se nos puede aplicar eso de que “tiene las manos tan limpias, que no tiene manos”.
Sí, nuestras manos, que son nuestros talentos, nuestras cualidades, los denarios que Dios nos ha entregado para negociar con ellos, para ponerlos a producir para el bien y provecho de los demás. A lo mejor los tenemos sin estrenar, nuevecitos, enterrados bajo tierra, bien envueltos en un pañuelo. Pero, sin dar gloria a Dios, sin ganar méritos, sin producir fruto para nadie. Ahí están, bien sepultados, a ver si florecen por generación espontánea...
Es una lástima que muchas veces no nos parezcamos más a nuestra Madre María, la Virgen de las manos trabajadoras. Nosotros, tantas veces, en vez de ‘ensuciarnos las manos’, nos las lavamos. Nos ‘lavamos las manos’ ante nuestros deberes y responsabilidades personales como hombres y como cristianos. Le sacamos el bulto. Nos desentendemos. Y tristemente, lavándonos las manos, nos ensuciamos la conciencia.
Abramos los ojos a todo lo que podemos hacer en casa y fuera de ella también. No seamos fáciles en pensar que no hay tiempo para más cosas. No nos engañemos, cuando se tienen muchas cosas que meter en él, el día tiene cien bolsillos. Sólo el que se los busca los encuentra.
El trabajo digno y humano no mata, no. Lo que sí mata es la ociosidad y la pereza. El trabajo es salud y vida que se dona a los demás. Bien lo sabe María, siempre trabajadora y dispuesta a hacer más por los demás con una sonrisa envidiable. Bien lo saben tantos hombres y mujeres que minuto a minuto desgastan con alegría su vida y sus manos en un trabajo fecundo mucho más allá de las fronteras del propio egoísmo.
Qué diverso sería nuestro mundo si cada uno de nosotros fuésemos más como María, la Virgen trabajadora. Ojalá que nunca olvidemos que no podemos matar el tiempo, sin herir la eternidad. La nuestra y también la de otros...
- Preguntas o comentarios al autor
- P. Marcelino de Andrés
sábado, 26 de noviembre de 2016
El Adviento
Del 27 de noviembre al 24 de diciembre del
2016. El Adviento, Vísperas de Navidad, Ideas para vivir el Adviento,
Corona de Adviento y otros recursos
Por: Catholic.net | Fuente: Catholic.net
Por: Catholic.net | Fuente: Catholic.net
Del 27 de noviembre al 24 de diciembre del 2016
El
Adviento es el comienzo del Año Litúrgico, empieza el domingo más
próximo al 27 de noviembre y termina el 24 de diciembre. Son los cuatro
domingos anteriores a la Navidad y forma una unidad con la Navidad y la
Epifanía.
El
término "Adviento" viene del latín adventus, que significa venida,
llegada. El color usado en la liturgia de la Iglesia durante este tiempo
es el morado. Con el Adviento comienza un nuevo año litúrgico en la
Iglesia
- ¿Que es el Adviento?
- La Corona de Adviento
- El Adviento, preparación para la Navidad
- Sal de tu cielo: 33 días de camino hacia Belen
- 24 de diciembre, Vísperas de Navidad
- Ideas para Vivir el Adviento
- El Adviento, tiempo de esperanza
- Adviento es un período para abrir los ojos
- Videos para el Adviento
- Origen, simbolismos y ritual de la liturgia de Adviento
- Actividades para el Adviento
- Adviento Misionero
- Adviento. Alguien llega
- Caminos de Adviento
- Prepara tu Corona de Adviento
- Consejos de Juan Bautista para vivir el Adviento
- ¿Cómo orar en Adviento y en Navidad?
- Lo anticipamos todo durante el adviento
- Corona de Adviento 1
- Corona de Adviento 2
- Lecturas
- ¿Qué pasaría si te prepararas para regalar a Cristo lo mejor de ti? Tarjeta virtual de preparación para el Adviento
- Tarjeta virtual
- Calendario Digital Adviento
- Para Profundizar
- Reflexiones
- Un video para reflexionar y prepararnos verdaderamente para la Navidad
- Retiro virtual de Adviento
sábado, 19 de noviembre de 2016
Fiesta de Cristo Rey 2016
El trono de Cristo es el corazón del hombre
La solemnidad de Cristo Rey del Universo fue instituida por el papa Pío XI en 1925 quien, en un mundo que acababa de pasar por los horrores de la Gran Guerra y empezaba a levantar algunas banderas ideológicas, escribió su primera encíclica “Quas primas”, en la que proclama a Jesucristo como Rey del Universo.
Hoy suenan con vibrante elocuencia en toda la tierra aquellas palabras bronceas grabadas en el obelisco de Heliópolis, hincado en medio de la plaza de san Pedro: “Christus vincit, Christus regnat, Christus imperat”. Y, en este contexto, Cristo hoy desea sentarse en un trono: en nuestro corazón.
sábado, 12 de noviembre de 2016
sábado, 5 de noviembre de 2016
UN MENSAJE DE LA HIJA DE ASIA BIBI
Eisham Ashiq nos habla de su madre, católica pakistaní condenada a muerte por supuestas injurias a Mahoma, y de lo que le dijo en su visita de hace dos meses: sus esperanzas ante la última y decisiva vista de su juicio, suspendida finalmente tras recusarse a sí mismo uno de los jueces.
Pincha aquí para conocer la historia de Asia Bibi contada por ella misma.
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UN MENSAJE DE LA HIJA DE ASIA BIBI
sábado, 29 de octubre de 2016
10 ideas, divertidas unas, serias otras, para celebrar bien Todos los Santos (y no Halloween)
¿Ideas para Halloween o para Todos los
Santos? Decir que Halloween es pagano, siniestro, frívolo o consumista
no va a ser suficiente para contrarrestarlo, ya que por un lado la gente contagia las ganas de divertirse y, por el otro, los comerciantes e industrias del entretenimiento lo fomentan porque les da beneficios económicos.
(Lea aquí en ReL Las 4 dimensiones de Halloween)
En vez de simplemente decir "no a Halloween" tiene más sentido presentar alternativas. Desde hace 8 años la diócesis de Alcalá de Henares celebra Holywins ("lo santo gana"), una combinación de actividades lúdicas y de oración, que ha inspirado iniciativas en muchas otras ciudades y países. Pero las ideas alternativas pueden ser de lo más variadas y se pueden practicar en casa, en los colegios y las parroquias... y luego colgar fotos en Internet.
Alejandra María Sosa Elízaga recoge un listado de ideas en un artículo publicado en el semanario Desde la Fe, de la Arquidiócesis de México, reproducido también en SIAME (Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México), que publicamos a continuación.
¡Celebremos a los santos, no a los espantos!
por Alejandra María Sosa Elízaga
Como cada año por estas fechas, comercios y calles se inundan de diablos, fantasmas, monstruos, calacas, y demás parafernalia del ‘Halloween’, mucha gente lo toma como algo normal e incluso divertido, pero pensándolo bien, desde el punto de vista cristiano, ¿qué tiene de divertido disfrazar a los niños o decorar la casa con personajes que representan el mal, la tiniebla, lo opuesto a Aquél que es la Luz del mundo, enemigos del Señor en quien creemos?
Como cristianos, estamos llamados a celebrar el bien y lo bueno, así que vale la pena hacer un verdadero esfuerzo por recuperar el espacio perdido, y rescatar la víspera de la Solemnidad de Todos los Santos para festejarlos a ellos y agradecerles que nos dan tan buen ejemplo y se la pasan intercediendo por nosotros.
Falta más de una semana, hay suficiente tiempo para organizar un festejo en familia, en el grupo o la comunidad parroquial. Aquí tienes diez sugerencias prácticas para que tomes ideas:
1. Disfraces de santos.
Que todos, niños y adultos, vayan disfrazados de santos, y cada uno platique por qué eligió ese disfraz, qué es lo que le gusta de ese santo o santa.
2. Dulces con estampitas.
A los niños que toquen a la puerta pidiendo dulces, no darles golosinas decoradas para Halloween, sino golosinas normales a las que se les dibujen caritas sonrientes con aureola, y regalar también estampitas de santos (se pueden mandar hacer fotocopiadas y recortadas, por ejemplo, de nuestro nuevo niño santo san Joselito).
3. Santos por equipos.
Dividir a los asistentes a la fiesta en equipos, darles material (papel crepé, de china, cuerdas, etc.) para que se diviertan elaborando un disfraz de santo para disfrazar a algún miembro del equipo, y que cada equipo explique por qué eligió ese santo, y cuente lo que sepa de su vida. Y a todos darles premio por su ingenio y esfuerzo.
4. Santos en dibujos.
Que chicos y grandes se entretengan haciendo e iluminando dibujos de sus santos favoritos (no le hace que no les salgan perfectos), para pegarlos en la pared como exposición.
5. ¡Hazte una foto con aureola!
Recortar aureolas de papel y pegarlas en la pared a diferentes alturas, para que los asistentes se paren delante de la pared y se les tome foto y parezca que tienen aureola. Quedan muy simpáticas las fotos de todos convertidos en ‘santitos’.
6. Cada uno, su historia de un santo
Que cada uno de los asistentes se prepare con anticipación para contar alguna anécdota interesante, conmovedora o divertida de algún santo.
7. Los santos en video
Organizar un mini festival de videos de vidas de santos.
8. Grandes frases de santos, en carteles
Poner en el avisero de la iglesia o en alguna pared de la casa, papeles con frases favoritas de diversos santos, sobre todo del santo patrono de esa iglesia particular.
9. Misa de Todos los Santos el 1 de noviembre
Asistir juntos el día 1° de noviembre a la Misa de la Solemnidad de todos los Santos.
10. Lo que dice el Catecismo
Leer lo que enseña el Catecismo de la Iglesia Católica acerca de los santos (en C.I.C. # 956-957, y al final hacer una oración para pedir la intercesión de los santos, en especial de los patronos o favoritos de los asistentes.
La intención es que puedas organizar un festejo sencillo, divertido, en el que estén presentes las dos cosas que más gustan del Halloween a los niños: disfrazarse y recibir dulces, pero dándoles un giro, para que no sea una fiesta pagana y mucho menos anti cristiana.
Anímate y envíanos las fotos de tu evento, para publicarlas en las páginas web y de facebook de Desde la fe.¡Celebremos a los santos, no a los espantos!
(Lea aquí en ReL Las 4 dimensiones de Halloween)
En vez de simplemente decir "no a Halloween" tiene más sentido presentar alternativas. Desde hace 8 años la diócesis de Alcalá de Henares celebra Holywins ("lo santo gana"), una combinación de actividades lúdicas y de oración, que ha inspirado iniciativas en muchas otras ciudades y países. Pero las ideas alternativas pueden ser de lo más variadas y se pueden practicar en casa, en los colegios y las parroquias... y luego colgar fotos en Internet.
Alejandra María Sosa Elízaga recoge un listado de ideas en un artículo publicado en el semanario Desde la Fe, de la Arquidiócesis de México, reproducido también en SIAME (Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México), que publicamos a continuación.
¡Celebremos a los santos, no a los espantos!
por Alejandra María Sosa Elízaga
Como cada año por estas fechas, comercios y calles se inundan de diablos, fantasmas, monstruos, calacas, y demás parafernalia del ‘Halloween’, mucha gente lo toma como algo normal e incluso divertido, pero pensándolo bien, desde el punto de vista cristiano, ¿qué tiene de divertido disfrazar a los niños o decorar la casa con personajes que representan el mal, la tiniebla, lo opuesto a Aquél que es la Luz del mundo, enemigos del Señor en quien creemos?
Como cristianos, estamos llamados a celebrar el bien y lo bueno, así que vale la pena hacer un verdadero esfuerzo por recuperar el espacio perdido, y rescatar la víspera de la Solemnidad de Todos los Santos para festejarlos a ellos y agradecerles que nos dan tan buen ejemplo y se la pasan intercediendo por nosotros.
Falta más de una semana, hay suficiente tiempo para organizar un festejo en familia, en el grupo o la comunidad parroquial. Aquí tienes diez sugerencias prácticas para que tomes ideas:
1. Disfraces de santos.
Que todos, niños y adultos, vayan disfrazados de santos, y cada uno platique por qué eligió ese disfraz, qué es lo que le gusta de ese santo o santa.
2. Dulces con estampitas.
A los niños que toquen a la puerta pidiendo dulces, no darles golosinas decoradas para Halloween, sino golosinas normales a las que se les dibujen caritas sonrientes con aureola, y regalar también estampitas de santos (se pueden mandar hacer fotocopiadas y recortadas, por ejemplo, de nuestro nuevo niño santo san Joselito).
3. Santos por equipos.
Dividir a los asistentes a la fiesta en equipos, darles material (papel crepé, de china, cuerdas, etc.) para que se diviertan elaborando un disfraz de santo para disfrazar a algún miembro del equipo, y que cada equipo explique por qué eligió ese santo, y cuente lo que sepa de su vida. Y a todos darles premio por su ingenio y esfuerzo.
4. Santos en dibujos.
Que chicos y grandes se entretengan haciendo e iluminando dibujos de sus santos favoritos (no le hace que no les salgan perfectos), para pegarlos en la pared como exposición.
5. ¡Hazte una foto con aureola!
Recortar aureolas de papel y pegarlas en la pared a diferentes alturas, para que los asistentes se paren delante de la pared y se les tome foto y parezca que tienen aureola. Quedan muy simpáticas las fotos de todos convertidos en ‘santitos’.
6. Cada uno, su historia de un santo
Que cada uno de los asistentes se prepare con anticipación para contar alguna anécdota interesante, conmovedora o divertida de algún santo.
7. Los santos en video
Organizar un mini festival de videos de vidas de santos.
8. Grandes frases de santos, en carteles
Poner en el avisero de la iglesia o en alguna pared de la casa, papeles con frases favoritas de diversos santos, sobre todo del santo patrono de esa iglesia particular.
9. Misa de Todos los Santos el 1 de noviembre
Asistir juntos el día 1° de noviembre a la Misa de la Solemnidad de todos los Santos.
10. Lo que dice el Catecismo
Leer lo que enseña el Catecismo de la Iglesia Católica acerca de los santos (en C.I.C. # 956-957, y al final hacer una oración para pedir la intercesión de los santos, en especial de los patronos o favoritos de los asistentes.
La intención es que puedas organizar un festejo sencillo, divertido, en el que estén presentes las dos cosas que más gustan del Halloween a los niños: disfrazarse y recibir dulces, pero dándoles un giro, para que no sea una fiesta pagana y mucho menos anti cristiana.
Anímate y envíanos las fotos de tu evento, para publicarlas en las páginas web y de facebook de Desde la fe.¡Celebremos a los santos, no a los espantos!
25 octubre 2016
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sábado, 22 de octubre de 2016
Un chico le puso una pistola en la cabeza y dijo a Natalia: te voy a matar; hoy, él reza por ella
Este domingo se celebra el Domund, una fecha importante para poner en valor la importante labor que desarrollan los miles de misioneros que hay repartidos en el mundo. Muchos de ellos se juegan la vida a diario para ayudar a los demás y llevar a Cristo a los ríncones más recónditos y peligrosos de la tierra.
Uno de estos misioneros es la religiosa valenciana sor Natalia Martínez. A sus 70 años esta Hija de la Caridad de san Vicente de Paúl parece mantener la vitalidad de una joven veinteañera en un país como Haití, el más pobre de América, a cuyas gentes sirve desde hace más de 25 años.
Una vida de película
En este cuarto de siglo sor Natalia ha vivido de todo. Ha sido apuntada con armas de fuego, ha sobrevivido al fuego cruzado entre bandas criminales o ha conseguido sortear las numerosas epidemias pese a estar rodeada de personas contagiados. Incluso cuando se han producido los terribles terremotos y otras catástrofes naturales ella no se ha movido de ahí. Ha ofrecido su vida entera por los pobres, pues en ellos ve a Cristo.
Como ella misma relata, todos los días se levanta a las cinco de la mañana para recorrer las montañas con clínicas móviles y así poder atender a ancianos, enfermos y abandonados. “Para ello andamos tres horas para llegar al lugar y trasladamos los medicamentos y utensilios médicos en burros”, relata.
Un país que necesita mucha ayuda
Y es que cuando llegó en 2011 a la zona de Meyer, en la parte sur de Haití, tras el devastador terremoto de 2010 “llegamos a atender a 7.000 enfermos en 15 días” y recuerda que “no nos contagiamos de cólera de milagro”.
Además de su labor sanitaria, sor Natalia ha reconstruido escuelas que han albergado a más de 400 niños damnificados por aquel terremoto. Toda labor es poca para un país que siempre está al límite en cuanto a las necesidades de su gente.
Los haitianos dan gracias a Dios pese a tanta desgracia
Sor Natalia define lo que ocurre en Haití: “aquí es para hacerse los cuerpos de acero y las almas de oro”. En su opinión, los haitianos nunca culpan a Dios de sus desgracias, tristemente muy comunes, sino que después de cada uno de estos acontecimientos se oyen cantos de alabanza y de acción de gracias a Dios.
Pero esta monja española ha estado muy cerca de la muerte en estos 25 años. Hay que recordar que el pasado mes de septiembre murió asesinada en este país la también religiosa española Isabel Solá, que también servía a los haitianos más pobres y desfavorecidos.
Haití es el país más pobre de América
Un increíble testimonio de conversión
Sor Natalia comentaba en una conferencia en una parroquia valenciana un ejemplo de las peligrosas vivencias que ha vivido en estos años:
“Un día se me puso delante un muchacho con una pistola y me dijo: ‘hermana, la voy a matar’. Yo contesté: ‘bien, mátame’. Y él me preguntó: ‘¿no tiene miedo?’. Yo contesté: ‘¿por qué he de tenerlo? Si me matas llegaré más pronto a mi destino, el cielo, y si no, continuaré ayudando a los me necesitan’. Poco después, este mismo muchacho enfermó y yo le atendí. Una vez sanado me dijo: ‘hermana le voy a hacer dos regalos: uno, voy a rezar por usted’. Yo le dije: ‘gracias, ese es el mejor regalo que me han hecho jamás'. Y continuó él: 'y segundo, voy a bautizar a mi hijo y a ayudar a mi madre porque Dios me ha cambiado'”.
La oración que salvó a la comunidad
En otra ocasión, relataba igualmente sor Natalia, la casa de la comunidad se encontró en medio de un tiroteo entre bandas rivales. Numerosos proyectiles impactaron en la casa destrozando todas las habitaciones de las hermanas. Sin embargo, gracias a Dios, todas ellas se encontraban en ese momento rezando en la capilla situada en la planta baja, que no recibió ningún disparo.
“Si el tiroteo hubiera sido media hora más tarde, toda la comunidad estaría ahora muerta”, cuenta tranquilamente.
"Aquí recibo más de lo que doy"
Ella misma asegura que ha vivido muchas más historias como esta pero no se plantea ni volver ni dejar de ayudar a los demás en esta isla que sólo aparece en los medios cuando queda devastada por algún terremoto o huracán.
“Aquí recibo mucho más de lo que doy”, asegura, y de este modo ha aprendido a no quejarse sino a dar gracias a Dios por todo lo que tiene.
Ella es una más de los 13.000 misioneros españoles que hay repartidos en el mundo y que realizan una labor impagable de ayuda al prójimo. De ahí, la importancia de una jornada como la del Domund. Que los católicos no olviden que la Iglesia es verdaderamente universal.
21 octubre 2016
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sábado, 15 de octubre de 2016
La familia de Asia Bibi pide la oración de todos los cristianos para que el Supremo de Pakistán la libere
Joseph Nadeem, portavoz de la familia de Asia Bibi, ha asegurado que el próximo jueves, cuando se estudie el caso en el Supremo de Pakistán, estaremos ante «un momento decisivo en el que se necesita la constante oración de todos los cristianos y de todos los hombres de buena voluntad, para que Asia pueda ser liberada».
(AIN/InfoCatólica) El caso será presentado por el abogado musulmán Saiful Malook, abogado de Asia Bibi, que «tiene mucha esperanza», ya que, según él, «los defectos en derecho y las pruebas que demuestran la inocencia de la mujer».
Asia Bibi en este momento está en la cárcel de mujeres de Multan, en una celda individual. La mujer fue detenida en junio de 2009, según la ley de blasfemia, después de una discusión con algunas campesinas, compañeras suyas de trabajo en los campos. Después de ser condenada a muerte en 2009 y reconfirmada esta sentencia en el año 2014, el 22 de julio de 2015, la Corte Suprema suspendió la sentencia y ordenó un nuevo examen del caso.
Asia Bibi en este momento está en la cárcel de mujeres de Multan, en una celda individual. La mujer fue detenida en junio de 2009, según la ley de blasfemia, después de una discusión con algunas campesinas, compañeras suyas de trabajo en los campos. Después de ser condenada a muerte en 2009 y reconfirmada esta sentencia en el año 2014, el 22 de julio de 2015, la Corte Suprema suspendió la sentencia y ordenó un nuevo examen del caso.
sábado, 8 de octubre de 2016
El arma de San Juan Pablo II - la consagración mariana
Es la total consagración a Jesús a través de la Santísima Virgen María.
Por: P. Evaristo Sada LC | Fuente: la-oracion.com
En el "Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen", San Luis María Grignion de Montfort nos dice que el camino seguro, fácil y corto para acercarnos a Cristo y parecernos más a Él es la consagración a la Virgen María y propone 33 días de preparación para hacer la consagración Mariana.
Todos sabemos que el crecimiento espiritual, nuestra transformación en Cristo, no es cosa fácil. Entonces, es razonable que la oferta de Montfort levante sospechas... Pero hay muchas personas de fiar que lo aprueban y lo promueven. Por ejemplo, el Papa Pío IX dijo que esta devoción a María es la mejor y la más aceptable. El Papa Pío X promulgó que quien rezara la fórmula de la consagración Mariana de San Luis María recibiría indulgencia plenaria en perpetuidad. Él mismo experimentó la eficacia de esta devoción y por ello la promovió con tanta decisión en la encíclica Mariana Ad Diem Illum donde dice que "No hay camino más seguro y más fácil como María para unir a todos los hombres con Cristo." Y el promotor principal ha sido el Papa Juan Pablo II que declaró que la lectura del "Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen", fue decisiva en su vida y tomó como lema papal una expresión que aparece en el texto breve de la consagración Mariana de San Luis María Grignon de Montfort:
Totus tuus ego sum et omnia mea tua sunt. Accipio te in mea omnia. Praebe mihi cor tuum Maria!
Soy todo tuyo y todo lo mío es tuyo. Te recibo como mi todo. ¡Dame tu corazón, oh María!
Todo tuyo.
¿En qué consiste la consagración Mariana?
Es la total consagración a Jesús a través de la Santísima Virgen María. Consiste en un acto libre y voluntario donde ofreces toda tu persona y tu vida, y te entregas todo entero, en cuerpo y alma, a la Madre de Jesús y Madre nuestra para que a través de ella el Espíritu Santo nos transforme conforme a la imagen de Jesús.
La misión que Jesús le dio a María
Jesús nos dio a su madre como nuestra madre espiritual para que Ella nos conciba a la vida cristiana por obra del Espíritu Santo, nos alimente, nos cuide y nos lleve a la plenitud de Cristo.
Cuando Jesús miró por última vez a su Madre antes de morir le dijo: "Mujer aquí tienes a tu hijo. Aquí tienes a tu Madre" (Jn 19, 26-27) ¿Qué quiso decirle Jesús a María? Fórmalos como me formaste a mí. ¿Qué quiso decirle a Juan? (él nos representaba a todos nosotros) Descansa en su regazo, confíate a sus manos maternales: Ella te va a santificar por el poder Espíritu Santo, Ella se encargará de modelarte y transformarte conforme a mi imagen.
San Luis María enuncia en su libro "los actos de caridad que la Virgen, como la mejor de todas las madres, hace para con sus fieles servidores": Ella los ama, los mantiene, los guía y dirige, los defiende y protege, intercede por ellos ante Dios. Y añade los frutos que esta devoción produce en el alma: alcanza luz del Espíritu Santo para crecer en humildad y conocimiento personal, la Sma. Virgen concederá parte de su fe, apartará del alma los escrúpulos y ensanchará y abrirá el corazón para correr "por el camino de los mandamientos de su Hijo" con gran libertad interior, los llenará de una gran confianza en Dios y en Ella misma, "el alma de la Sma. Virgen María se os comunicará para glorificar al Señor" y "Ella dará su fruto a su tiempo y este fruto suyo es Jesucristo".
Pertenecer a María
Por eso, cuando María nos ve a cada uno de nosotros, sus hijos, nos mira con amor, anhelando el momento en que libremente le digamos: Madre, soy todo tuyo, te pertenezco, fórmame como lo hiciste con Jesús, protégeme del Maligno, llévame al Paraíso.
Si Dios Omnipotente confió incondicionalmente en la Virgen María y puso a Su Hijo Unigénito en sus brazos maternales, ¿cómo no vamos a hacerlo nosotros?
Cuando le demos todo a María, Ella se hará cargo de nosotros y de nuestros seres queridos.
Cuando estemos como ciegos en las horas oscuras, María escuchará nuestro grito desesperado: "Señor, que vea" (Mc 10,51) y se encargará de decirle a Jesús: "Mira, no tienen vino" (Jn 2,3) y encontraremos una y otra vez la salida de las tinieblas para entrar en su luz maravillosa (cfr. 1 P 2,9)
A la hora del sufrimiento y de la cruz, María estará allí, de pie a nuestro lado, abrazándonos con ternura. (Jn 19,25)
En las decisiones importantes, María nos mostrará el Camino, la Luz, la Verdad, la Vida. Ella será la dulce y firme Pastora que nos conduzca por el buen Camino (Cfr. Jn 14,6). María nos lleva siempre por el mejor camino a Jesús.
En la vida cotidiana, María será nuestra educadora, la que nos forme en las virtudes cristianas.
María será nuestra maestra de oración. Nos conducirá siempre al Sagrario y nos mostrará el costado traspasado de Su Hijo, nos enseñará a entrar en la intimidad de Su Corazón traspasado.
Es un maravilloso intercambio: le damos nuestro corazón a María y Ella nos da su Corazón inmaculado. A María le gusta compartir, cuando le demos nuestro corazón con absoluto abandono, Ella nos abrirá la intimidad del suyo, conoceremos cómo es su amor a Jesús, cómo gusta Su palabra, cómo contempla los misterios de Su Hijo. Sentiremos como Ella siente, amaremos como Ella ama, dejaremos que Jesús encuentre consuelo y descanso en nosotros como lo encuentra en Ella.
A la hora de nuestra muerte, María será la que nos abra la puerta del hogar definitivo, nos abrace y nos lleve a la presencia del Padre para entrar en su intimidad y permanecer allí para siempre.
Les invito a leer el libro "Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen", quiera Dios que su experiencia sea como la del Papa Juan Pablo II, cuya fórmula de consagración Mariana les comparto ahora:
Soy todo tuyo, María
Virgen María, Madre mía.
Me consagro a ti y confío en tus manos toda mi existencia.
Acepta mi pasado con todo lo que fue.
Acepta mi presente con todo lo que es.
Acepta mi futuro con todo lo que será.
Con esta total consagración, te confío cuanto tengo y cuanto soy, todo lo que he recibido de Dios.
Te confío mi inteligencia,
Mi voluntad, mi corazón.
Deposito en tus manos mi libertad;
mis ansias y mis temores;
mis esperanzas y mis deseos;
mis tristezas y mis alegrías.
Custodia mi vida y todos mis actos para que le sea más fiel al Señor,
y con tu ayuda alcance la salvación.
Te confío ¡Oh María!
Mi cuerpo y mis sentidos
para que se conserven puro
y me ayuden en el ejercicio de las virtudes.
Te confío mi alma para que Tú la preserves del mal.
Hazme partícipe de una santidad, igual a la tuya.
Hazme conforme a Cristo, ideal de mi vida.
Te confío mi entusiasmo
y el ardor de mi juventud,
Para que Tú me ayudes
a no envejecer en la fe.
Te confío mi capacidad y deseo de amar,
Enséñame y ayúdame a amar como Tú has amado
y como Jesús quiere que se ame.
Te confío mi incertidumbres y angustias,
para que en tu corazón yo encuentre
seguridad, sostén y luz,
en cada instante de mi vida.
Con esta consagración
me comprometo a imitar tu vida.
Acepto las renuncias y sacrificios
que esta elección comporta,
Y te prometo, con la gracia de Dios
y con tu ayuda,
ser fiel al compromiso asumido.
Oh María, soberana de mi vida
y de mi conducta
Dispón de mí y de todo lo que me pertenece,
para que camine siempre junto al Señor
bajo tu mirada de Madre.
¡Oh María!
Soy todo tuyo
y todo lo que poseo te pertenece
Ahora y siempre.
AMEN
Por: P. Evaristo Sada LC | Fuente: la-oracion.com
En el "Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen", San Luis María Grignion de Montfort nos dice que el camino seguro, fácil y corto para acercarnos a Cristo y parecernos más a Él es la consagración a la Virgen María y propone 33 días de preparación para hacer la consagración Mariana.
Todos sabemos que el crecimiento espiritual, nuestra transformación en Cristo, no es cosa fácil. Entonces, es razonable que la oferta de Montfort levante sospechas... Pero hay muchas personas de fiar que lo aprueban y lo promueven. Por ejemplo, el Papa Pío IX dijo que esta devoción a María es la mejor y la más aceptable. El Papa Pío X promulgó que quien rezara la fórmula de la consagración Mariana de San Luis María recibiría indulgencia plenaria en perpetuidad. Él mismo experimentó la eficacia de esta devoción y por ello la promovió con tanta decisión en la encíclica Mariana Ad Diem Illum donde dice que "No hay camino más seguro y más fácil como María para unir a todos los hombres con Cristo." Y el promotor principal ha sido el Papa Juan Pablo II que declaró que la lectura del "Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen", fue decisiva en su vida y tomó como lema papal una expresión que aparece en el texto breve de la consagración Mariana de San Luis María Grignon de Montfort:
Totus tuus ego sum et omnia mea tua sunt. Accipio te in mea omnia. Praebe mihi cor tuum Maria!
Soy todo tuyo y todo lo mío es tuyo. Te recibo como mi todo. ¡Dame tu corazón, oh María!
Todo tuyo.
¿En qué consiste la consagración Mariana?
Es la total consagración a Jesús a través de la Santísima Virgen María. Consiste en un acto libre y voluntario donde ofreces toda tu persona y tu vida, y te entregas todo entero, en cuerpo y alma, a la Madre de Jesús y Madre nuestra para que a través de ella el Espíritu Santo nos transforme conforme a la imagen de Jesús.
La misión que Jesús le dio a María
Jesús nos dio a su madre como nuestra madre espiritual para que Ella nos conciba a la vida cristiana por obra del Espíritu Santo, nos alimente, nos cuide y nos lleve a la plenitud de Cristo.
Cuando Jesús miró por última vez a su Madre antes de morir le dijo: "Mujer aquí tienes a tu hijo. Aquí tienes a tu Madre" (Jn 19, 26-27) ¿Qué quiso decirle Jesús a María? Fórmalos como me formaste a mí. ¿Qué quiso decirle a Juan? (él nos representaba a todos nosotros) Descansa en su regazo, confíate a sus manos maternales: Ella te va a santificar por el poder Espíritu Santo, Ella se encargará de modelarte y transformarte conforme a mi imagen.
San Luis María enuncia en su libro "los actos de caridad que la Virgen, como la mejor de todas las madres, hace para con sus fieles servidores": Ella los ama, los mantiene, los guía y dirige, los defiende y protege, intercede por ellos ante Dios. Y añade los frutos que esta devoción produce en el alma: alcanza luz del Espíritu Santo para crecer en humildad y conocimiento personal, la Sma. Virgen concederá parte de su fe, apartará del alma los escrúpulos y ensanchará y abrirá el corazón para correr "por el camino de los mandamientos de su Hijo" con gran libertad interior, los llenará de una gran confianza en Dios y en Ella misma, "el alma de la Sma. Virgen María se os comunicará para glorificar al Señor" y "Ella dará su fruto a su tiempo y este fruto suyo es Jesucristo".
Pertenecer a María
Por eso, cuando María nos ve a cada uno de nosotros, sus hijos, nos mira con amor, anhelando el momento en que libremente le digamos: Madre, soy todo tuyo, te pertenezco, fórmame como lo hiciste con Jesús, protégeme del Maligno, llévame al Paraíso.
Si Dios Omnipotente confió incondicionalmente en la Virgen María y puso a Su Hijo Unigénito en sus brazos maternales, ¿cómo no vamos a hacerlo nosotros?
Cuando le demos todo a María, Ella se hará cargo de nosotros y de nuestros seres queridos.
Cuando estemos como ciegos en las horas oscuras, María escuchará nuestro grito desesperado: "Señor, que vea" (Mc 10,51) y se encargará de decirle a Jesús: "Mira, no tienen vino" (Jn 2,3) y encontraremos una y otra vez la salida de las tinieblas para entrar en su luz maravillosa (cfr. 1 P 2,9)
A la hora del sufrimiento y de la cruz, María estará allí, de pie a nuestro lado, abrazándonos con ternura. (Jn 19,25)
En las decisiones importantes, María nos mostrará el Camino, la Luz, la Verdad, la Vida. Ella será la dulce y firme Pastora que nos conduzca por el buen Camino (Cfr. Jn 14,6). María nos lleva siempre por el mejor camino a Jesús.
En la vida cotidiana, María será nuestra educadora, la que nos forme en las virtudes cristianas.
María será nuestra maestra de oración. Nos conducirá siempre al Sagrario y nos mostrará el costado traspasado de Su Hijo, nos enseñará a entrar en la intimidad de Su Corazón traspasado.
Es un maravilloso intercambio: le damos nuestro corazón a María y Ella nos da su Corazón inmaculado. A María le gusta compartir, cuando le demos nuestro corazón con absoluto abandono, Ella nos abrirá la intimidad del suyo, conoceremos cómo es su amor a Jesús, cómo gusta Su palabra, cómo contempla los misterios de Su Hijo. Sentiremos como Ella siente, amaremos como Ella ama, dejaremos que Jesús encuentre consuelo y descanso en nosotros como lo encuentra en Ella.
A la hora de nuestra muerte, María será la que nos abra la puerta del hogar definitivo, nos abrace y nos lleve a la presencia del Padre para entrar en su intimidad y permanecer allí para siempre.
Les invito a leer el libro "Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen", quiera Dios que su experiencia sea como la del Papa Juan Pablo II, cuya fórmula de consagración Mariana les comparto ahora:
Soy todo tuyo, María
Virgen María, Madre mía.
Me consagro a ti y confío en tus manos toda mi existencia.
Acepta mi pasado con todo lo que fue.
Acepta mi presente con todo lo que es.
Acepta mi futuro con todo lo que será.
Con esta total consagración, te confío cuanto tengo y cuanto soy, todo lo que he recibido de Dios.
Te confío mi inteligencia,
Mi voluntad, mi corazón.
Deposito en tus manos mi libertad;
mis ansias y mis temores;
mis esperanzas y mis deseos;
mis tristezas y mis alegrías.
Custodia mi vida y todos mis actos para que le sea más fiel al Señor,
y con tu ayuda alcance la salvación.
Te confío ¡Oh María!
Mi cuerpo y mis sentidos
para que se conserven puro
y me ayuden en el ejercicio de las virtudes.
Te confío mi alma para que Tú la preserves del mal.
Hazme partícipe de una santidad, igual a la tuya.
Hazme conforme a Cristo, ideal de mi vida.
Te confío mi entusiasmo
y el ardor de mi juventud,
Para que Tú me ayudes
a no envejecer en la fe.
Te confío mi capacidad y deseo de amar,
Enséñame y ayúdame a amar como Tú has amado
y como Jesús quiere que se ame.
Te confío mi incertidumbres y angustias,
para que en tu corazón yo encuentre
seguridad, sostén y luz,
en cada instante de mi vida.
Con esta consagración
me comprometo a imitar tu vida.
Acepto las renuncias y sacrificios
que esta elección comporta,
Y te prometo, con la gracia de Dios
y con tu ayuda,
ser fiel al compromiso asumido.
Oh María, soberana de mi vida
y de mi conducta
Dispón de mí y de todo lo que me pertenece,
para que camine siempre junto al Señor
bajo tu mirada de Madre.
¡Oh María!
Soy todo tuyo
y todo lo que poseo te pertenece
Ahora y siempre.
AMEN
sábado, 1 de octubre de 2016
«Estoy felizmente casada con Dios»
Que una joven defienda su virginidad y
además se consagre a Dios es algo que no está muy de moda en esta
sociedad actual, que además veja a las valientes chicas que deciden
tomar esta decisión contracorriente. Por eso, sorprende que una revista
como Cosmopolitan,
que suele ofrecer una versión frívola de la sexualidad muy diferente a
la que defiende la Iglesia ofrezca el testimonio en primera persona de
una joven consagrada a Dios, del que se hace eco Aciprensa:
Esta semana la revista Cosmopolitan, dirigida al público femenino y que con frecuencia promueve una imagen frívola de la sexualidad, compartió el testimonio de Carmen Briceno en un artículo titulado “Estoy felizmente casada con Dios: Como una virgen consagrada”.
Una virgen consagrada es una mujer que opta por consagrar su virginidad a Dios y hace un voto de castidad. No es una religiosa, no vive en un convento ni lleva un hábito. Permanece célibe y lleva una vida normal como cualquier persona: trabaja, frecuenta a su familia y amigos, viaja y emprende diversos trabajos apostólicos.
La publicación es el testimonio contado en primera persona por Carmen. Ella inicia su relato narrando que es hija de un diplomático, nació en Venezuela pero ha vivido en Estados Unidos casi toda su vida. Indicó que su país tiene una fuerte tradición católica pero que su familia no era muy religiosa y sólo asistía a Misa los domingos.
Cuando se mudó a Virginia conoció a una muchacha cristiana y “ella fue el instrumento de cómo quería que fuera mi relación con Dios” porque “vi a Jesús vivo en ella. Pensé. Eso es lo que quiero”.
Carmen comenzó a acercarse más a la religión católica y en el año 2005 fue a la Jornada Mundial de la Juventud en Colonia (Alemania) con un grupo de 20 jóvenes y un sacerdote. “Fue una semana poderosa de oración, servicio y de encuentro con el Papa. Nunca había visto nada parecido. La gente ardía por Dios y no tenían miedo de expresarlo”.
Fue en esa JMJ donde sintió el primer llamado a su vocación. “Dios simplemente me dijo: Has dado tiempo a otros novios, pero ¿alguna vez has pensado en mí? ¿Qué tal si me das una oportunidad? Yo tenía que escuchar. Tenía que darle una oportunidad”.
De regreso en Estados Unidos y con la ayuda de un sacerdote, comenzó a profundizar más en lo que Dios quería de ella y comenzó a estudiar la Biblia y a buscar respuesta a todas las preguntas que comenzaron a surgirle. Leyó la Teología del Cuerpo para Principiantes, un libro escrito sobre Christopher West basado en la Teología del Cuerpo de San Juan Pablo II, que trata sobre el regalo y el propósito de la sexualidad humana.
“El sexo y la virginidad son regalos que tú das, no es algo que se pierde. No se trata de una jerga religiosa; se trata de la belleza de ser humano. Relacioné de una mejor forma la idea de que expresar el amor no sólo se trata del sexo. Se trata de querer lo mejor por la otra persona”, señaló Carmen.
Esta joven considera la virginidad es un gran regalo e indicó que antes de discernir su vocación “quería esperar hasta el matrimonio porque entendía el propósito del sexo”.
Al principio su decisión de ser una virgen consagrada generó una tensión en su relación con la familia pero después “ellos vieron los cambios que ocurrían en mí (...) me vieron tan profundamente enamorada de mi fe y así ellos comenzaron un proceso de conversión”.
“Me atraía ser una virgen consagrada por sus hermosas y antiguas raíces, en los primeros tiempos de la Iglesia las mujeres hacían votos privados para pertenecer completamente a Cristo y no casarse”.
“Esas eran las vírgenes mártires como Ágata y Lucía que fueron ejecutadas por no querer casarse con ciudadanos romanos porque ya había hecho votos a Dios. Vivían con sus familias y se dedicaban a realizar obras de misericordia en su comunidad. Amaban tanto al Señor que querían darse totalmente a Él”.
Luego de un profundo discernimiento vocacional, en el año 2009 Carmen tomó la decisión y presentó la petición para ser una virgen consagrada a su diócesis. Esta fue aprobada y el 22 de agosto de ese año vestida de novia y con un anillo de bodas se casó con Jesucristo. “Fue un hermoso día”, recordó.
Siendo una virgen consagrada lleva una vida normal. Trabajó en una parroquia, llevó a grupos de adolescentes a misiones internacionales y viajó por el mundo dando charlas a jóvenes.
Actualmente vive de las ofrendas voluntarias que le dan después de sus charlas y tiene una tienda online, llamada Sacred Print, donde vende agendas decoradas con personajes católicos que ella misma diseña.
Esta semana la revista Cosmopolitan, dirigida al público femenino y que con frecuencia promueve una imagen frívola de la sexualidad, compartió el testimonio de Carmen Briceno en un artículo titulado “Estoy felizmente casada con Dios: Como una virgen consagrada”.
Una virgen consagrada es una mujer que opta por consagrar su virginidad a Dios y hace un voto de castidad. No es una religiosa, no vive en un convento ni lleva un hábito. Permanece célibe y lleva una vida normal como cualquier persona: trabaja, frecuenta a su familia y amigos, viaja y emprende diversos trabajos apostólicos.
La publicación es el testimonio contado en primera persona por Carmen. Ella inicia su relato narrando que es hija de un diplomático, nació en Venezuela pero ha vivido en Estados Unidos casi toda su vida. Indicó que su país tiene una fuerte tradición católica pero que su familia no era muy religiosa y sólo asistía a Misa los domingos.
Cuando se mudó a Virginia conoció a una muchacha cristiana y “ella fue el instrumento de cómo quería que fuera mi relación con Dios” porque “vi a Jesús vivo en ella. Pensé. Eso es lo que quiero”.
Carmen comenzó a acercarse más a la religión católica y en el año 2005 fue a la Jornada Mundial de la Juventud en Colonia (Alemania) con un grupo de 20 jóvenes y un sacerdote. “Fue una semana poderosa de oración, servicio y de encuentro con el Papa. Nunca había visto nada parecido. La gente ardía por Dios y no tenían miedo de expresarlo”.
Fue en esa JMJ donde sintió el primer llamado a su vocación. “Dios simplemente me dijo: Has dado tiempo a otros novios, pero ¿alguna vez has pensado en mí? ¿Qué tal si me das una oportunidad? Yo tenía que escuchar. Tenía que darle una oportunidad”.
De regreso en Estados Unidos y con la ayuda de un sacerdote, comenzó a profundizar más en lo que Dios quería de ella y comenzó a estudiar la Biblia y a buscar respuesta a todas las preguntas que comenzaron a surgirle. Leyó la Teología del Cuerpo para Principiantes, un libro escrito sobre Christopher West basado en la Teología del Cuerpo de San Juan Pablo II, que trata sobre el regalo y el propósito de la sexualidad humana.
“El sexo y la virginidad son regalos que tú das, no es algo que se pierde. No se trata de una jerga religiosa; se trata de la belleza de ser humano. Relacioné de una mejor forma la idea de que expresar el amor no sólo se trata del sexo. Se trata de querer lo mejor por la otra persona”, señaló Carmen.
Esta joven considera la virginidad es un gran regalo e indicó que antes de discernir su vocación “quería esperar hasta el matrimonio porque entendía el propósito del sexo”.
Al principio su decisión de ser una virgen consagrada generó una tensión en su relación con la familia pero después “ellos vieron los cambios que ocurrían en mí (...) me vieron tan profundamente enamorada de mi fe y así ellos comenzaron un proceso de conversión”.
“Me atraía ser una virgen consagrada por sus hermosas y antiguas raíces, en los primeros tiempos de la Iglesia las mujeres hacían votos privados para pertenecer completamente a Cristo y no casarse”.
“Esas eran las vírgenes mártires como Ágata y Lucía que fueron ejecutadas por no querer casarse con ciudadanos romanos porque ya había hecho votos a Dios. Vivían con sus familias y se dedicaban a realizar obras de misericordia en su comunidad. Amaban tanto al Señor que querían darse totalmente a Él”.
Luego de un profundo discernimiento vocacional, en el año 2009 Carmen tomó la decisión y presentó la petición para ser una virgen consagrada a su diócesis. Esta fue aprobada y el 22 de agosto de ese año vestida de novia y con un anillo de bodas se casó con Jesucristo. “Fue un hermoso día”, recordó.
Siendo una virgen consagrada lleva una vida normal. Trabajó en una parroquia, llevó a grupos de adolescentes a misiones internacionales y viajó por el mundo dando charlas a jóvenes.
Actualmente vive de las ofrendas voluntarias que le dan después de sus charlas y tiene una tienda online, llamada Sacred Print, donde vende agendas decoradas con personajes católicos que ella misma diseña.
18 septiembre 2016
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«Estoy felizmente casada con Dios»
sábado, 24 de septiembre de 2016
No entiendes nada sobre el matrimonio ni la familia
Con El bebé de Bridget Jones, ya son tres las películas sobre esta chica cada vez menos joven, sus novios y sus desastrosos amores y relaciones. Si se suma la recaudación mundial de las películas de 2001, la de 2004 y la de 2016, hablamos de 584 millones de dólares: sus desventuras venden, aunque la segunda y la tercera película mucho menos que la primera.
Es cosa comúnmente sabida que la novelista Helen Fielding, cuando publicó El Diario de Bridget Jones en 1996, se inspiró en muchos elementos de la novela de 1813 Orgullo y Prejuicio, de Jane Austen. La misma Fielding lo ha admitido.
Pero, ¿qué sucedería si Jane Austen, séptima hija de un párroco anglicano, defensora de la sensatez en el matrimonio y la familia, viera el mundo de hoy, un mundo de familias rotas y de parejas que ni se atreven a casarse? Bridget, a los 43, y sin saber quién es el padre, tiene su primer bebé.
Carolyn Moynihan, subdirectora del portal MercatorNet, de información social y familiar, escribe una ilustrativa carta ficticia de la señorita Austen a la señorita Jones, que traducimos a continuación.
Jane Austen (1775-1817), en un boceto
pintado por su hermana Cassandra
***
Jane Austen a Bridget Jones: has perdido el sentido
Estimada señorita Jones,
Habiendo prestado cierta atención a las idas y venidas de su carrera romántica de los últimos 15 años, oigo ahora que usted va a tener un bebé. Debería felicitarle pero tengo produndas dudas sobre esta noticia.
No está usted casada. Ni siquiera está segura de quién es el padre. Una prueba de ADN puede que solucione esta cuestión, pero, ¿acaso se casará con usted el padre del niño, sea esa copia mala del señor Darcy o el nuevo rollete que usted tiene?
Es una verdad universalmente conocida que un hombre que puede conseguir sexo sin el compromiso del matrimonio no va a tener prisas por dirigirse al altar, ni siquiera cuando un bebé está en camino.
Mister Wickham, el villano con pinta de caballero de Orgullo y Prejuicio, solo accedió a casarse con Lydia Bennet con una pistola en la espalda (metafóricamente hablando), y creo que no hemos vuelto a oír hablar de las bodas de penalti desde aproximadamente 1970.
Estoy segura de que quiere usted este bebé: a los 43 años puede que ya sea su última oportunidad.
Quizá todo le parezca una buena broma, y el director de la película no dudará en contribuir con un final feliz; pero en realidad la situación está repleta de incertidumbre tanto para el niño como para usted.
Bridget Jones y sus novios, en 2016; embarazada y sin casar a los 43, la ficción puede ser divertida pero las estadísticas del mundo real no son optimistas
Si consulta los datos, o simplemente lee el Daily Mail, verá que el sexo antes del matrimonio, especialmente con más de una pareja, aumenta su riesgo de divorcio; y si se separa, a su hijo se le roba la presencia permanente de un padre y las condiciones óptimas para su bienestar.
Teniendo en cuenta estos riesgos reales, y puesto que su historia es supuestamente una analogía del siglo XXI de Orgullo y Prejuicio, me siento obligada a señalar dónde tanto usted como su época han perdido en realidad el sentido, no solo de mi libro sino también del matrimonio en sí mismo. (Me perdonará que cite la Biblia y el Book of Prayer, pero soy hija de un pastor).
“Lo que Dios ha unido…”
He mencionado el divorcio. Su riesgo de sufrirlo es mayor no solo por sus experiencias previas sino también por lo fácil que es conseguirlo. El primer gran error de su tiempo fue la introducción del divorcio sin causa. La idea de que se puede dar fin a un matrimonio porque uno de los esposos lo deja, ha hecho que toda la institución parezca arbitraria y frágil.
Niños innumerables han quedado heridos por la separación de unos padres que podrían haber superado sus diferencias y haberse centrado en el bienestar de la unidad familiar.
Esto es básicamente lo que el señor y la señora Bennet hicieron con su “inapropiado matrimonio” porque hace 200 años el divorcio no era una opción. Ciertamente, no para la aristocracia y las clases bajas. Y aunque se dieron consecuencias variopintas según las personalidades de sus hijas, hubo solo un verdadero desastre, parcialmente salvaguardado por el buen trabajo de la familia y del señor Darcy. La ley, la religión, otras presiones sociales y el apoyo familiar les ayudaron a salir adelante.
Hoy, la ley permite que la gente abandone al primer momento de desencanto y la mayoría de las iglesias han consentido cobardemente con ello. Casi nadie, incluyendo los miembros de la familia, tiene la fortaleza de convencer a las partes en problemas de lo contrario. Y los hijos crecen con miedo a casarse por temor a que sus sueños se desvanezcan.
Se dará cuenta usted de que ninguna de las chicas Bennet, con la única posible excepción de Mary, se desencantaron del matrimonio por la experiencia de sus padres.
“Primero, está ordenado a la procreación de los hijos.”
Sé que el prejuicio está totalmente condenado por las clases morales hoy. ¿De dónde viene entonces este prejuicio en contra de las familias numerosas?
Como sabrá usted, yo era la séptima de ocho hijos. Esto no era raro en mis tiempos. Los Bennet tienen cinco, sus vecinos, los Lucas, tantos como ellos.
La segunda causa más grande de perjuicio para la institución del matrimonio en tus tiempos es cambiar el tamaño de la familia gracias a la medicina. Esto es lo que la píldora anticonceptiva y la barbarie legalizada del aborto suponen en la realidad, no la liberación de la mujer.
¿Cómo de liberada se ha sentido usted desde que entró en los 30, Bridget? Me da la sensación de que la guerra en contra de la fertilidad se ha convertido en una guerra en contra del sexo femenino y su posibilidad de alcanzar la felicidad como esposas y madres.
Bridget Jones en la película de 2001 con su triángulo amoroso; quince años después sigue igual o peor... en España, los hombres se casan a los 37 años y las mujeres a los 34... ¡los que lo hacen, que cada vez son menos!
Es cierto que en mis días las mujeres morían con frecuencia en el parto, y también los niños. La esperanza de vida era generalmente más corta. Pero, ¿no es tremendamente irónico que el reciente ataque a los nacimientos empezara precisamente cuando la ciencia y la medicina han prácticamente eliminado la mortalidad infantil y maternal en países como Inglaterra? Y cuando los métodos de fertilidad se han perfeccionados de manera que no supusieran sabotear el significado del amor marital. (Sospecho que no entiende usted este último punto, pero lo dejo para otra carta…)
Las familias numerosas tienen muchas ventajas. Forman una pequeña sociedad en la que hay mucho que dar y recibir y dónde se satisfacen muchas necesidades. Fue mi querida hermana Cassandra quien me cuidó durante el año antes de que muriera de una enfermedad incurable. Quizás Jane y Eliza Bennet no habrían sido tan sensatas de no haber tenido tontas hermanas más pequeñas a las que echar un ojo.
"Tercero, para la ayuda, acompañamiento y consuelo mutuo que se deben dar"
No, esta no es una referencia al modelo de matrimonio de las almas gemelas, una fantasía de Hollywood que ha hecho mucho daño a aquellas personas suficientemente ingenuas como para creer lo que las malas películas y novelas les cuentan. El matrimonio no es una romántica satisfacción personal, sino que trata de la familia: seguridad, criar hijos para que sean buenos ciudadanos, contribuir a la comunidad y a la sociedad en general.
Hablo de la institución del matrimonio, el tipo de matrimonio que la sociedad necesita y que por tanto regulariza y sanciona.
Charlotte Lucas, la mejor amiga de Eliza Bennet, se casó con el horrible señor Collins por seguridad; su hermana Lydia se quiso casar con Wickham porque se dejó llevar por sus pasiones. Entre estos dos extremos se encuentran los matrimonios de Jane y Elisabeth, los cuales se parecen a esos de las “almas gemelas”, pero porque compartieron la experiencia de sacar adelante una familia y se apoyaban el uno al otro en los buenos y malos momentos.
Como ya he dicho, el modelo de alma-gemela ha hecho daño a muchas personas. No a la clase alta, que propaga nuevos modelos para todo –se casan por razones prácticas además de por amor– sino a aquellos que se encuentran más abajo en la escala social y que al perseguir la difusa versión de Hollywood del amor y el matrimonio tienen todas las que perder.
Muchos terminan siendo pobres, madres solteras o viviendo juntos en relaciones inestables, todo lo cual pone en alto riesgo el bienestar de sus hijos y su propia felicidad. Creo que entiende usted lo que quiero decir, Bridget.
“Los creó hombre y mujer”.
Debería estar sorprendida, o al menos desconcertada, por la aparición de lo que llamáis “matrimonio del mismo sexo”, pero en vista de los otros cambios que he sondeado, le encuentro cierta lógica. Si el matrimonio no tiene como objetivo principal la procreación y la crianza de los hijos sino la satisfacción romántica (“el amor”), entonces serán solo las costumbres y los prejuicios los que prevendrán a las personas homosexuales de tener derecho a que su relación sea reconocida por el estado.
Imagino, Bridget, que siendo usted una señorita profundamente moderna aprueba esta novedad. Y si no entiende qué hay de malo en esta nueva visión del matrimonio, según transcurra el tiempo, la gente más joven lo entenderá todavía menos.
Por tanto, me temo que Orgullo y Prejuicio, tras 200 gratificantes años en la lista de los más vendidos, será pronto prohibido en colegios y librerías (si no lo ha sido ya) porque celebra el matrimonio únicamente tal y como nos fue dado por las manos del Creador, como Dios lo ordenó, esto es, como la institución pre-política natural fundada en la unión total (física, emocional, espiritual) de un hombre y una mujer.
Sinceramente, Bridget, no querría escribir o leer sobre ningún otro tipo de matrimonio. Ni tampoco ver la película.
Suya,
Jane Austen
(Carolyn Moynihan publicó este texto aquí en MercatorNet; traducción del inglés por Belén Manrique)
Es cosa comúnmente sabida que la novelista Helen Fielding, cuando publicó El Diario de Bridget Jones en 1996, se inspiró en muchos elementos de la novela de 1813 Orgullo y Prejuicio, de Jane Austen. La misma Fielding lo ha admitido.
Pero, ¿qué sucedería si Jane Austen, séptima hija de un párroco anglicano, defensora de la sensatez en el matrimonio y la familia, viera el mundo de hoy, un mundo de familias rotas y de parejas que ni se atreven a casarse? Bridget, a los 43, y sin saber quién es el padre, tiene su primer bebé.
Carolyn Moynihan, subdirectora del portal MercatorNet, de información social y familiar, escribe una ilustrativa carta ficticia de la señorita Austen a la señorita Jones, que traducimos a continuación.
Jane Austen (1775-1817), en un boceto
pintado por su hermana Cassandra
***
Jane Austen a Bridget Jones: has perdido el sentido
Estimada señorita Jones,
Habiendo prestado cierta atención a las idas y venidas de su carrera romántica de los últimos 15 años, oigo ahora que usted va a tener un bebé. Debería felicitarle pero tengo produndas dudas sobre esta noticia.
No está usted casada. Ni siquiera está segura de quién es el padre. Una prueba de ADN puede que solucione esta cuestión, pero, ¿acaso se casará con usted el padre del niño, sea esa copia mala del señor Darcy o el nuevo rollete que usted tiene?
Es una verdad universalmente conocida que un hombre que puede conseguir sexo sin el compromiso del matrimonio no va a tener prisas por dirigirse al altar, ni siquiera cuando un bebé está en camino.
Mister Wickham, el villano con pinta de caballero de Orgullo y Prejuicio, solo accedió a casarse con Lydia Bennet con una pistola en la espalda (metafóricamente hablando), y creo que no hemos vuelto a oír hablar de las bodas de penalti desde aproximadamente 1970.
Estoy segura de que quiere usted este bebé: a los 43 años puede que ya sea su última oportunidad.
Quizá todo le parezca una buena broma, y el director de la película no dudará en contribuir con un final feliz; pero en realidad la situación está repleta de incertidumbre tanto para el niño como para usted.
Bridget Jones y sus novios, en 2016; embarazada y sin casar a los 43, la ficción puede ser divertida pero las estadísticas del mundo real no son optimistas
Si consulta los datos, o simplemente lee el Daily Mail, verá que el sexo antes del matrimonio, especialmente con más de una pareja, aumenta su riesgo de divorcio; y si se separa, a su hijo se le roba la presencia permanente de un padre y las condiciones óptimas para su bienestar.
Teniendo en cuenta estos riesgos reales, y puesto que su historia es supuestamente una analogía del siglo XXI de Orgullo y Prejuicio, me siento obligada a señalar dónde tanto usted como su época han perdido en realidad el sentido, no solo de mi libro sino también del matrimonio en sí mismo. (Me perdonará que cite la Biblia y el Book of Prayer, pero soy hija de un pastor).
“Lo que Dios ha unido…”
He mencionado el divorcio. Su riesgo de sufrirlo es mayor no solo por sus experiencias previas sino también por lo fácil que es conseguirlo. El primer gran error de su tiempo fue la introducción del divorcio sin causa. La idea de que se puede dar fin a un matrimonio porque uno de los esposos lo deja, ha hecho que toda la institución parezca arbitraria y frágil.
Niños innumerables han quedado heridos por la separación de unos padres que podrían haber superado sus diferencias y haberse centrado en el bienestar de la unidad familiar.
Esto es básicamente lo que el señor y la señora Bennet hicieron con su “inapropiado matrimonio” porque hace 200 años el divorcio no era una opción. Ciertamente, no para la aristocracia y las clases bajas. Y aunque se dieron consecuencias variopintas según las personalidades de sus hijas, hubo solo un verdadero desastre, parcialmente salvaguardado por el buen trabajo de la familia y del señor Darcy. La ley, la religión, otras presiones sociales y el apoyo familiar les ayudaron a salir adelante.
Hoy, la ley permite que la gente abandone al primer momento de desencanto y la mayoría de las iglesias han consentido cobardemente con ello. Casi nadie, incluyendo los miembros de la familia, tiene la fortaleza de convencer a las partes en problemas de lo contrario. Y los hijos crecen con miedo a casarse por temor a que sus sueños se desvanezcan.
Se dará cuenta usted de que ninguna de las chicas Bennet, con la única posible excepción de Mary, se desencantaron del matrimonio por la experiencia de sus padres.
“Primero, está ordenado a la procreación de los hijos.”
Sé que el prejuicio está totalmente condenado por las clases morales hoy. ¿De dónde viene entonces este prejuicio en contra de las familias numerosas?
Como sabrá usted, yo era la séptima de ocho hijos. Esto no era raro en mis tiempos. Los Bennet tienen cinco, sus vecinos, los Lucas, tantos como ellos.
La segunda causa más grande de perjuicio para la institución del matrimonio en tus tiempos es cambiar el tamaño de la familia gracias a la medicina. Esto es lo que la píldora anticonceptiva y la barbarie legalizada del aborto suponen en la realidad, no la liberación de la mujer.
¿Cómo de liberada se ha sentido usted desde que entró en los 30, Bridget? Me da la sensación de que la guerra en contra de la fertilidad se ha convertido en una guerra en contra del sexo femenino y su posibilidad de alcanzar la felicidad como esposas y madres.
Bridget Jones en la película de 2001 con su triángulo amoroso; quince años después sigue igual o peor... en España, los hombres se casan a los 37 años y las mujeres a los 34... ¡los que lo hacen, que cada vez son menos!
Es cierto que en mis días las mujeres morían con frecuencia en el parto, y también los niños. La esperanza de vida era generalmente más corta. Pero, ¿no es tremendamente irónico que el reciente ataque a los nacimientos empezara precisamente cuando la ciencia y la medicina han prácticamente eliminado la mortalidad infantil y maternal en países como Inglaterra? Y cuando los métodos de fertilidad se han perfeccionados de manera que no supusieran sabotear el significado del amor marital. (Sospecho que no entiende usted este último punto, pero lo dejo para otra carta…)
Las familias numerosas tienen muchas ventajas. Forman una pequeña sociedad en la que hay mucho que dar y recibir y dónde se satisfacen muchas necesidades. Fue mi querida hermana Cassandra quien me cuidó durante el año antes de que muriera de una enfermedad incurable. Quizás Jane y Eliza Bennet no habrían sido tan sensatas de no haber tenido tontas hermanas más pequeñas a las que echar un ojo.
"Tercero, para la ayuda, acompañamiento y consuelo mutuo que se deben dar"
No, esta no es una referencia al modelo de matrimonio de las almas gemelas, una fantasía de Hollywood que ha hecho mucho daño a aquellas personas suficientemente ingenuas como para creer lo que las malas películas y novelas les cuentan. El matrimonio no es una romántica satisfacción personal, sino que trata de la familia: seguridad, criar hijos para que sean buenos ciudadanos, contribuir a la comunidad y a la sociedad en general.
Hablo de la institución del matrimonio, el tipo de matrimonio que la sociedad necesita y que por tanto regulariza y sanciona.
Charlotte Lucas, la mejor amiga de Eliza Bennet, se casó con el horrible señor Collins por seguridad; su hermana Lydia se quiso casar con Wickham porque se dejó llevar por sus pasiones. Entre estos dos extremos se encuentran los matrimonios de Jane y Elisabeth, los cuales se parecen a esos de las “almas gemelas”, pero porque compartieron la experiencia de sacar adelante una familia y se apoyaban el uno al otro en los buenos y malos momentos.
Como ya he dicho, el modelo de alma-gemela ha hecho daño a muchas personas. No a la clase alta, que propaga nuevos modelos para todo –se casan por razones prácticas además de por amor– sino a aquellos que se encuentran más abajo en la escala social y que al perseguir la difusa versión de Hollywood del amor y el matrimonio tienen todas las que perder.
Muchos terminan siendo pobres, madres solteras o viviendo juntos en relaciones inestables, todo lo cual pone en alto riesgo el bienestar de sus hijos y su propia felicidad. Creo que entiende usted lo que quiero decir, Bridget.
“Los creó hombre y mujer”.
Debería estar sorprendida, o al menos desconcertada, por la aparición de lo que llamáis “matrimonio del mismo sexo”, pero en vista de los otros cambios que he sondeado, le encuentro cierta lógica. Si el matrimonio no tiene como objetivo principal la procreación y la crianza de los hijos sino la satisfacción romántica (“el amor”), entonces serán solo las costumbres y los prejuicios los que prevendrán a las personas homosexuales de tener derecho a que su relación sea reconocida por el estado.
Imagino, Bridget, que siendo usted una señorita profundamente moderna aprueba esta novedad. Y si no entiende qué hay de malo en esta nueva visión del matrimonio, según transcurra el tiempo, la gente más joven lo entenderá todavía menos.
Por tanto, me temo que Orgullo y Prejuicio, tras 200 gratificantes años en la lista de los más vendidos, será pronto prohibido en colegios y librerías (si no lo ha sido ya) porque celebra el matrimonio únicamente tal y como nos fue dado por las manos del Creador, como Dios lo ordenó, esto es, como la institución pre-política natural fundada en la unión total (física, emocional, espiritual) de un hombre y una mujer.
Sinceramente, Bridget, no querría escribir o leer sobre ningún otro tipo de matrimonio. Ni tampoco ver la película.
Suya,
Jane Austen
(Carolyn Moynihan publicó este texto aquí en MercatorNet; traducción del inglés por Belén Manrique)
sábado, 17 de septiembre de 2016
Ruth Beitia, oro en Río: «Voy a misa, y en lugares nuevos me gusta entrar en las iglesias y rezar»
A sus 37 años, Ruth Beitia ha hecho historia: es la primera mujer española que ha logrado una medalla olímpica de oro en atletismo.
Lo ha hecho en el salto de altura, y eso que hace 4 años había
anunciado su retirada del deporte. Pero después se reenganchó, para
alegría del palmarés español.
Lo añade a otros títulos: tetracampeona de Europa, cinco medallas en campeonatos del mundo y ocho en campeonatos de Europa, oro en los Juegos del Mediterráneo y la primera atleta española en ganar la IAAF Diamond League, en 2015, repitiendo el triunfo en 2016.
Cuando atendía a los periodistas en el estadio olímpico en Brasil, tras ganar su medalla, la saltadora de altura se declaró católica ante los micrófonos de cadena Cope y dij, dirigiéndose a su madre, que se acordaba de "Acapulco", es decir, en su código familiar, que se acordaba de rezar.
«Mi madre siempre me dice que rece y, para que mi padre no le diga: “Isa, déjala en paz, que la niña tiene que saltar”, siempre me dice que me acuerde de Acapulco. Es como un truco que usa para recordarme que rece. Es un juego de palabras», explica la atleta a José Calderero, de la revista Alfa y Omega. «Y sí, sí, Ruth Beitia reza. Claro que rezo, como cristiana y católica que soy», añade la saltadora.
Explica en el semanario católico que la fe le viene de sus padres. «Recuerdo ir juntos a Misa en nuestra parroquia de toda la vida en Santander: San Juan Bautista», cuyo párroco bautizó, dio de comulgar, confirmó y casó a la deportista. «Me sigo llevando muy bien con él», cuenta.
Scouts, campamentos y misa
Lo añade a otros títulos: tetracampeona de Europa, cinco medallas en campeonatos del mundo y ocho en campeonatos de Europa, oro en los Juegos del Mediterráneo y la primera atleta española en ganar la IAAF Diamond League, en 2015, repitiendo el triunfo en 2016.
Cuando atendía a los periodistas en el estadio olímpico en Brasil, tras ganar su medalla, la saltadora de altura se declaró católica ante los micrófonos de cadena Cope y dij, dirigiéndose a su madre, que se acordaba de "Acapulco", es decir, en su código familiar, que se acordaba de rezar.
«Mi madre siempre me dice que rece y, para que mi padre no le diga: “Isa, déjala en paz, que la niña tiene que saltar”, siempre me dice que me acuerde de Acapulco. Es como un truco que usa para recordarme que rece. Es un juego de palabras», explica la atleta a José Calderero, de la revista Alfa y Omega. «Y sí, sí, Ruth Beitia reza. Claro que rezo, como cristiana y católica que soy», añade la saltadora.
Explica en el semanario católico que la fe le viene de sus padres. «Recuerdo ir juntos a Misa en nuestra parroquia de toda la vida en Santander: San Juan Bautista», cuyo párroco bautizó, dio de comulgar, confirmó y casó a la deportista. «Me sigo llevando muy bien con él», cuenta.
Scouts, campamentos y misa
La santanderina recuerda además cómo de pequeña iba desde a campamentos de la iglesia, «participé en el grupo scout y hasta canté en el coro de la parroquia», cuenta entre risas.
«Ahora continúo yendo a Misa» y «siempre que voy a un sitio nuevo y tengo una iglesia cerca me encanta entrar y, aunque no haya Misa, me siento en un banco a rezar».
Ruth Beitia, en la fiesta de la Virgen del Carmen
en San Martín de Toranzos, Cantabria
«Le doy gracias a Dios todos los días. Sobre todo a la Virgen. Soy muy devota de la Virgen del Carmen y de la Virgen del Mar», explica.
Ocho días después de conseguir su oro olímpico, Ruth se enfundó la medalla y se hizo un selfi (autofoto). Fue la propia atleta la que difundió la imagen a través de las redes sociales –tiene más de 25.000 seguidores en Twitter y 14.200 seguidores en Istagram-. A la fotografía le acompañaba un texto: «Vuestros valores son mis valores… gracias por darme de nuevo el placer de estudiar… esto [en referencia a la medalla de oro] también es vuestro… gracias».
El mensaje iba dirigido a la Universidad Católica San Antonio de Murcia (www.ucam.edu), que apoya económicamente a la atleta y donde Beitia estudia el grado de Psicología.
11 septiembre 2016
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sábado, 10 de septiembre de 2016
Es hematóloga, es atea y cuenta en el «New York Times» su aportación crucial para decidir un milagro
Una atea que cree en los milagros. Eso es la hematóloga canadiense Jacalyn Duffin, también experta en Historia de la Medicina.
No es que ella crea que Dios los hace (por eso es atea), simplemente
los ha tenido entre sus manos. Y fue la primera sorprendida cuando vio
la actitud de la Iglesia ante ellos, de escepticismo y confianza en el
juicio de los médicos, creyentes o no.
La doctora Duffin contó el pasado lunes en The New York Times cómo se vio involucrada en la investigación de uno de ellos. Traducimos a continuación el artículo, que constituye un testimonio imprescindible:
REFLEXIONANDO SOBRE LOS MILAGROS, MÉDICOS Y RELIGIOSOS
No había posibilidad de error en la significación diagnóstica de esa pequeña rayita roja dentro de la célula azul oscuro: el bastón de Auer implicaba que la misteriosa paciente tenía una leucemia mieloide aguda. A medida que pasaban las imágenes, su médula ósea contaba la historia: tratamiento, remisión, recaída, tratamiento, remisión, remisión, remisión.
Yo estaba interpretaando estas muestras de médula en 1987, pero habían sido extraídas en 1978 y 1979. La media de supervivencia de esa enfermedad letal con tratamiento estaba en torno a 18 meses; sin embargo, dado que ya había recaído una vez, supe que tenía que estar muerta. Probablemente alguien había planteado una demanda judicial, y por eso mis colegas hematólogos me habían pedido una interpretación a ciegas.
Suponiendo que tendría lugar una agresiva revisión contradictoria ante un tribunal, en mi informe insistí en que ni conocía la historia ni sabía para qué estaba interpretando las muestras. Una vez entregado el trabajo, pregunté a la médico de cabecera de qué se trataba. Ella sonrió y dijo que mi informe se había enviado al Vaticano. Este caso de leucemia estaba siendo estudiado como el milagro definitivo en el dossier de Marie-Marguerite d’Youville, fundadora de la Orden de las Hermanas de la Caridad de Montreal y candidata a convertirse en el primer santo nacido en Canadá.
Santa María Margarita d'Youville (1701-1771) .
Como en el caso de la Madre Teresa, que fue canonizada el domingo por el Papa Francisco, los milagros todavía se utilizan como prueba de que el candidato está en el cielo y ha intercedido ante Dios en respuesta a una petición. Normalmente se exigen dos milagros, que suelen ser curaciones que carecen de una explicación natural. En el caso de la Madre Teresa, el Vaticano concluyó que las oraciones dirigidas a ella condujeron a la desaparición de un tumor incurable en una mujer india y a la recuperación repentina de un brasileño con una infección cerebral.
El “milagro” atribuido a D’Youville ya había sido rechazado una vez por el comité médico del Vaticano, a quien no convencía la historia de una primera remisión, una recaída, y una segunda remisión más prolongada. Los clérigos argumentaban que nunca había recaído y que su supervivencia tras la primera remisión era rara pero no imposible. Pero el comité y los defensores de la beata coincidieron en que una interpretación “a ciegas” de las pruebas por otro experto podría servir para reconsiderarlo. Cuando mi informe confirmó lo que habían hallado los médicos de Ottawa, a saber, que ella realmente había tenido una pequeña remisión y luego había recaído, la paciente, que había rezado a D’Youville pidiendo ayuda y, contra todo pronóstico, seguía viva, quiso que yo testificara.
El tribunal que me interrogó no era jurídico, sino eclesiástico. No se me preguntó por mi fe. (Para que conste: soy atea.) No se me preguntó si se trataba de un milagro. Se me preguntó si podía explicarlo científicamente. No pude, aunque había acudido a prestar testimonio armada con la más actualizada literatura hematológica, que mostraba que no se conocían supervivencias largas posteriores a recaídas.
Cuando, al final, el comité vaticano me preguntó si tenía algo que añadir, yo les espeté que, si bien su supervivencia, tan prolongada, era extraordinaria, estaba convencida de que más pronto o más tarde recaería. ¿Qué haría entonces el Vaticano? ¿Revocaría la canonización? Los clérigos registraron mis dudas. Pero el caso siguió adelante y D’Youville fue canonizada el 9 de diciembre de 1990.
La doctora Duffin fue invitada a la canonización de Sor Margarita D'Youville.
Esa experiencia como hematóloga me condujo a un proyecto de investigación que llevé a cabo en mi otra faceta, la de historiadora de la Medicina. Tenía curiosidad. ¿Qué otros milagros se habían utilizado en pasadas canonizaciones? ¿Cuántas eran curaciones? ¿Cuántas implicaban tratamientos actualizados? ¿Cuántas fueron atendidas por médicos escépticos como yo? ¿Cómo había ido cambiando todo eso con el paso del tiempo? ¿Podemos ahora explicar esos desenlaces?
Durante cientos de horas en los archivos del Vaticano, estudié los expedientes de más de 1400 investigaciones de milagros, al menos uno por cada canonización entre 1588 y 1999. Una amplia mayoría (93% del total y 96% de los del siglo XX) eran historias de recuperación de una enfermedad o lesión, tratamientos detallados y testimonios de médicos desconcertados.
En 2009, la Universidad de Oxford publicó la investigación de Jacalyn: Milagros médicos: doctores, santos y curación en el mundo moderno.
Si una persona enferma se recupera por medio de la oración y sin la Medicina, eso está muy bien, pero no es un milagro. Tiene que estar enferma o moribunda a pesar de recibir el mejor de los cuidados. La Iglesia no encuentra incompatibilidad entre la medicina científica y la fe religiosa; para los creyentes, la medicina es sólo una más de las manifestaciones de la obra de Dios en la tierra. Contra toda lógica, pues, este antiguo proceso religioso, dirigido a celebrar vidas ejemplares, es rehén de la sabiduría relativista y de las opiniones temporales de la ciencia moderna. Los médicos, como testigos imparciales y como parte no alineada, son necesarios para corroborar las expectativas de los esperanzados candidatos. Sólo por esa razón, las historias de enfermedad coronan las alegaciones milagrosas. Nunca esperé ese escepticismo a la contra y ese énfasis en la ciencia dentro de la Iglesia.
La doctora Duffin es hoy catedrática de Historia de la Medicina en la Universidad de Queen, en Kingston (Canadá).
También aprendí más cosas sobre la medicina y sus paralelismos con la religión. Ambos son sistemas elaborados y evolucionados de creencias. La medicina tiene su raíz en las explicaciones naturales y las causas, incluso en ausencia de una prueba definitiva. La religión se define por lo sobrenatural y la posibilidad de trascendencia. Ambas se dirigen a nuestros apuros como mortales que sufren: una para retrasar la muerte y aliviar los síntomas, la otra para consolarnos y reconciliarnos con el dolor y la pérdida.
El respeto por nuestros pacientes religiosos exige comprensión y tolerancia; sus creencias son tan verdaderas para ellos como los “hechos” pueden serlo para los médicos. Hoy, casi 40 años después, esa mujer misteriosa sigue todavía viva y yo todavía no puedo explicar por qué. En línea con el Vaticano, ella lo llama milagro. ¿Por qué mi incapacidad para ofrecer una explicación tendría que imponerse sobre su creencia? Se interpreten como se interpreten, los milagros existen, porque es así como son vividos en nuestro mundo.
Traducción de Carmelo López-Arias.
La doctora Duffin contó el pasado lunes en The New York Times cómo se vio involucrada en la investigación de uno de ellos. Traducimos a continuación el artículo, que constituye un testimonio imprescindible:
REFLEXIONANDO SOBRE LOS MILAGROS, MÉDICOS Y RELIGIOSOS
No había posibilidad de error en la significación diagnóstica de esa pequeña rayita roja dentro de la célula azul oscuro: el bastón de Auer implicaba que la misteriosa paciente tenía una leucemia mieloide aguda. A medida que pasaban las imágenes, su médula ósea contaba la historia: tratamiento, remisión, recaída, tratamiento, remisión, remisión, remisión.
Yo estaba interpretaando estas muestras de médula en 1987, pero habían sido extraídas en 1978 y 1979. La media de supervivencia de esa enfermedad letal con tratamiento estaba en torno a 18 meses; sin embargo, dado que ya había recaído una vez, supe que tenía que estar muerta. Probablemente alguien había planteado una demanda judicial, y por eso mis colegas hematólogos me habían pedido una interpretación a ciegas.
Suponiendo que tendría lugar una agresiva revisión contradictoria ante un tribunal, en mi informe insistí en que ni conocía la historia ni sabía para qué estaba interpretando las muestras. Una vez entregado el trabajo, pregunté a la médico de cabecera de qué se trataba. Ella sonrió y dijo que mi informe se había enviado al Vaticano. Este caso de leucemia estaba siendo estudiado como el milagro definitivo en el dossier de Marie-Marguerite d’Youville, fundadora de la Orden de las Hermanas de la Caridad de Montreal y candidata a convertirse en el primer santo nacido en Canadá.
Santa María Margarita d'Youville (1701-1771) .
Como en el caso de la Madre Teresa, que fue canonizada el domingo por el Papa Francisco, los milagros todavía se utilizan como prueba de que el candidato está en el cielo y ha intercedido ante Dios en respuesta a una petición. Normalmente se exigen dos milagros, que suelen ser curaciones que carecen de una explicación natural. En el caso de la Madre Teresa, el Vaticano concluyó que las oraciones dirigidas a ella condujeron a la desaparición de un tumor incurable en una mujer india y a la recuperación repentina de un brasileño con una infección cerebral.
El “milagro” atribuido a D’Youville ya había sido rechazado una vez por el comité médico del Vaticano, a quien no convencía la historia de una primera remisión, una recaída, y una segunda remisión más prolongada. Los clérigos argumentaban que nunca había recaído y que su supervivencia tras la primera remisión era rara pero no imposible. Pero el comité y los defensores de la beata coincidieron en que una interpretación “a ciegas” de las pruebas por otro experto podría servir para reconsiderarlo. Cuando mi informe confirmó lo que habían hallado los médicos de Ottawa, a saber, que ella realmente había tenido una pequeña remisión y luego había recaído, la paciente, que había rezado a D’Youville pidiendo ayuda y, contra todo pronóstico, seguía viva, quiso que yo testificara.
El tribunal que me interrogó no era jurídico, sino eclesiástico. No se me preguntó por mi fe. (Para que conste: soy atea.) No se me preguntó si se trataba de un milagro. Se me preguntó si podía explicarlo científicamente. No pude, aunque había acudido a prestar testimonio armada con la más actualizada literatura hematológica, que mostraba que no se conocían supervivencias largas posteriores a recaídas.
Cuando, al final, el comité vaticano me preguntó si tenía algo que añadir, yo les espeté que, si bien su supervivencia, tan prolongada, era extraordinaria, estaba convencida de que más pronto o más tarde recaería. ¿Qué haría entonces el Vaticano? ¿Revocaría la canonización? Los clérigos registraron mis dudas. Pero el caso siguió adelante y D’Youville fue canonizada el 9 de diciembre de 1990.
La doctora Duffin fue invitada a la canonización de Sor Margarita D'Youville.
Esa experiencia como hematóloga me condujo a un proyecto de investigación que llevé a cabo en mi otra faceta, la de historiadora de la Medicina. Tenía curiosidad. ¿Qué otros milagros se habían utilizado en pasadas canonizaciones? ¿Cuántas eran curaciones? ¿Cuántas implicaban tratamientos actualizados? ¿Cuántas fueron atendidas por médicos escépticos como yo? ¿Cómo había ido cambiando todo eso con el paso del tiempo? ¿Podemos ahora explicar esos desenlaces?
Durante cientos de horas en los archivos del Vaticano, estudié los expedientes de más de 1400 investigaciones de milagros, al menos uno por cada canonización entre 1588 y 1999. Una amplia mayoría (93% del total y 96% de los del siglo XX) eran historias de recuperación de una enfermedad o lesión, tratamientos detallados y testimonios de médicos desconcertados.
En 2009, la Universidad de Oxford publicó la investigación de Jacalyn: Milagros médicos: doctores, santos y curación en el mundo moderno.
Si una persona enferma se recupera por medio de la oración y sin la Medicina, eso está muy bien, pero no es un milagro. Tiene que estar enferma o moribunda a pesar de recibir el mejor de los cuidados. La Iglesia no encuentra incompatibilidad entre la medicina científica y la fe religiosa; para los creyentes, la medicina es sólo una más de las manifestaciones de la obra de Dios en la tierra. Contra toda lógica, pues, este antiguo proceso religioso, dirigido a celebrar vidas ejemplares, es rehén de la sabiduría relativista y de las opiniones temporales de la ciencia moderna. Los médicos, como testigos imparciales y como parte no alineada, son necesarios para corroborar las expectativas de los esperanzados candidatos. Sólo por esa razón, las historias de enfermedad coronan las alegaciones milagrosas. Nunca esperé ese escepticismo a la contra y ese énfasis en la ciencia dentro de la Iglesia.
La doctora Duffin es hoy catedrática de Historia de la Medicina en la Universidad de Queen, en Kingston (Canadá).
También aprendí más cosas sobre la medicina y sus paralelismos con la religión. Ambos son sistemas elaborados y evolucionados de creencias. La medicina tiene su raíz en las explicaciones naturales y las causas, incluso en ausencia de una prueba definitiva. La religión se define por lo sobrenatural y la posibilidad de trascendencia. Ambas se dirigen a nuestros apuros como mortales que sufren: una para retrasar la muerte y aliviar los síntomas, la otra para consolarnos y reconciliarnos con el dolor y la pérdida.
El respeto por nuestros pacientes religiosos exige comprensión y tolerancia; sus creencias son tan verdaderas para ellos como los “hechos” pueden serlo para los médicos. Hoy, casi 40 años después, esa mujer misteriosa sigue todavía viva y yo todavía no puedo explicar por qué. En línea con el Vaticano, ella lo llama milagro. ¿Por qué mi incapacidad para ofrecer una explicación tendría que imponerse sobre su creencia? Se interpreten como se interpreten, los milagros existen, porque es así como son vividos en nuestro mundo.
Traducción de Carmelo López-Arias.
9 septiembre 2016
sábado, 3 de septiembre de 2016
Qué conmovedor el cariño de estos grandes santos y amigos
San Juan Pablo II mantuvo por décadas una hermosa amistad con la querida MadreTeresa de Calcuta.
Más información en: https://www.aciprensa.com/noticias/un...
domingo, 28 de agosto de 2016
Era de la jet set de Marbella, salía en ¡HOLA!... Madre Teresa de Calcuta le dio la vuelta a su vida
Pertenecía a la jet set, acudía todos los años a la fiesta de la Cruz Roja de Marbella, salía en las páginas de la revista ¡HOLA!... ella misma reconoce que llevaba una vida frívola. Un viaje a Calcuta en 2006 le cambió la vida. "Volví completamente transformada", dice Carmen Álvarez Lara. Hoy es misionera laica de la gran familia de la Misioneras de la Caridad que fundo la beata Madre Teresa de Calcuta.
"Soy la persona más feliz del mundo", subraya Carmen en este magnífico reportaje de Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo publicado en el semanario Alfa y Omega.
"Madre Teresa dio a mi vida una vuelta como si fuera un calcetín"
"Soy la persona más feliz del mundo", subraya Carmen en este magnífico reportaje de Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo publicado en el semanario Alfa y Omega.
"Madre Teresa dio a mi vida una vuelta como si fuera un calcetín"
«Yo antes formaba parte de la jet set de Marbella y salía en las páginas del ¡Hola!, pero madre Teresa le dio la vuelta a mi vida como si fuera un calcetín». Carmen Álvarez Lara es una voluntaria española que hoy forma parte de los misioneros laicos de la gran familia que fundó la madre Teresa, y que acudirá junto a miles de personas de todo el mundo a la canonización en Roma de la madre de los pobres, el 4 de septiembre.
De las fiestas de la cruz Roja en Marbella a...
Con 69 años, acostumbrada a moverse con soltura entre duquesas y marquesas, en las fiestas de la Cruz Roja marbellí, entró en contacto con las Misioneras de la Caridad en un viaje a Calcuta que hizo en 2006, acompañando a unos misioneros que conocía de su trabajo como voluntaria en Manos Unidas. De allí volvió «completamente transformada», hasta el punto de que nada más aterrizar decidió ir a ayudar en la casa de las hermanas en Madrid.
... a lavar la ropa de los pobres a mano
«¡Pero si Calcuta está en Madrid!», pensó, y allí pasó cuatro años, encargada de una tarea a la que no estaba acostumbrada: lavar la ropa de los hombres allí acogidos… a mano, como se hace en todas las casas de las misioneras en todo el mundo. Lo hizo desde 2006 hasta 2010, cuando tuvo que dejarlo por una enfermedad.
Una llamada del Señor
«Me enamoré del Tengo sed del que estaba enamorada la madre Teresa, y sentí la necesidad de darme. Vi claramente la llamada del Señor para estar ahí. Me convertí en una mujer completamente distinta», cuenta Álvarez Lara.
Se asoció a las hermanas como misionera laica, con los mismos votos que ellas pero adaptados a sus circunstancias: «Vivo el voto de pobreza a mi nivel, no ambiciono nada, ayudo a todo el mundo, regalo todo lo que puedo. Renuncio a los caprichos y a lo superfluo en todo, y vivo el espíritu de la madre Teresa desde la vida contemplativa».
"Mi conversión se la debo a Madre Teresa de Calcuta"
Hoy Carmen da gracias a Dios «por esta oportunidad de ponerme en silencio interior. De haber tenido una vida de cinco estrellas y de viajar en VIP, he pasado a ser yo misma, porque no lo había sido nunca. Mi conversión se la debo a la madre Teresa. Yo antes no era muy religiosa, pero hoy cuatro horas en la capilla de adoración se me quedan cortas».
«Yo evangelizo hasta en la peluquería»
Pero Carmen va más allá: «Yo hoy evangelizo hasta en la peluquería. Lo hago en cuanto me dan pie, porque no voy imponiendo nada. Cuando la gente me pregunta por qué sonrío y estoy feliz, digo: “Porque tengo fe”.
El Señor me ha llamado y he dicho “Sí”. Me he entregado por completo. Y hoy soy la persona más feliz del mundo».
1.500 pobres de fiesta en Roma
Carmen acudirá como peregrina al que será uno de los eventos centrales del Año de la Misericordia, pues la canonización de la madre Teresa será el broche de oro del Jubileo de los voluntarios y operarios de la misericordia que presidirá el Papa Francisco el día anterior.
Como preparativos a la celebración, durante esos días tendrán lugar en Roma varias vigilias de oración y celebraciones de la Eucaristía presididas por varios cardenales, además de conciertos, musicales y una exposición sobre la fundadora de las Misioneras de la Caridad.
5.000 misioneras de la Caridad en 140 países
En todos estos eventos participarán las 200 hermanas de numerosos países que han recibido el permiso de la congregación para viajar a Roma. Ellas representarán a las 5.000 misioneras de la Caridad que trabajan hoy en 140 naciones.
1.500 pobres de Italia
Pero la gran novedad será la presencia junto a las hermanas de 1.500 pobres procedentes de las casas que las Misioneras de la Caridad tienen por toda Italia, muchos de ellos de diversos países del mundo. Con ello, la congregación pretende que esta sea una fiesta entrañable para todas las personas que componen la familia de la madre Teresa: las misioneras y misioneros de la Caridad, los voluntarios laicos, los enfermos colaboradores…, y también los pobres y enfermos a los que atienden.
«Era suave y firme al mismo tiempo, como Cristo»
Desde España partirán numerosas peregrinaciones diocesanas, parroquiales y a título individual. Pero no todos los que lo desean podrán asistir; entre ellos, María López-Bueno, que aunque sí que fue a la beatificación, en esta ocasión no podrá viajar a Roma porque sale de cuentas… el mismo 4 de septiembre.
María es una de las pocas personas en el mundo que llamaban a la madre Teresa «mi abuela», porque su primer año de vida lo pasó en el orfanato que dirigían las hermanas en Calcuta.
María fue adoptada por un matrimonio español muy vinculado a la madre Teresa, y por eso se muestra «muy agradecida por la vida que he tenido». Hoy tiene en su casa una pequeña escultura de la Madre y muchas tardes reza ante ella y le pone una vela. Hasta su misma vocación de enfermera se la debe a ella: «De pequeña iba con mis padres a la casa de las hermanas en Madrid, y desde siempre me ha gustado ayudar a los enfermos y curarles. Siempre lo tuve claro».
María López-Bueno estuvo en su primer año de vida en un orfanato de
Madre Teresa en Calcuta. Fue adoptada por un matrimonio español muy
amigo de la futura santa.
Su madre, María José Aroz, que se quedará también en Madrid estos días para ayudar a su hija antes del parto, tuvo ocasión de tratar con frecuencia a madre Teresa en sus 17 viajes a la India. «Era una auténtica madre», la define María José, que pasó muchas horas junto a su marido como voluntarios en lo que madre Teresa llamaba «mi primer amor»: Kalighat, la casa de los moribundos, donde los enfermos incurables y los muertos de hambre pasan sus últimos días antes de morir.
«Lo que aprendí de ella es que el amor es infinito. Siempre pensamos que al darnos corremos el riesgo de desgastarnos por el agotamiento, pero ella es la prueba de que el amor es infinito. Aunque no te conociera te recibía como a uno de sus hijos. Te cogía la cara con esas manos tan grandes que tenía para transmitirte su amor. Lo hacía contigo y con todos, ¡y no se desgastaba nunca!», dice «la españolita», como le llamaba la Madre.
Madre Teresa era firme pero suave a la vez
Su madre, María José Aroz, que se quedará también en Madrid estos días para ayudar a su hija antes del parto, tuvo ocasión de tratar con frecuencia a madre Teresa en sus 17 viajes a la India. «Era una auténtica madre», la define María José, que pasó muchas horas junto a su marido como voluntarios en lo que madre Teresa llamaba «mi primer amor»: Kalighat, la casa de los moribundos, donde los enfermos incurables y los muertos de hambre pasan sus últimos días antes de morir.
«Lo que aprendí de ella es que el amor es infinito. Siempre pensamos que al darnos corremos el riesgo de desgastarnos por el agotamiento, pero ella es la prueba de que el amor es infinito. Aunque no te conociera te recibía como a uno de sus hijos. Te cogía la cara con esas manos tan grandes que tenía para transmitirte su amor. Lo hacía contigo y con todos, ¡y no se desgastaba nunca!», dice «la españolita», como le llamaba la Madre.
Madre Teresa era firme pero suave a la vez
También recuerda de ella que era «una persona muy firme, no era dulzona en absoluto. Como Cristo, que era muy suave pero al mismo tiempo muy firme». Hasta cuenta que llegó a rechazar regalos para sus pobres cuya única motivación era la pose: «No quería cosas sin amor».
«No pidáis nada. Os llegará»
De su primer viaje a Calcuta ella y su marido volvieron con una lista de cosas que les dio madre Teresa para enviar a Calcuta: jeringas, gasas y el material necesario para los cuidados médicos básicos, «pero no pidáis nada. Os llegará solo», les dijo la madre Teresa. Y así fue: a los pocos días de aterrizar empezaron a llamar a su casa ofreciendo todo aquello que la Madre había pedido para sus pobres. «Nos fue lloviendo todo y nosotros no habíamos pedido nada».
María José, que es escultora, tomaba bocetos de la madre Teresa mientras rezaba en la capilla de Calcuta, y al volver a España comenzó a realizar estatuas de ella orando, a tamaño natural. La primera está hoy en el mismo lugar de la capilla donde madre Teresa se solía poner a rezar, y hay ya más de 40 por las casas de las Misioneras de todo el mundo.
María José Aroz ha realizado más de 40 esculturas de Madre Teresa de Calcuta, rezando en esa posición, como se ve en la imagen
Para María José, lo mejor de la Madre es que «no solo ha salvado miles de vidas, sino que ha movido muchas conciencias. Y sigue con nosotros como lo que es, una madre».
Una madre pequeña, de 1,52 metros de estatura, que fue en vida lo más grande que alguien puede llegar a ser.
Para María José, lo mejor de la Madre es que «no solo ha salvado miles de vidas, sino que ha movido muchas conciencias. Y sigue con nosotros como lo que es, una madre».
Una madre pequeña, de 1,52 metros de estatura, que fue en vida lo más grande que alguien puede llegar a ser.
27 agosto 2016
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