Con María hoy alabamos al Señor por la vida, por la gratuidad y por el camino de salvación
Por: Mons. Enrique Diaz, Obispo de la Diócesis de Irapuato |
La Natividad de la Santísima Virgen María
Miqueas 5, 1-4: “Mientras no dé a luz la que ha de dar a luz”
Salmo 12: “Me llenaré de alegría en el Señor”
San Mateo 1, 18-23: “Ella ha concebido por obra del Espíritu Santo”
Hoy celebramos el nacimiento de la virgen María o, como diríamos los mexicanos, su cumpleaños, y esto nos llena de alegría. ¿Sería esta fecha? ¡Imposible saber! Pero la devoción cristiana quiere celebrar y alabar a María por su presencia en medio de nosotros. Muchos de nuestros pueblos, con diferentes nombres, este día recuerdan a la Virgen María: Nuestra Señora de la Esperanza, la Nacida de la Virgen, La Virgen de la Natividad, Nuestra Señora de Covadonga… pero no nos podemos quedar sólo en celebraciones externas, sino que este acontecimiento nos lleva a reconocer el camino que ha seguido Dios para preparar a su pueblo.
Escoge a los
pequeños y sencillos, en el anonimato, pero les pide una especial
entrega como a María. El camino de Dios va en la misma senda del camino
de los hombres y a veces por senderos que nos parecen oscuros y
olvidados. Si pensáramos en las vicisitudes que tuvieron que pasar para
que naciera María, según la tradición de Joaquín y Ana, y en el camino
sencillo que fue recorriendo María, tendríamos que reconocer la
presencia amorosa de Dios. La verdadera devoción a María
conduce siempre a Jesús y celebrar estos acontecimientos que se quedaron
perdidos en la historia personal de unos cuantos, nos hace captar la
importancia de cada instante y de cada acción a los ojos de Dios.
Contemplemos hoy a María, naciendo pequeñita y desconocida.
Despojémosla de todas esas vestimentas de princesa o de reina y de
resplandores con que los pintores y poetas la han querido adornar para
manifestar la importancia de su nacimiento.
Y traigamos a
la memoria también todos los nacimientos de hombres y mujeres que hoy
mismo están aconteciendo y que son muestra del amor creador de Dios.
Reconozcamos su presencia en nuestras vidas y tomemos conciencia de la
importancia de vivir cada momento como tiempo de gracia y de salvación. Con María hoy alabamos al Señor por la vida, por la gratuidad y por el camino de salvación que desde los pequeños va haciendo.
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