Por: Redacción | Fuente: accionfamilia.org
Es una conclusión fácil de alcanzar: El matrimonio es bueno para la sociedad. La historia confirma esta conclusión.
Los economistas pueden documentarlo. Los profesores pueden percibirlo.
Los niños lo experimentan. Y sin embargo, muchos no quieren llegar a
esta conclusión fácil y obvia.
Sin
embargo, es un hecho indiscutible que ha sido expuesta en términos
claros por el investigador Robert Rector de la Heritage Foundation,
quien escribió un estudio titulado “Matrimonio: La mayor arma contra la
pobreza infantil en Estados Unidos”
El
nuevo estudio se suma a muchos otros que muestran cómo el matrimonio
beneficia material, emocional y espiritualmente a los niños. Un
hogar estable proporcionado por el matrimonio reduce las posibilidades
de que un niño viva en la pobreza en un 82 por ciento. Cuando los niños
viven con padres no casados o solteros, un 37 por ciento vive en la
pobreza. Menos del siete por ciento de los niños en hogares con una
madre o un padre sufren la misma suerte. “Estar casado tiene
aproximadamente el mismo efecto en la reducción de la pobreza que la
adición de cinco a seis años a la educación de los padres”, dice Rector.
Cuando los matrimonios fracasan, todo el mundo paga.
Programas de asistencia social para hogares monoparentales cuestan a
los contribuyentes $ 330 mil millones al año, lo que equivale a $ 30.000
por cada estadounidense. Sobre la base de estos hechos, parece que otra
conclusión obvia sería que la promoción de la familia tradicional sería
la forma más eficiente de resolver muchos de los problemas sociales de
la nación.
Sin embargo, el establishment liberal adopta un enfoque contrario. El divorcio, el aborto y el “matrimonio” del mismo sexo figura en las agendas. Programas
de bienestar social vierten torrentes de dólares para “combatir” la
pobreza, en lugar de centrarse en la verdadera causa de la pobreza. No
hay una cantidad de ayuda estatal que pueda sustituir a la presencia de
una madre y de un padre en el hogar.
Es
una conclusión obvia que es de fácil acceso, pero no siempre fácil de
practicar. El matrimonio supone la virtud. Presupone la responsabilidad y
el sacrificio de sí mismo. Los hechos están ahí para todos los que
deseen verlos. El matrimonio es bueno para la sociedad, las
parejas y los niños. Los que se oponen al matrimonio tradicional puede
llegar a esta conclusión con la misma facilidad que cualquier otra
persona, pero parece que les resulta mucho más fácil simplemente
evitarlo.
John Horvat II
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