Su papá era un ferroviario inglés que tocaba el piano y cantaba canciones de su tierra; su madre era una argentina descendiente de andaluces y amante de la naturaleza.
A los 13 años, la precoz artista dejó su Ramos Mejía natal para estudiar el secundario en Bellas Artes de la Capital. Fue criada en un gran caserón, con patios, gallinero, rosales, gatos, limoneros, naranjos y una higuera. En ese ambiente emanaba mayor libertad respecto de la tradicional educación de clase media de la época. Tímida y rebelde, leía mucho de adolescente y publicó su primer poema a los 15 años en la revista “El Hogar”. Poco después escribió en el diario “La Nación”.
Un año antes de finalizar sus estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes publicó su primer libro (en 1947), “Otoño imperdonable”, que recibió el segundo premio Municipal de Poesía y fue alabado por la crítica y por los más importantes escritores hispanoamericanos. A partir de allí su vida dio un vuelco: empezó a frecuentar círculos literarios y universitarios y escribía ensayos. En el año 1949 viajó a Estados Unidos, invitada por Juan Ramón Jiménez. En los años ’50 publicó “Baladas con Angel” y se autoexilió en París, junto con Leda Valladares. Ambas formaron el dúo “Leda y María”: actuaron en varias ciudades como intérpretes de música folclórica, recibieron premios, el aplauso del público y grabaron el disco “Le Chant du Monde”. Por esa época comenzó a escribir versos para niños. Sus canciones y textos infantiles trascendieron lo didáctico y lo tradicional: generación tras generación sus temas son cantados por miles de niños argentinos.
Realizó además recitales unipersonales para adultos. En 1962 estrenó en el Teatro San Martín “Canciones para mirar”, que luego grabó con CBS. Al año siguiente estrenó “Doña Disparate y Bambuco”, representada muchas temporadas en Argentina, América y Europa. En los años ‘60 publicó,entre otros, los libros “El reino del revés”, 'Cuentopos de Gulubú', “Hecho a mano” y “Juguemos en el mundo”.
En los ’70 volvió al país y en 1971 María Herminia Avellaneda la dirigió en el filme “Juguemos en el Mundo”. También escribió guiones para televisión y los libros “Tutú Maramba”, 'Canciones para mirar', “Zoo Loco”, “Dailan Kifki” y “Novios de Antaño”. En 1985 fue nombrada Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires y, en 1990, Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de Córdoba y Personalidad Ilustre de la Provincia de Buenos Aires. En 1994 apareció la recopilación completa de sus canciones para niños y adultos y, en 1997, “Manuelita ¿dónde vas?”.
María Elena Walsh fue una verdadera juglar de nuestros tiempos, cuando recita y canta sus versos, pero también, cuando denuncia subliminalmente diversas cuestiones sociales. Toda su rebeldía, su desencanto, su oposición, su amor a la naturaleza y a los niños han quedado reflejados en numerosos poemas, novelas, cuentos, canciones, ensayos y artículos periodísticos.
Walsh dejó un legado indeleble en la literatura infantil con obras que fueron llevadas al teatro en diversas oportunidades e incluso llegó al cine con el film de Manuel García Ferré, Manuelita. Además, sus textos fueron traducidos al francés, al italiano, al inglés, al sueco y al hebreo, y le valieron premios literarios en el país y en el exterior.
'Creo que la gente sigue haciéndoles escuchar mis canciones a los chicos porque las consideran como una suerte de tesoro familiar'. Así, la compositora explicó a este medio la razón de su vigencia en 1997, cuando un conjunto de cantantes, entre ellos, Joan Manuel Serrat, Palito Ortega y León Gieco, grabaron un tributo en CD de sus canciones.
Además de ser un símbolo que marcó la infancia de muchas generaciones, Walsh también incursionó en diversos géneros, como el folklore (tuvo un dúo con Leda Valladares en los años 50), composiciones para adultos ( Como la cigarra , Serenata para la tierra de uno ), poemas, ensayos, guiones para cine y TV, y memorias.
En 1985 fue nombrada ciudadana ilustre de Buenos Aires y, entre diversos reconocimientos, en 2008 fue homenajeada por sus pares.
En 2008 publicó Fantasmas en el parque, una novela - autobiografía, en la que, con la lucidez y la ironía que constituyen dos de sus señas más reconocibles, María Elena Walsh instaló la vida en el Parque Las Heras, donde transcurrían personajes reales y fantasmagóricos, entre los que podemos reconocernos.
Fuentes: www.me.gov.ar | www.lanacion.com
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