Revelan en un estudio datos contrarios a la ideología de género.
Por: Javier Ordovàs | Fuente: Catholic.net
Por: Javier Ordovàs | Fuente: Catholic.net
Informa
Observatorio de Bioética: dos investigadores del Departamento de
Genética Molecular del Instituto Weizmann de Ciencias, revelan en un
estudio datos contrarios a la ideología de género.
Shmuel
Pietrokovski y Moran Gershoni, ambos investigadores del Departamento de
Genética Molecular del Instituto Weizmann de Ciencias, han revelado que
cerca de 6.500 genes humanos codificadores de proteínas, reaccionan de
forma diferente en el sexo masculino y femenino.
Este
hecho es contrario a la ideología de género que considera que la
diferencia entre hombre y mujer es un hecho social y/o cultural, es
decir, una construcción, antes que algo biológico o natural. En un
reciente artículo, los científicos manifestaron que para identificar los
miles de genes recurrieron al proyecto GTEx, un estudio muy amplio de
la expresión genética humana en el que se estudian numerosos órganos y
tejidos del cuerpo en cerca de 550 donantes adultos.
Según
los autores, “Este proyecto ha permitido, por primera vez, el mapeo
integral de la estructura genética del sexo humano diferencial”.
Ambos
investigadores han examinado cerca de 20.000 genes codificadores de
proteínas, clasificándolos por sexo y buscando diferencias en la
expresión de cada tejido.
Eventualmente
han identificado alrededor de “6.500 genes con actividad que estaba
sesgada hacia un sexo u otro en al menos un tejido”.
“Por
ejemplo, encontraron genes que estaban altamente expresados en la piel
de los hombres en relación con los de la piel de las mujeres, y se
dieron cuenta de que estaban relacionados con el crecimiento del vello
corporal. La expresión genética para la construcción muscular era mayor
en los hombres; y para el almacenamiento de grasa era mayor en las
mujeres”.
El
mapa detallado de estos genes, proporciona pruebas de que los hombres y
mujeres experimentan “una especie de evolución separada” que también se
interconecta.
Hace
varios años, los autores del artículo se preguntaron la razón de por
qué es común la prevalencia de algunas enfermedades humanas.
En
ese sentido, comprobaron que las mutaciones que afectan la fertilidad
eran relativamente generalizadas, donde cerca “del 15% de las parejas
que tratan de concebir se definían como infértiles”.
Para ellos, el
“sentido común” les decía que estas mutaciones, que “afectan
directamente a la supervivencia de la especie mediante la reducción del
número de hijos, debieron haberse eliminado rápidamente por selección
natural”.
En
su estudio, demuestran que las mutaciones en los genes específicos de
la formación de esperma persisten precisamente “porque los genes se
expresan solo en los hombres”.
Aparte
de los órganos sexuales, los investigadores han detectado un buen
número de genes ligados al sexo en las glándulas mamarias, “algo no tan
sorprendente”, a excepción “de que aproximadamente la mitad de estos
genes también se expresan en hombres”.
“Debido
a que los hombres tienen equipos mamarios totalmente equipados, pero
básicamente no funcionales, los autores sugieren que algunos de estos
genes podrían suprimir la lactancia”.
Otro
gen, que principalmente se expresa de manera activa en el cerebro de
las mujeres, “aunque su función exacta es desconocida”, se piensa que
“puede proteger a las neuronas de Parkinson, una enfermedad que tiene
una mayor prevalencia y comienzo más temprano en los hombres”.
Los
autores también han identificado la expresión genética en el hígado de
las mujeres que regula su metabolismo ante los medicamentos,
“proporcionando evidencia molecular para la diferencia conocida en el
procesamiento de fármacos entre mujeres y hombres”.
Finalmente,
los autores manifiestan que este estudio también “hace hincapié” en la
necesidad de una mejor comprensión de las diferencias entre hombres y
mujeres, “en los genes que causan la enfermedad o responden a los
tratamientos”.
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